Categoría gramatical / tiempo verbal de apéase

Como Conjugación De Apear

Verbo Transitivo

Los Verbos Transitivos son aquellos que necesitan de complemento para tener sentido pleno.

Verbo Pronominal

Los Verbos Pronominales son aquellos que se conjugan junto a un pronombre átono.

Verbo Intransitivo

Los Verbos Intransitivos son aquellos que no necesitan de complemento para tener sentido pleno.

Imperativo Singular De Apear

El Imperativo se utiliza para expresar un mandato o hacer una petición de manera explícita por el orador. Veamos algunos ejemplos:

  • Haz lo que te digo o atente a las consecuencias.
  • Decid la verdad a todo lo que se os pregunte.

Ejemplos con la palabra Apéase

Un viajero poeta, atravesando una soledad, oye el tañido de una campana, que le distrae de las meditaciones en que estaba embelesado. En su alma no se albergaba la fe, pero no es inaccesible a las inspiraciones religiosas. Aquel sonido piadoso en el corazón del desierto cambia de repente la disposición de su espíritu y le lleva a saborearse en una melancolía grave y severa. Bien pronto descubre la silenciosa mansión donde buscan asilo, lejos del mundo, la inocencia y el arrepentimiento. Llega, apéase, llama, con una mezcla de respeto y de curiosidad, y al pisar los umbrales del monasterio se encuentra con un venerable anciano, de semblante sereno, de trato cortés y afable. El viajero es obsequiado con afectuosa cordialidad, es conducido a la iglesia, a los claustros, a la biblioteca, a todos los lugares donde hay algo que admirar o notar. El anciano monje no se aparta de su lado, sostiene la conversación con discernimiento y buen gusto, se muestra tolerante con las opiniones del recién venido, se presta a cuanto puede complacerle y no se separa de él sino cuando suena la hora del cumplimiento de sus deberes. El corazón del viajero está dulcemente conmovido, el silencio, interrumpido tan sólo por el canto de los salmos, la muchedumbre de objetos religiosos que inspiran recogimiento y piedad, unidos a las estimables cualidades y a la bondad y condescendencia del anciano cenobita, inspiran al corazón del viajero sentimientos de religión, de admiración y gratitud, que señorean vivamente su alma. Despidiéndose de su venerable huésped, se aleja meditabundo, llevándose aquellos gratos recuerdos que no olvidará en mucho tiempo. Si en semejante situación de espíritu le place a nuestro poeta intercalar en sus relaciones de viaje algunas reflexiones sobre los institutos religiosos, ¿qué os parece que dirá? Es bien claro. Para él la institución estará en aquel monasterio, y el monasterio estará personificado en el monje cuya memoria le embelesa. Contad, pues, con un elocuente trozo en favor de los institutos religiosos, un anatema contra los filósofos que los condenan, una imprecación contra los revolucionarios que los destruyen, un lágrima de dolor sobre las ruinas y las tumbas.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra apéase

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