Ejemplos con endriago

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

-¡Ah, muy bien! -dijo el endriago, observando desde lejos el golpe de vista-.
Que acaece estar uno peleando en las sierras de Armenia con algún endriago, o con algún fiero vestiglo, o con otro caballero, donde lleva lo peor de la batalla y está ya a punto de muerte, y cuando no os me cato, asoma por acullá, encima de una nube, o sobre un carro de fuego, otro caballero amigo suyo, que poco antes se hallaba en Ingalaterra, que le favorece y libra de la muerte, y a la noche se halla en su posada, cenando muy a su sabor, y suele haber de la una a la otra parte dos o tres mil leguas.
Dos tibores sostenidos por un dragón o endriago fabuloso se alzaban sobre peanas de madera laqueada en los ángulos del delicioso quiosco, todo enramado y enguirnaldado de campanillas abiertas, que sobre las columnas de porcelana parecían adornos cerámicos, de una cerámica milagrosamente frágil.
Acercose más, amortiguando la rapidez de su marcha, dócil al mandato del hombre que, encaramado en su cerviguillo negro, parecía regirle por una de sus antenas de acero, las gentes del andén, enfiladas poco antes a lo largo de la orilla, retrocedieron dos pasos, movidas de un mismo impulso temeroso, viéronse asomar racimos de cabezas por otros tantos agujeros de la panza del reptil, resonó bajo la alta techumbre de cristal el acompasado clan, clan, de la plataforma, al pasar sobre ella los cien poderosos e invisibles pies, siguió el monstruo avanzando lenta, descuidada y majestuosamente, como si aquellos ámbitos resonantes fueran la caverna de su elección para descanso de sus fatigas, y sin dejar de deslizarse todavía, y mientras se cruzaban entre los viajeros y los espectadores miradas de curiosidad, sonrisas cariñosas, saludos entusiásticos, en medio de un vocerío discordante, de unos rumores de colmena, del chirriar de las carretillas y el gritar de los empleados, fueron abriéndose las portezuelas cuyos eran los agujeros por donde asomaban los racimos de cabezas, y con ello quedaron a la vista las entrañas del endriago, henchidas de gentes de todas cataduras, que empezaban a bullir y revolverse en sus celdillas, como los gusanos en el queso.
Pero sonaron las seis de la tarde, y ni Durandarte valeroso, ni desaforado gigante Fierabrás, ni endriago embreado, ni encantador follón se presentaron a recoger el guante.
E descubierto el caso e publisciado lo acaescido, e verificadas con prolijeza suma deligentes pesquisas como ánima que los espíritus cargado la oviesen, ansí desaparecido de la haz de la tierra el don Johán, tornado en duende o trasgo, o como endriago o visión, non pudo ser habido e sí pudo ser proscesado, e jozgado, e fallado, e aindamáis pudo ser enjosticiado en imagen, como reo que non está en la persona e sí lo está en la delinqüenza.

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