Ejemplos con desorbitado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En partidas avanzadas, cuando desarrollamos segundas y terceras ciudades, no estaría mal subirlo rápidamente a un nivel desorbitado y luego construir el resto de edificios a una velocidad impresionante.
La contaminación, la sobreexplotación y otros factores han convertido la angula en un bien escaso y en un manjar con un precio desorbitado.
La situación actual del acceso a la vivienda en España es difícil, debido al aumento desorbitado del precio de la vivienda.
Un ciberokupa es una persona que se dedica a comprar y reclamar los derechos de determinados dominios de Internet relevantes o buscados por grandes empresas, celebridades emergentes u otros, con el fin de revenderlos a los interesados a un precio desorbitado.
El municipio de Valle de Chalco Solidaridad se creó ante el crecimiento desorbitado de su población, tomando la mayor parte de su territorio del Municipio de Chalco y pequeñas partes de los municipios aledaños de Ixtapaluca, San Vicente Chicoloapan y La Paz.
Herido por un golpe sublime, el mundo antiguo se desploma a los abismos de la nada: ese titán rebelde lo recibe en sus brazos extendidos, lo mantiene en alto un instante, y cuando vencido del peso lo suelta, se precipita tras él, y su sombra inmensa sirve de cauda, en la memoria de los tiempos, a aquel mundo desorbitado.
El hombre mediocre que renunciara a su solemnidad, quedaría desorbitado, no podría vivir.
Y al crepúsculo, cuando esta vida de punzantes cuidados hacíase más insoportable, cuando Palomino habíase agujereado ya toda la cabeza, a punta de zozobras, cuando febril amarillez de un amarillo de nuevo viejo, aplácabale el rostro desorbitado de inquietud, cuando hasta el médico mismo declarado había que aquel mártir no tenía nada más que debilidad, motivada por malestar del estómago, cuando estaba ya añicos ese uniforme sainado de excesiva, cediza agonía, cuando hasta Palomino había esbozado ¡oh armonía secreta de los cielos! a la vera de las arrugas de su propia frente, fugitiva sonrisa alta, que no alcanzó a saltar a las bajas mejillas, ni a la humana tristeza de sus hombros, y cuando, como hoy, llovía y había neblina por los libres espacios inalcanzables, y arreciaba por aquí abajo un premioso y hosco augurio sin causa.

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