Ejemplos con matusalén

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La sangre de Matusalén se señala a él y va directamente a su cuerpo sin usar sus colmillos.
Este poderoso Vampiro, un Matusalén de la quinta generación sigue involucrado en la Yihad y asegura que su línea de Sangre aún tiene un papel que cumplir en el futuro de todos los Vástagos.
De haber tenido varones sin duda se habrían llamado Noé, Abraham, Josué o Matusalén.
Pronto volvió a mi lado, contándome de este modo lo que había visto: Pues allí va una señorona con más años que Matusalén, alta y de buenas hechuras.
Hablaron algo de Madrid, mucho más de Vitoria, consagraron recuerdos cariñosos al venerable Matusalén don Alonso, y a todas las innúmeras personas de aquella patriarcal familia, desde las más vetustas y momificadas a las más frescas y juveniles.
Por Dios, señor dijo Sancho, la isla que yo no gobernase con los años que tengo, no la gobernaré con los años de Matusalén.
Pardiez, vuesa merced tiene razón respondió el castellano, que aconsejar a este buen hombre es dar coces contra el aguijón, pero, con todo eso, me da muy gran lástima que el buen ingenio que dicen que tiene en todas las cosas este mentecato se le desagüe por la canal de su andante caballería, y la enhoramala que vuesa merced dijo, sea para mí y para todos mis descendientes si de hoy más, aunque viviese más años que Matusalén, diere consejo a nadie, aunque me lo pida.
Entre gritos de «¡papá Moisés, señor don Moisés!» y alguno de «¡Señor Matusalén!» que yo jurara que procedía de los pulmones de Gabrielón, aquella muchedumbre estrujó al anciano, asaltándole por piernas, brazos y cabeza.
-Dígamelo usté a mí, que cuando me pongo a pensar en lo que he sío me jincho, pero que me jincho de llorar, y crea usté que no son solamente los años, sino que tamién son las penas las que más nos desfiguran el perfil, porque yo no estaré en capullo, pero tampoco me he tuteao con Matusalén, porque yo, pa la Encarnación, Dios mediante, cumpliré los cuarenta y nueve.
Sesenta y pico, chavó, pos ni Matusalén ni toíta su decendencía.
Y una ermita de San Roque, más vieja que Matusalén, a la cual tienen aquellos fanáticos mucho respeto, porque el santo que se venera en ella libró de una peste al concejo allá en los tiempos de Mari Castaña.
todo, aseguró que sacaría de la puja al mismo Matusalén.
Como a las mujeres, aunque sean de la edad de Matusalén, las gusta seguir la última moda, quedaron los siete espantajos muy alegres, cada una con su rueca, instrumento que antiguamente ponían por burla y castigo a los soldados que en las batallas se portaban con cobardía.
Hágase a un lado el Matusalén, que me está mal oír agravios de quien por sus canas, más que por su cargo, escudado está de mí.
-Di a una vieja, que es lo que quieres decir, mocosa -rezongó algo picada la tía Hilaria, pues no hay hembra, así cuente los años de Matusalén, a quien no mortifique el que se los echen en rostro-.
De este modo hubiera continuado quizás, aunque hubiese vivido más años que Matusalén, si no acontece lo que vamos a referir ahora, valiéndonos de una carta de Respetilla a su amo, que trasladamos aquí con fidelidad y exactitud.

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