Ejemplos con perennemente

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Ha sido criado en un ambiente netamente artístico, desde sus primeros años ha demostrado sus inclinaciones musicales, fue supervisado perennemente por su padre y hermana mayor.
El nombre de California quedó relacionado perennemente al de la Fiebre del oro, y, como resultado, también se relacionó a lo que fue conocido como el Sueño californiano.
Es una mujer de edad incierta, perennemente vestida de negro, en cuyo rostro destaca su larga nariz ganchuda.
Esta suma de personalidad y cualidades es Overath Breitner Da Silva Medina: un crisol en épocas explosivo y del que perennemente surge un tesoro de elevados quilates futbolísticos.
La fuente es redonda, tiene en el centro del pilón una columna que sostiene una taza, de la taza chorrea por cuatro caños perennemente el agua.
Keleffy viajaba por América, porque le habían dicho que en nuestro cielo del Sur lucen los astros como no lucen en ninguna otra parte del cielo, y porque le hablaban de unas flores nuestras, grandes como cabeza de mujer y blancas como la leche, que crecen en los países del Atlántico, y de unas anchas hojas que se crían en nuestra costa exuberante, y arrancan de la madre tierra y se tienden voluptuosamente sobre ella, como los brazos de una divinidad vestida de esmeraldas, que llamasen, perennemente abiertas, a los que no tienen miedo de amar los misterios y las diosas.
A un lado de la alcoba había una cama alta, cuadrilonga, que siempre estaba de recibo, como que era de cuero sin curtir, cuya dureza la suavizaba un colchón de plumas, cubierto perennemente con una colcha de mil y un retazos o taracea.
Más bien buscaban la reclusión y el sombrío que brindaba el interior, como que crecía ahí más frondoso el naranjo de globos de oro, el limonero indígena y exótico, el mango y la manga de la India, el árbol del pan, de ancha hoja, el ciruelo de varias especies, el copudo tamarindo de ácidas vainas, el guanábano de fruta acorazonada y dulcísima, la gallarda palma, en fin, notable entre la gran familia vegetal por su tronco recto, cilíndrico, liso y grueso como el fuste de una columna dórica, y por el hermoso cerco de con que se corona perennemente.
Se lanza, ávido de combates y deleites, a la realidad del mundo, quiere apurar la experiencia de su corazón hasta agotar la copa de la vida, perennemente ama, perennemente anhela, pero cuida de remover sus deseos y pasiones de modo que no le posean sino hasta el instante en que pueden cooperar a la obra de su perfeccionamiento.
Sí, sin duda, Cebes, y verosímil también que no son las almas de los buenos, sino las de los malos las que están obligadas a errar por esos lugares adonde las lleva la pena de su primera vida, que ha sido mala, y donde continuarán errantes hasta que por el amor que han tenido por esa masa corporal, que las sigue perennemente, penetren de nuevo en un cuerpo y vuelvan probablemente a las mismas costumbres que fueron la ocupación de su primera vida.
perennemente, un desfile de remos cándidos, sobre los cimborrios de los.
Tal vez fuera la noche, en cuyo seno vagaba borracho en todas las ciudades y a todas las horas, la noche, tan medrosa, tan aristócrata, tan reveladora, la que ponía en su corazón esas palabras ultrahumanas, tan únicas en su regia originalidad, tan perennemente emocionales.
, en un cuarto a medias oscuro, por el cual tengo la mística visión de las torres de la catedral, perennemente.
Pero en quien palpita con el turbio torrente de la naturaleza humana, en quien lidia los combates del mundo, una fe perennemente igual, sin tentaciones, sin deliquios, una fe que no oyó nunca pasos de enemigo interior, antes suele acusar la escasa profundidad a que ha arraigado en el alma donde asiste, manteniéndose limpia y serena porque no la frecuentan la mente con una atención ahincada ni el sentimiento con un celoso afán de amor.
Bajo la bóveda de la puerta, a la izquierda se fija la vista en una cabeza del Señor, puesta en una capilla de mármol, ante la cual arde perennemente una lámpara.
Y de su faz infantil, de sus apagadas pupilas, de su boca sin sonrisas, parece exhalarse perennemente una callada protesta, un llamamiento mudo y desesperado de socorro que nadie oye y que no llega nunca.
El esclavo que trabajaba en el campo vivía perennemente amagado del látigo y el grillete, y el que lograba la buena suerte de residir en la ciudad tenía también, como otra espada de Damocles, suspendida sobre su cabeza la amenaza de que al primer renuncio se abrirían para él las puertas de hierro de un amasijo.
Y discúlpeme que tome la cuestión por las alturas de la perennemente humana y más transcendental filosofía.
La Mariposa, con los suyos hermosos, perennemente azules y fríos, no disfrazaba el enojo ante la declaración número mil del violento Andrés, indesahuciable por lo testarudo.
Y entre las lagrimitas incesantes de su hija y el inmenso abismo de agua del mar, al pobre Manco se le aguaba todo el vino antes de llegarle al gaznate, y él, tan locuaz, permanecía perennemente mudo, como un buen diputado de la mayoría.
Tratábase de una mujer afable, expansiva, vestida siempre de trajes claros, con flores perennemente en los negros cabellos y sobre el pecho exuberante, alta, nerviosa, esbelta, morena y seductora.

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