Categoría gramatical / tiempo verbal de presidiéndolas

Como Conjugación De Presidir

Verbo Transitivo

Los Verbos Transitivos son aquellos que necesitan de complemento para tener sentido pleno.

Gerundio De Presidir

El gerundio es una forma no personal del verbo y por lo tanto invariable. Se forma añadiendo el sufijo -ndo. Sirve para expresar una acción no finalizada, que todavía está en curso, no finalizada. Existe la forma simple (comiendo) y compuesta (habiendo comido). Dentro de la oración puede desempeñar una función verbal, generalmente en sentido imperativo, o la función de especificar un sustantivo como si se tratase de un adjetivo. Veamos uno ejemplos:

  • ¡Arreando!; todo el mundo a hacer las maletas que nos vamos Aquí arreando actúa como verbo de caracter imperativo
  • Llegaremos andando. Aquí andando actúa como verbo y hace referencia a una acción no finalizada
  • Me quemé la mano con agua hirviendo. Aquí hirviendo actúa como adjetivo, matizando el sustantivo agua

Ejemplos con la palabra Presidiéndolas

»¿Pero cuál es en realidad mi pensamiento en religión? ¿Qué pienso, qué creo yo? Conciencia, muéstrame lo que tiene más oculto, tu voz más recóndita, lo que es aún menos que voz, un susurro que apenas oigo yo mismo... ¿Qué creo yo? ¿Creo acaso que mi religión es la única en que los hombres pueden salvarse, la única que contiene las verdades eternas? No, felizmente sé remontar mi espíritu por encima de todos los cultos, y puedo ver a mi Dios, el Dios único, el grande, el terrible, el amoroso, el legislador extendiéndose sobre todas las almas y presidiéndolas con la sonrisa de su bondad infinita desde el centro de toda sustancia. Entonces, miserable, ¿qué te detiene? ¿No hallas en el cristianismo las verdades eternas? Existen, sí, pero desfiguradas y adulteradas... No, no puedo inclinarme a contemporizar con una yuxta-posición inútil, con la destrucción de la sencillez, con una fe que nada nuevo ha enseñado al mundo y que, por tanto, es falsa. Aborrezco esa idea con todas las fuerzas de mi alma, y todo el odio venenoso que esa secta alienta contra mí, se lo devuelvo centuplicado. No lo puedo remediar, lo he mamado con la leche, lo traigo encendido en mis entrañas desde el vientre de mi madre, y mi espíritu lo trajo también desde la nada. Si cuando mi espíritu se eleva a la contemplación de la esencia primera soy tolerante, expansivo, amplio y generoso, al considerar la idea cristiana, nuestro verdugo y nuestro cadalso, soy fanático, sí, no lo puedo remediar, me siento fanático y brutal como los inquisidores católicos... y para mi tormento, el ser que idolatro sale del tumulto aborrecido de esa secta y se me presenta lleno de gracia y luz, único ser a quien puedo absolver de la responsabilidad cristiana, único ser a quien perdono los agravios hechos a mi raza... ¡Oh! Dios, Dios... ¿qué misterio es este, qué enigma terrible y espantoso es este? Mi cabeza estalla como un volcán... no sé qué pensar. Aquí hay algo, algo que mi limitada razón no comprende. Dios mío, Dios de las inteligencias, ¿por qué has hecho estas contradicciones horrorosas y estos absurdos que hacen dudar de la bondad de la creación y de la lógica del mundo?
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