Categoría gramatical / tiempo verbal de ahuyentada

Como verbo, adjetivo

Participio De Ahuyentar

El participio es una forma no personal del verbo que admite flexión de género y número. Se forma añadiendo el sufijo -do. (caído/caída/caídos/caídas). Dentro de la oración suele desempeñar la función de adjetivo y para formar tiempos verbales compuestos. Veamos algunos ejemplos:

  • Ha venido a comer. Aquí venido se utiliza para formar el pretérito perfecto de indicativo del verbo venir
  • El árbol caído interrumpe la circulación. Aquí caído actúa como adjetivo que complementa al sustantivo árbol

Verbo Transitivo

Los Verbos Transitivos son aquellos que necesitan de complemento para tener sentido pleno.

Verbo Pronominal

Los Verbos Pronominales son aquellos que se conjugan junto a un pronombre átono.

Ejemplos con la palabra Ahuyentada

Su pena se recogió en el fondo del alma, ahuyentada momentáneamente por la reparación física, la inercia impuso un paréntesis de la vida para seguir viviendo.
Dicho esto, permanecieron silenciosos, Ezequiel a la izquierda de su amiga, mirando a las lejanías obscuras donde se divisaban, no ya una sola luz, sino tres o cuatro formando como una constelación. Requirió Lucila los bordes de su pañuelo de manta para abrigarse, y como expresara su desconsuelo de ver al muchacho sin capa ni ningún abrigo, dijo él: «Yo nunca tengo frío ni calor. No te ocupes de mí y abrígate bien, que tú eres más delicada». Así lo hizo Lucila, y a la media hora de estar allí, el abrigo, el descanso, la soledad, rindieron su fatigada naturaleza, llevándola sin sentirlo a una sedación intensísima... Su pena se recogió en el fondo del alma, ahuyentada momentáneamente por la reparación física, la inercia impuso un paréntesis de la vida para seguir viviendo... Dio dos o tres cabezadas. «Lucila -le dijo el cerero, inmóvil-, si quieres descansar tu cabeza sobre mi hombro, aquí lo tienes... A mí no me incomodas... descarga tu cabeza y duerme un poquitín...». La moza no respondió... Por instintivo abandono, vencida de un sopor más fuerte que su propósito de estar desvelada, dejó caer la cabeza sobre el hombro del mancebo y quedose dormida. Desde que sintió el dulce peso, Ezequiel fue un poste, más bien almohadón en figura de persona: respiraba con pausa y ritmo, para que ni el menor movimiento turbase el reposo breve de su infeliz amiga. La inocencia del muchacho despierto no era menos bella que la de la mujer dormida.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra ahuyentada

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba