Ejemplos con matronas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El Senado decidió enviar a Publio Cornelio Escipión Nasica para que recibiera a la diosa en el puerto de Ostia acompañado por la mayoría de las matronas de la ciudad.
No fue a vivir de su profesión sino a formarse para servir mejor, creando por ejemplo la Escuela Nacional de Enfermería en Madrid y la de Enfermería y Matronas en Málaga.
Creador de la Maternidad provincial de Málaga, consiguió después de muchos esfuerzos la apertura de la Escuela de Matronas.
El primero hace referencia a la vieja fiesta en honor de Ceres, durante la cuale el joven se aprovecha de la amada, en Roma existían realmente fiestas en honor de Ceres, pero participaban sólo matronas y no se alargaba durante la noche.
, habló en contra de la imposición a las ricas matronas romanas de un impuesto especial.
Esta práctica, tal como se refleja en el libro de las matronas Beatrijs Smulders y Mariël Croon Parto seguro , es una práctica usual en países como Holanda.
¡Pero cualquiera hacía mover a las secas y negruzcas matronas de sus asientos! Bien claro hablaban los ojos hostiles de estas damas.
Las respetables matronas avanzaban sus silletas de esparto para oír mejor.
Si alguna inclinación muestra, es aquella que Petronio atribuía con tan enérgicas palabras a las matronas de su tiempo:.
En la Grecia antigua, las cortesanas y también las castas matronas apetecían los zapatos venidos del Asia, zapatos al parecer preciosos, adornados con pinturas de mucho mérito y figuras cinceladas en metal.
Le interesaban las matronas envueltas en velos de luto que hacían sonar el piano y el arpa, acompañando la danza con cánticos suspirantes.
Las matronas le encontraban muy distinguido.
Las respetables matronas levantan la cabeza, y yo debo velar por mi reputación.
A usted lo consideran buen mozo las matronas más austeras, y lo que es mejor aún, figura como el más distinguido entre los hombres serios de a bordo.
Algunas matronas se erguían dignas y austeras, volviendo los ojos por no verles, pero al llegar a la otra banda del paseo lanzaban la noticia, una gran noticia para la gente ansiosa de novedades.
Eran la escolta de honor de tres matronas de hermosos brazos y majestuoso andar, con túnicas blancas y el purpúreo gorro frigio sobre las negras y ondulosas crenchas.
¡Maltrana! ¡Que salga Maltrana! Las nobles matronas volvían a él sus ojos desde las alturas y agitaban las manos para que obedeciese sus deseos.
No puedo aproximarme a las nobles matronas y cambiar con ellas un saludo, sin que alguna me diga: Cuéntenos algo.
Habló Isidro de la indignación de las matronas, que consideraban como un tormento viajar con sus hijas teniendo que sufrir la compañía de Nélida.
El de Rostand y el idealismo cristiano ¿Qué le parece el tema? ¿Se ríe usted? Por algo lo alaban las buenas matronas, diciendo que es un cura moderno de lo más moderno.
Por dignidad de clase, gozosas de jugar un rato a señora mayor , distinguiéndose de las solteras, permanecían entre las respetables matronas, pero de pronto sentíanse agitadas por un hormigueo irresistible.
Los pingüinos , a su vez, enviaban una diputación de matronas al territorio hostil, y su presencia parecía excitar la laboriosidad de las visitadas, que acometían con nuevos bríos sus labores de gancho y de bordado, siguiendo la conversación sin levantar cabeza del trabajo.
¡Que le librase Dios de tamaño atrevimiento! Los pingüinos eran las señoras más notables de a bordo, matronas argentinas que al no poder ocupar el trasatlántico entero, lo mismo que un yate propio, se habían concentrado en esta parte del buque como asustadas y ofendidas del contacto con los demás.
Estas matronas tan dignaspensó élme van a tomar ojeriza si me encuentran mucho aquí.
Eran de la señora de Goycochea y otras nobles matronas de una majestad paquidérmica.
Ante los grupos de nobles matronas, su cortesía pudo más que el miedo.
En el estanquillo de doña Rafaela, de la calle de San Florencio, donde se reunían algunas honradas matronas de la vecindad con las cuales gustaba conversar algún rato, entregado a los palillos, también le hablaron del.
Allí estaba toda la aristocracia del Mercado, la sangre azul de la reventa, las mozas guapas y las matronas de tez tostada y espléndidas carnes, con su aderezo de perlas y pañuelo de seda de vivos colores.
Distinguió también a su tía y a las otras dos matronas que, ayudadas de un jayán, estaban claveteando tablas y armando un toldo.
Nadie aludió al trascendental acontecimiento, ni se atrevió a decir la menor chanza que pudiese poner colorada a la novia, pero al despedirse los convidados, algunos caballeros recalcaron maliciosamente las , mientras matronas y doncellas, besando con estrépito a la desposada, le chillaban al oído: Adiós, .

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