Ejemplos con escuálidas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¡Qué diferencia entre aquellas groseras fundas de algodón, con que cubría sus escuálidas piernas, y las mallas que apretaban y contenían los bien formados encantos de Mariquita! ¡Oh amor, cómo pusiste al pobre don Quintín! ¡Desde la guerra de Troya no había hecho la pasión tan cruel estrago en un hogar como lo hizo en aquel estanco!.
Rodaba por otro lado el vehículo público, tartana, calesa o galera, el carromato tirado por una reata de bestias escuálidas, y entre todo esto el esportillero con su carga, el mozo con sus cuerdas, el aguador con su cuba, el prendero con su saco y una pila de seis o siete sombreros en la cabeza, el ciego con su guitarra y el chispero con su sartén.
Los labios cárdenos se agitan, el Papa interrumpe la plegaria, se confunde, se deshace en adoración, quiere salir de sí mismo para mejor escuchar y beber la palabra divina, y el Crucificado -señalando con mirada ya turbia hacia el océano de criaturas que bullen allá abajo, escuálidas, transidas, gimientes, dolorosas, maltratadas, ofendidas, en el abandono- dice el Papa, en voz que resuena urbi et orbi:.
Y rápidas unas tras otras, como vierten nubes de tormenta las suyas, corrían lágrimas por las escuálidas y atezadas mejillas de la pobre anciana.
-¡Josús, y cómo te ha puesto tu cita con el Piri! -exclamó la vieja acereánJose a prudente distancia de las escuálidas mejillas una plancha que acababa de coger del anafe.
mendigos que alargaban las manos escuálidas bajo los rotos.
-A Lima, muchachas, que la patria engorda y da colores, -palabras que eran una apetitosa promesa para las pobres hijas de Eva, a quienes el hambre y la zozobra traían escuálidas y ojerosas.
Teru-Tero había crecido también, pero era siempre el mismo ser disforme, de largas piernas escuálidas, brazos de chimpancé y enorme cabeza hundida entre los hombros, que se elevaban a manera de dos montículos.
-Eso jase la sangre agua -dijo en aquel instante el señor Frasquito el Silguero, el cual, en uno de los ángulos del hondilón, en una silla retrepada contra el muro, entreteníase en pasar por el lomo a un enorme gato rabón, colocado sobre sus escuálidas piernas, la mano enjuta y renegrida como un sarmiento.
y llorando, y todos los brincos y contracciones de que es susceptible la musculatura del hombre, y todos los caracteres que caben en una ''chispa'', y todas las chispas que caben en una agrupación de quince mil personas de ambos sexos y de todas edades y condiciones, de quince mil personas entregadas a una alegría carnavalesca, imagínense ustedes estas pequeñeces, más algunos centenares de escuálidas caballerías, de parejas de bueyes, de carros del país y coches de varias formas, imagínense, repito, todo esto, revuélvanlo a su antojo, bátanlo, agítenlo y sacúdanlo a placer, viertan en seguida «a la volea» el potaje que resulte sobre una pradera extensísima interrumpida a trechos por peñascos y bardales, y tendrán una ligera idea de la romería del Carmen en la época a que me refiero.
Por las chatas calles del arrabal, miserables y sucias, inundadas de sol, con cajones de basura a las puertas, con mujeres ventrudas, despeinadas y escuálidas hablando en los umbrales y llamando a sus perros o a sus hijos, bajo el arco de cielo más límpido y diáfano, conservo el recuerdo fresco, alto y hermoso.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba