Ejemplos con minuto

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Quiere usted darme a entender que le he metido en el Seminario para un cuarto de hora solamente y que no desea usted dilatarse en este lugar ni un minuto más de lo imprescindible.
Cuando uno piensa cosas así tiene un valor yo temblaba, temblaba como un azogado: puede que haya roto algo en el cuartito chico lo sentiría y también sentiré que afeen mi conducta el Padre Urtazu y el Padre Arrigoitia la afearán, sí que la afearán yo les diré que sólo quería verle un minuto como le daba la luz en la cara, le vi muy bien: está tan descolorido ¡siempre descolorido! También Pilar lo está y yo y todos y el mundo, sí, el mundo se ha puesto de un color, que antes era rosa y azul celeste pero ahora bueno, pues como quería verle, entré.
El tren seguía su marcha retemblando, acelerándose y cuneando a veces, deteniéndose un minuto solo en las estaciones, cuyo nombre cantaba la voz gutural y melancólica de los empleados.
Diciendo esto, puse mi caballo a galope, y un minuto después llegamos adonde nos aguardaban el eclesiástico y su mozo.
Volveré al mundo, a ser perseguido como una bestia rabiosa, al hospital, a la cárcel, a morir como un perro en la cuneta de una carretera, no sé lo que será de mí, lo único que sé de cierto es que me voy mañana, hoy mismo, para no disfrutar de un minuto más de lo que no es mío.
Era vergonzoso que el hombre, que sólo aparecía un instante sobre el planeta, un minuto, un segundo, pues su vida no equivalía a más ante la vida de la inmensidad, pasase este soplo de existencia peleándose con el semejante, robándolo, agitado por la fiebre del despojo, sin gozar siquiera la majestuosa calma de la bestia feroz, que, cuando ha comido, reposa, sin ocurrírsele causar daño por vanidad o avaricia.
Yo he olvidado ya vuestro nombre:—lo olvidé al minuto de leerlo.
Me alegrodijo el Delfín, cuando su mujer le conducía por las escaleras arriba, me alegro de que me hubieras sacado de allí, porque no puedes figurarte lo que me iba cargando el tal inglés, con sus dientes blancos y apretados, con su amabilidad y su zapatito bajo Si sigo un minuto más, le pego un par de trompadas Ya se me subía la sangre a la cabeza.
Ya no voy a tener un minuto de tranquilidad.
Fortunata, después de mirar de hito en hito a doña Lupe por espacio como de un minuto, volvió a apoyar la mejilla en el puño sin decir una palabra.
Basilio se retrasaba un minuto más.
Hubiera sido mucho mejorpensó deteniendo el paso y tardando un minuto de escalón a escalón, decirle aquello de , con calma, reparando bien qué cara ponía ella al oírlo, y luego quedarme tan fresca, esperando a ver por qué registro salía, o echarle tres o cuatro chinitas, diciéndole que yo también soy honrada, claro, y que su marido es un tunante a ver por dónde la tomaba.
Y la compasión hacía que brotaran en su voluntad aquellos deseos de virtud sublime que a ratos surgían como flor de un minuto, criada por la emulación.
Rubín estuvo más de un minuto sin dar un paso, clavado en la puerta y destacándose dentro del marco de ella como la figura de un cuadro.
Y cuando pasaban por aquel túnel, al extremo del cual se veía otra plazoleta tan solitaria y misteriosa como la anterior, los amantes, sin decirse una palabra, se abrazaron y estuvieron estrechamente unidos, besuqueándose por espacio de un buen minuto y diciéndose al oído las palabras más tiernas.
Era el momento más sabroso, el verdadero instante de felicidad espiritual para un cazador de raza: era el minuto de las anécdotas cinegéticas y, sobre todo, de los embustes.
¡Que si le habían contado! ¡Pues no habían de contarle! Desde su llegada, la venerable dueña que regía el llavero en casa de la Lage no había cogido a solas a su hijo un minuto sin ceder a la comezón de tocar ciertos asuntos, que únicamente con varones graves y religiosos pueden conferirse.
Aguarda, hija, aguarda un minuto nada más.
Apenas logró verle un minuto la cara desviándole de ella los brazos, pudo convencerse de que el muy insolente no hacía sino reírse a más y a mejor, y también notar la extraordinaria lindeza del desharrapado chicuelo.
Ni un minuto recordó al duro y bronceado abuelo tendido allá junto al paredón.
¿Pensar en lo que el proyecto tenía de extraño, de inconveniente? Ni se le ocurrió un minuto.
Para evitar que se la jugasen , don Eugenio, valiéndose del derecho de intervención, sentó en la mesa a un labriego de los más adictos suyos, con orden terminante de no separar la vista un minuto de la urna.

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