Ejemplos con matutero

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El Ayuntamiento, a quien el pueblo llamaba el gran matutero, les exigía un nuevo impuesto, y las pobres no podían ni querían pagarlo.
El matutero y el ultramarino se despidieron amistosamente, tal vez pensando cada cual haber engañado al otro.
Algunos vecinos se habían asomado, algunos transeúntes trabaron conversación con el venerable Tres Pesetas, y ya sea que un ebrio se distrae fácilmente, ya que les impusiera temor la actitud firme del militar, lo cierto es que los cuatro amigos de Calleja dejaron en paz a Elías, el cual, ayudado de su protector, se levantó como pudo y se puso el gorro que casi había perdido la forma bajo los pies del matutero.
-No: que se ponga ahí, encima de ese barril y nos hable -exclamó otro, que por las señas debía de ser Matutero, el que atropelló a Coletilla, según referimos al principio.
- -exclamó con trágico furor la maja, soltando a Clara y echando rápidamente mano a la cintura, de la cual sacó una navaja, que esgrimió con el donaire y la presteza de un matutero.
Vamos, padrito, pronto dijo el matutero.
Es de advertir que el matutero era conocido entre los de su calaña por el extravagante nombre de Chaleco.
La ferocidad se pintaba en los ojos del matutero y del chalán.
-vociferó el matutero, sacando su navaja.
-Vamos a comunero de la gran -dijo el matutero-.
- -gritó el matutero enarbolando su vara.
- no tiene mala cabeza jugar a los trucos -dijo el matutero, dándole un papirotazo en mitad del cráneo.
¡Mátale, mátale! dijo con aguardentosa voz el matutero, pinchando con la varita que llevaba en la mano el pecho de Elías.
-Pos lo que dijo fue -continuó éste- que le soltó una coz, y el Cayetano, al ver al otro tirarle una coz, se fue pa él y le metió un crujío en el perfil que lo puso en cuclilla, y en menos que se dice me lo cacheó mejor que un pincho a un matutero, y le quitó un Hontoría y una de Albacete que cogía como desde aquí a Tarifa, y le dijo que si quería que se los devolviera que no tenía más que dir a peírselos al sitio que más fuera de su gusto.
Eso de que le llamen a uno matutero.
-¡Reendino! -exclamó con trágico furor la maja, soltando a Clara y echando rápidamente mano a la cintura, de la cual sacó una navaja, que esgrimió con el donaire y la presteza de un matutero.
«Vamos, padrito, pronto» dijo el matutero.
-vociferó el matutero, sacando su navaja.
-Vamos a jaserle comunero de la gran comuniá -dijo el matutero-.
-¡Menistros! -gritó el matutero enarbolando su vara.
-Pos no tiene mala cabeza e pelaílla pa jugar a los trucos -dijo el matutero, dándole un papirotazo en mitad del cráneo.
«¡Mátale, mátale!» dijo con aguardentosa voz el matutero, pinchando con la varita que llevaba en la mano el pecho de Elías.
Una mañana que salió, poco después del alba, a su excursión por las afueras de la Puerta de Toledo, habiéndose sentado a descansar como a un kilómetro más allá del puente, caminito de los Carabancheles, vio que hacia él se llegaba un hombre muy mal encarado, flaco de cuerpo, cetrino de rostro, condecorado con más de una cicatriz, vestido pobremente y con todas las trazas de matutero, chalán o cosa tal.

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