Categoría gramatical / tiempo verbal de abogadetes

Existen varias categorías gramaticales para Abogadetes dependiendo de su origen, puedes verlas todas a continuación.

Como sustantivo

Sustantivo Masculino Plural

El sustantivo es la palabra que utilizamos para designar entidades, tienen género: masculino o femenino y número: singular o plural.

Diminutivo De Abogado

Como verbo, adjetivo

Participio De Abogar

El participio es una forma no personal del verbo que admite flexión de género y número. Se forma añadiendo el sufijo -do. (caído/caída/caídos/caídas). Dentro de la oración suele desempeñar la función de adjetivo y para formar tiempos verbales compuestos. Veamos algunos ejemplos:

  • Ha venido a comer. Aquí venido se utiliza para formar el pretérito perfecto de indicativo del verbo venir
  • El árbol caído interrumpe la circulación. Aquí caído actúa como adjetivo que complementa al sustantivo árbol

Verbo Intransitivo

Los Verbos Intransitivos son aquellos que no necesitan de complemento para tener sentido pleno.

Diminutivo De Abogado

Como verbo, adjetivo

Participio De Abogar

El participio es una forma no personal del verbo que admite flexión de género y número. Se forma añadiendo el sufijo -do. (caído/caída/caídos/caídas). Dentro de la oración suele desempeñar la función de adjetivo y para formar tiempos verbales compuestos. Veamos algunos ejemplos:

  • Ha venido a comer. Aquí venido se utiliza para formar el pretérito perfecto de indicativo del verbo venir
  • El árbol caído interrumpe la circulación. Aquí caído actúa como adjetivo que complementa al sustantivo árbol

Verbo Intransitivo

Los Verbos Intransitivos son aquellos que no necesitan de complemento para tener sentido pleno.

Diminutivo De Abogada

Ejemplos con la palabra Abogadetes

Uno a uno despreciaba todos los elogios que a su hermosura tributaban los señoritos nobles y los abogadetes de Vetusta y cuantos la veían, pero al despertar, como una neblina de incienso bien oliente envolvían su voluptuoso amanecer del alma aquellas dulces alabanzas de tantos labios condensadas en una sola, y con deleite saboreaba Ana aquel perfume. Y como la historia ha de atreverse a decirlo todo, según manda Tácito, sépase que Anita, casta por vigor del temperamento, encontraba exquisito deleite en verificar la justicia de aquellas alabanzas. Era verdad, era hermosa. Comprendía aquellos ardores que con miradas unos, con palabras misteriosas otros, daban a entender todos los jóvenes de Vetusta. Pero ¿el amor? ¿era aquello el amor? No, eso estaba en un porvenir lejano todavía. Debía de ser demasiado grande, demasiado hermoso para estar tan cerca de aquella miserable vida que la ahogaba, entre las necedades y pequeñeces que la rodeaban. Acaso el amor no vendría nunca, pero prefería perderlo a profanarlo. Toda su resignación aparente era por dentro un pesimismo invencible: se había convencido de que estaba condenada a vivir entre necios, creía en la fuerza superior de la estupidez general, ella tenía razón contra todos, pero estaba debajo, era la vencida. Además su miseria, su abandono, la preocupaban más que todo, su pensamiento principal era librar a sus tías de aquella carga, de aquella obra de caridad que cada día pregonaban más solemnemente las viejas.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra abogadetes

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