Ejemplos con matungo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Rosas resultó mediador y logró la devolución del caballo, pero no pudo impedir que López afrentara nuevamente a Quiroga, diciéndole que El Moro era un matungo, un caballo de poco valor.
Recuerdo que tiré la lanza y que pelé el corvo viejo, le cerré las espuelas al matungo y cuando recordé corríamos como huracán detrás de los indios, que disparaban como alma que lleva el diablo.
En Lobos alquiló un matungo de posta, y se largó camino de Navarro, navegando sobre el recado como uno de estos marineros ingleses que suelen bajar de abordo y alquilan un sotreta en la primer caballeriza con que se topan, prometiéndose un día de alto refocilamiento, aunque a la noche sepan volver más molidos que si les hubieran dado mil azotes, tendidos sobre el temible cañón de proa.
¿Cómo diablos haré yo para salir airoso de ésta, montando tan detestable matungo? Sin embargo, dominando por completo todo recelo, repuso tranquilamente:.
En seguida taloneó también a su matungo, cuyo galope de ratón de mercado sólo sujetó en el rancho de su antiguo cliente a quien narró el encuentro que había tenido.
¡Cómo será de novedosa toda esta agitación, que un criollo de Ñandú Culeco se la tropieza frente a la comisaría, detiene el matungo, toca su chambergo y, ¡caso nunca visto!, interroga:.
-Sí, señor, y le he tomao el tiempo con los dos reloses que tenía: uno rigular y el otro de sacarlos ligeros a los caballos, y con nenguno me dio más que cualquier matungo.
Recuerdo que tiré la lanza y que pelé el corvo viejo, le cerré las espuelas al matungo y cuando recordé corríamos como huracán detrás de los indios, que disparaban como alma que lleva el diablo.
Y dentro de una hora este individuo le entrega un caballo ensillado o lo agarra usted a el mismo, lo dobla por la cintura y me lo pone de cojinillo en un matungo, apretado como un cinchón.
¡Qué trotada, hermano! Cuando volví eran las nueve y cuarto, y el matungo sudado que daba miedo.
Yo estaba con un matungo en la herrería de un francés que había frente al boliche.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba