Ejemplos con sotabanco

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Asimismo, en el sotabanco aparecen escudos heráldicos sostenidos por angelotes y medallones, uno de los cuales muestra el autorretrato del autor, Damián Forment, y la efigie de su esposa, bajo la cual hay un epígrafe en latín que traducido reza: Esta es la mujer del maestro que hizo esto.
Preside la capilla un retablo compuesto de mesa de altar, sotabanco, banco, un cuerpo de tres calles flanqueadas por columnas corintias y ático superior.
Se compone de sotabanco con mesa de altar panzuda, banco, un solo cuerpo dividido en tres calles y ático superior.
En los laterales del sotabanco se abren puertas que dan acceso a camarín, y en el centro del banco destaca el volumen de un sagrario.
Consta de sotabanco, banco, un cuerpo central de tres calles y ático superior.
¡Dios me libre de encontrarme con Dorita, que es más mala que un dolor de muelas! He visto a don David en un sotabanco de la calle de San Leonardo, donde mora una tal , italiana, que estaba en Cartagena y de allá vino huyendo hace días.
Lo primero que hice al entrar en la vivienda patronil fue interrogar capciosamente a , para cerciorarme de su visita al sotabanco de las artes mágicas.
Subí a su sotabanco, ni más ni menos que en las novelas, y para hablar con ella inventé una piadosa mentira.
En un miserable sotabanco habita un matrimonio pobre.
Consentía de mala gana en las salidas al caer la tarde, que él aprovechaba para convertir en harén el sotabanco de Carola, pero de noche no le permitía poner el pie en la calle.
Si no trasladó al sotabanco de Carola cuanto había en la trastienda, fue por considerarlo indigno de tan gran señora, pero la única prenda lujosa que tenía Frasquita, un soberbio pañolón de Manila poblado de chinos y guacamayos multicolores, pasó del cofre marital al baúl del adulterio.
Con la Jesualda no estará usted mal, es formalota y no tiene mala vecindad, abajo, una viuda y su hija que cosen para el corte, en el segundo, una tal Mónica, que tiene huéspedes de medio pelo, ¡figúrese usted en aquel barrio qué huéspedes ha de haber!, arriba, un militar que vive con una que dicen si es sobrina , y en el sotabanco, la madre del niño y la sobrina, que ahora las llamaré.
Eso mañana, en su casa de , o lo que es lo , en la nuestra, porque va le habrá a la señorita Inés que nosotras vivimos encima de doña Jesualda, en el sotabanco.
Diga usted, señorapreguntó muy arrebujada en el mantón, ¿ usted el de decirme si es cierto que hay aquí un sotabanco ?.
Pues esa oficiala, compañera míahablaba Carolame ha dicho que por los chicos que trajeron los muebles sabe que hay un sotabanco de cincuenta.
A las ocho, esta marea creciente había ya inundado aquel sotabanco del templo de la música, y rugía, silbaba, reñía, gritaba , reía, golpeaba en la madera y palmoteaba a compás, como en la plaza de toros, mientras que la orquesta templaba y concertaba los instrumentos.
Viviremos en un sotabanco, solos y tan contentos.
-Le abrigamos bien, vino el veterinario del sotabanco y dijo que usted padecía estos desvanecimientos desde que había dado en el hito de hablar mucho y no comer.
Lázaro se acomodó lo mejor que pudo en una silla de tres pies y medio, y el poeta continuó en pie haciendo los honores del sotabanco.
Enlazaban unas ventanas con otras, a guisa de circuitos telegráficos, varias cuerdas, de donde colgaban algunas despilfarradas camisas, y de vez en cuando tal cual lonja de tasajo, sobre el cual descendía en el silencio de la noche una caña con anzuelo, manejada por las hábiles manos del estudiante del sotabanco.
Mi señora, cuando aún no lo era, habitó un sotabanco de esa susodicha finca.
''Velorio en un sotabanco.
En el principal había un colegio de niñas, y los vecinos del sotabanco eran vendedores ambulantes, un cochero y dos limpiabotas.
Enlazaban unas ventanas con otras, a guisa de circuitos telegráficos, varias cuerdas, de donde colgaban algunas despilfarradas camisas, y de vez en cuando tal cual lonja de tasajo, sobre el cual descendía en el silencio de la noche una caña con anzuelo, manejada por las hábiles manos del estudiante del sotabanco.
Lázaro se acomodó lo mejor que pudo en una silla de tres pies y medio, y el poeta continuó en pie haciendo los honores del sotabanco.
Ahogos y miserias, crujidas y hasta enfermedades sospechamos que se las pasó la Tía Celesta muy agazapada, en su sotabanco de la Ronda, pero ¿extender ella aquella mano? Primero se moriría.
Hace por ahora veinte años ¡nada menos! que vivían encima de Madrid, o sea en un sotabanco de la entonces coronada villa, media docena de jóvenes andaluces, cada uno hijo de su padre y de su madre, que maldito lo que tenían de tontos, ni de ricos, ni de malos, ni de sabios, ni de tristes, ni de cursis, y que, por el contrario, no dejaban de tener bastante de poetas, de tronados, de decentes, de calaveras y de personas bien nacidas y bien criadas, tan aptas para la vida de Bohemia que llevaban casi de continuo, como para pisar los más aristocráticos salones, donde solían brillar algunas veces sus raídos fraques.
Todo el día había brillado el sol sobre el tejado de mi sotabanco, y por eso estaba caluroso.
en el cuarto de mi doncella, por ejemplo, en el instante de disolverse la tertulia, cuando es menos notado cualquier movimiento y menos extraña la presencia de una persona, salir de su escondrijo en hora conveniente, hacer lo que se había propuesto, y aguardar en otro escondite a que los criados bajaran del sotabanco, abrieran las puertas, después de abierta la de la calle, y largarse a ella muy tranquilo.
El resto de la servidumbre ocupaba un sotabanco que mi padre había alquilado con este objeto, en su horror instintivo al tufo y al desaseo de la plebe.

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