Ejemplos con hambres

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Esta lamentable situación se ve agravada por los problemas de sequías, hambres y epidemias.
Pese a que ostentaban un gobierno monárquico, que tenía antecedentes negativos en Europa y el resto del mundo, la población del imperio nunca pasó hambres, ni privaciones.
La invasión napoleónica produjo una guerra en suelo valenciano, con todas las consecuencias demográficas y económicas de los conflictos de este tipo: matanzas, hambres, epidemias, destrucciones, requisas de cosechas e impuestos de los ejércitos combatientes exigidos a los pueblos.
De su accidentada historia de marino, Febrer desechaba el relato de hambres y borrascas, y sólo sentía curiosidad por los amoríos en los grandes puertos internacionales, donde se amontonan los vicios exóticos y las hembras de todas las razas.
El globo estaba erizado de chimeneas, las inmensidades del Océano ofrecían siempre en el horizonte un punto negro y una nubecilla de humo, cascadas y ríos creaban al rodar fuerza y luz, las grandes barreras de piedra que llegan con su cumbre hasta las nubes sentían perforadas sus entrañas por un rosario de hormigas férreas resbalando sobre cintas de acero, en las obscuridades submarinas vibraban como bordones inteligentes los cables conductores del pensamiento, fuerzas misteriosas y hostiles trabajaban esclavizadas para el bienestar común, las antiguas hambres habían desaparecido gracias a las flotas inmensas que surcaban a todas horas el Océano, compensando con el sobrante de unos pueblos la carestía de otros, el hombre, hastiado de su reciente señorío sobre la costra terráquea, se lanzaba en el espacio, aprendiendo a volar.
Los años son malos, se han echado encima hambres, crueles carestías, guerras, y doña Teresa ha tenido materia en que ejercitar su virtud.
El capital al servicio de la industria había civilizado territorios salvajes, había destruido fronteras históricas, estableciendo mercados en todo el globo: él era quien surcaba las tierras vírgenes con los rails de los ferrocarriles, quien removía los mares para tender los cables telegráficos, quien ponía en comunicación los productos de uno y otro hemisferio, venciendo los rigores de la naturaleza y evitando las grandes hambres que habían hecho rugir a la humanidad en otros siglos.
¿Quién se acordaba ya de las fatigas, de las hambres, de la muerte de compañeros mil, de las penalidades de todos? Gustaban los soldados la victoria como un manjar celestial que asemejándoles a los dioses les revestía de la más pura dignidad, y les inspiraba mayor indulgencia con los vencidos, y más vivo amor a la patria ausente.
No eran los Carrascos de esos a quienes la cesantía condena fatalmente a un triste interregno de zapatos rotos, de empeño de ropas, de hambres y desnudeces.
Pobrezas, miserias, hambres, contumelias, todo lo sufro con paciencia.
¡Dios mío, que me salgan ladrones, que volquemos, que encuentre alguna compañera de viaje muy bonita, que pasemos hambres y tormentas!—¡, Dios mío, a toda costa!.
Ánimo chica, y dame un beso, que las hambres con amor son menos.
Cuando ellos comían, si sobraba, era para Pepe, si no había restos, gracias que le dieran pan con que rebañar la cazuela del cocido, así que las hambres y una felpa con que le obsequiaron por meter en la tina de lo verde lo que había de ser morado, acabaron con la paciencia del muchacho.
No lo duden ustedes, nuestra raza está mal alimentada, y no es de ahora, viene pasando hambres desde hace siglos Mi país me es bastante antipático, y desde que me meto en el de Irún ya estoy renegando.
Hay que dar al corazón sus miajitas de carne, es fiera y las hambres largas le ponen furioso, pero también hay que dar a la fiera de la sociedad la parte que le corresponde, para que no alborote.
Francamente, tía, eso de que pase hambres Yo no la perdono, no puede ser le aseguro a usted que eso.
El pobre chico estaba rebosando de felicidad, porque comer bien después de tantas hambres, vestir después de tanta desnudez, oírse llamar en verso y verse bien tratado después de tantas amarguras le parecía un sueño, una de aquellas visiones que percibía por las noches en la casa de Alcalá, y que le impulsaron a salir buscando aventuras como un caballero andante.
con la angustia de sus hambres en la entraña.
Entre tanto, como su estómago no se nutría, como su razón, de teorías, sino de pan, y el pan costaba dinero, y él no lo tenía, sintió los amagos del hambres y trató de conjurarla.
No importaba que Mitre perdiera todas las elecciones, fuera vencido en todas las cuestiones y se alejara cada día más del Poder público, él era Dios, quien como se sabe puede mandar epidemias, hambres, terremotos, inundaciones y temblores sin que a nadie se le ocurra negar que Dios es bueno, justo y misericordioso.
Ninguna mosca se le acercaba y empezaba a tener una de esas hambres que quitan la vergüenza al más honrado.
Pues tampoco faltarán guerras que destruyan, hambres que consuman,.
secas no pierden vez, vuelven las hambres, las mortandades, las desdichas por sus pasos.
Sumó, en su mente las dos hambres de Gabino con las tres del forastero y, agregándole la propia, calculó que no alcanzarían, por cierto, las tres presas flacas que quedaban en la fuente para tantas necesidades.
—¡Y qué, hijas mías, todo no ha de ser bienandanza! Si no nos salieran al encuentro ocasiones de padecer, y grandes desventuras, terribles hambres, maldades de hombres y ferocidades de bestias, esta vida sería deliciosa, y buenos tontos serían los hombres y mujeres del mundo si no la adoptaran.
Desprecio la opinión, desafío las hambres y desnudeces, apetezco los ultrajes y el martirio.
muchas hambres y candiles.
Consumidos los escasos víveres que sacado habían de su fortaleza, empezaron a sufrir terribles hambres.
con la fiebre de sus hambres en los ojos,.
Los colosos que habían llegado después eran gentes bárbaras y viciosas, sin educación universitaria y de una capacidad estomacal que acababa causando grandes escaseces y hambres en la nación.

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