Ejemplos con inexpugnables

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Las diferencias genéticas entre las actuales poblaciones de China, India y Asia central, se explican porque gran parte de la prehistoria asiática transcurre durante la edad de hielo en que el frío convertía en barreras inexpugnables al Himalaya y cordilleras relacionadas, igualmente los montes Urales aislaban Siberia de Europa, esto hizo que las poblaciones prehistóricas se vieran aisladas entre sí durante miles de años.
El ejército federal esperaba en sus posiciones, inexpugnables por varios de sus lados, debido a las barrancas de los arroyos.
Las fortificaciones de este sitio parecían inexpugnables.
Dada su situación, Monforte fue una de las fortalezas más inexpugnables de toda la Edad Media.
Hacia finales de la Edad Media, el desarrollo del cañón revolucionó las tácticas de asedio a lo largo de toda Europa, haciendo que muchos castillos considerados inexpugnables se vieran amenazados por el fuego de la artillería.
Debido a las inexpugnables paredes de la Garganta Verde, es aquí donde se concentra la mayor parte de la colonia de buitres leonados de la Sierra de Grazalema, que a su vez es una de las mayores del Sur de la Península Ibérica.
Durante la Edad Media fue uno de los castillos más inexpugnables de Italia.
Parece ser que las Ephel Dúath, eran prácticamente inexpugnables y sólo había en ellas dos pasos conocidos: Cirith Gorgor y Cirith Ungol.
Agatocles y sus fuerzas sitiaron Cartago, pero fueron repelidos por sus inexpugnables murallas.
Creía yo haber tomado la plaza, y ésta me mostraba al siguiente día sus muros inexpugnables, que las mujeres dejan tomar al hombre la fortaleza de su espíritu, y al instante de nuevo la levantan con los mismos caprichos y tenaces deseos.
Su lenguaje era algo irrespetuoso y libre, como de mujer que ha visto mucho y no cree en las majestades humanas ni en las virtudes inexpugnables.
Repetidos los ataques en una gran extensión, pues las tropas del Barón de Meer pasaron a la orilla izquierda por un improvisado puente, las trincheras de los carlistas, hondas, labradas en terreno pedregoso y fuerte, continuaban inexpugnables.
De las nueve a las diez de la noche se empeñaron furiosos duelos a la bayoneta en la aspereza de aquellos montes: los isabelinos trepando, los otros a pie firme en los inexpugnables zanjones.
Mil veces sea condenada la historia que crea estas fortalezas inexpugnables.
¡Y no os riáis! Hay mujeres inexpugnables si se las combate de frente, que no pueden resistirse a una declaración hecha de perfil.
Y los fulgores de esas tres espadas se cruzarán al través de nuestro sagrado territorio, como los fuegos de inexpugnables baterías combinadas, como las luces de faros-estrellas que alumbrarán nuestra ruta, si alguna vez cae la noche sobre el alma de los orientales, como los vértices del cuadro que debe formar nuestro Uruguay, el día en que el alma de la patria vuelva a tocar a llamada en el viejo clarín de Sarandí.
Convencidos con escarmiento de que las barricadas eran, no solo inexpugnables, sino inatacables, poseídos de esta certidumbre, cesó el fuego de ataque en todas direcciones.
Los recios muros, que parecían inexpugnables, estaban convertidos en escombros, el hielo proverbial se había fundido.
ciudades, ilustres cortes, suntuosos templos, hermosos edificios y inexpugnables fortalezas.
En tanto, lejos de allí brotaron y salieron a luz las semillas esparcidas de antemano y fomentadas en secreto por hombres poderosos entre las gentes más belicosas, de la guerra más porfiada y de mayor riesgo de cuantas allí se ofrecieron, semillas corroboradas con numerosa juventud, con armas buscadas por todas partes, con grandes caudales recogidos al intento, con ciudades fortificadas y con puestos casi inexpugnables.
Creía yo haber tomado la plaza, y ésta me mostraba al siguiente día sus muros inexpugnables, que las mujeres dejan tomar al hombre la fortaleza de su espíritu, y al instante de nuevo la levantan con los mismos caprichos y tenaces deseos.
Las que él no tome es por que son inexpugnables.
El primero era un castillo de los más fuertes e inexpugnables, el segundo era una iglesia.
Ni podía diferirse más una solución cualquiera reparadora y enérgica, mucho menos en las circunstancias presentes, en que las leyes de la guerra solían autorizar cualquier agresión hostil por parte del monarca, así, pues, desde aquel instante una idea súbita fijó su belicoso espíritu: según ella, debía marchar el grueso del ejército a combatir la fortaleza de Altamira, y esta empresa ardua no dejaba de ser un tanto atrevida y expuesta, por cuanto las expresadas torres pasaban por inexpugnables, tanto por su posición estratégica, como por los reparos y formidables aprestos con que Ataulfo acababa de robustecerlas.
¿Y aquellos edificios que, como torres y castillos, pueblan el horizonte, quebrando su línea recta con sus ingentes moles macizas? Hace poco todavía, la Pampa los ignoraba, son baluartes nuevos, inexpugnables, contra el hambre mundial, son parvas de trigo argentino.
la caricia, se le alborotaban, inexpugnables, sobre la boca, en cuyo.
Pero allá el último día degenera la batalla civilizadora en batalla de salvajes, porque en la llamada calle Real se amontonan los jóvenes más graciosos de la población y, confundiéndose con la astrosa golfería, formando filas y murallas inexpugnables y gozando de la inmunidad del número, empiezan a tirar, en medio de relinchos, carcajadas y pateos, pelotas de almidón, frutas, cascos y hasta piedras, a los que se atreven a desafiar las populares iras atravesando por el revuelto sitio en coche descubierto.
Así vemos cómo por una posición efímera corre el escándalo por el camino de la envidia, y se ensartan enredos, y se zurcen chismes en las altas esferas del Gobierno, y se fabrican anécdotas sobre reputaciones inholladas, y es negocio lucrativo el denuncio falso, y se atrinchera la infamia en los reductos inexpugnables del anónimo, y se traiciona al amigo y se asesina al compañero, y hace la emulación oficio de calumnia criminal, y para solaz de la opinión bastardeada, a título de venganza política, venciendo todo escrúpulo, va la imputación alevosa a sorprender la tranquilidad de los hogares: lo único inviolable, sagrado, aun en las más atrasadas naciones del globo.
Muchedumbre de hombres de armas, bajo el mando de capitanes escogidos por ellos mismos entre valerosos y esforzados aventureros, corrían aquellos reinos ofreciendo sus servicios a los varones que más ventajosamente los comprasen, y si por casualidad no encontraban quien los quisiera ajustar, hacían la guerra por su cuenta, y asaltando pueblos y castillos, se procuraban lugares de refugio donde llevar el botín e inexpugnables baluartes donde burlarse de las leyes y resistir al ímpetu de sus enemigos.
A manera de un joven cíclope, ebrio, con la mocedad, de los laboriosos instintos de su raza, recorre la Italia de aquel tiempo como su antro, meciendo en su cabeza cien distintos proyectos, ejecutados unos, indicados o esbozados otros, realizables y preciosos los más: canales que parten luengas tierras, forma de abrir y traspasar montañas, muros inexpugnables, inauditas máquinas de guerra, grúas y cabrestantes con que remover cuerpos de enorme pesadumbre.

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