Ejemplos con apetezco
Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.
Yo apetezco, sin embargo, un arte más alto.
He llegado al fin de mi carrera y puede usted creerme que los aplausos de los hombres no me embriagan, porque apetezco ya los de los ángeles.
Quiero decir que, por quererte tanto, ya no tengo más egoísmo que el del amor, pero fuera de esto, no apetezco otro bien que el tuyo, y todo cuanto poseo lo doy porque seas feliz, porque veas cumplidas tus aspiraciones.
Con los libros platico, en ellos busco soluciones, les pido consejo, les doy mis ideas a cambio de las suyas, pero la ardiente amistad que con ellos trabo no me da la serenidad que apetezco, no me despeja el cerebro de sombras.
La luz de mi madre arde en mí, y con esto y su amor me basta, no quiero nada más, ni otros bienes apetezco.
Has de saber, compañero, que yo, más que todos los mayorazgos del mundo, apetezco una libertad sin límites para hacer lo que me dé la gana, ir a las logias, dar gritos en las calles cuando hay alborotos, cortejar a las mozas del Avapiés, echar un par de pesetas a un caballo de oros, y divertirme en paz y en gracia de Dios: pero Santorcaz, que es mi mejor amigo y mentor, como él dice, me tiene sujeto, y me hinca las espuelas en esto del mayorazgo, afeándome mi descuido en cuestión tan importante.
Honrado soy en mi conciencia, y me basta, por eso no temo la muerte, casi la deseo, y matándome se me da la gloria del martirio, que apetezco, que ambiciono.
Has dicho, Sancho dijo don Quijote, mil sentencias encerradas en el círculo de breves palabras: el consejo que ahora me has dado le apetezco y recibo de bonísima gana.
Porque la libertad que yo apetezco lo mismo la tendría vagando solo por laderas y barrancos que sujeto a la disciplina severa de un santo instituto.
Desprecio la opinión, desafío las hambres y desnudeces, apetezco los ultrajes y el martirio.
Quiero decir que, por quererte tanto, ya no tengo más egoísmo que el del amor, pero fuera de esto, no apetezco otro bien que el tuyo, y todo cuanto poseo lo doy porque seas feliz, porque veas cumplidas tus aspiraciones.
Además, he sido tan desgraciado en mis primeras amistades que no apetezco adquirir otras por no chasquearme de nuevo.
No fumo de ese estanquillo ni lo apetezco.
Sabe Dios si apetezco montar a caballo para volar al socorro de mis amigos, libertaros a vos, cara Matilde, salvar al noble Arnaldo, y correr a la ilustre joven.
- Apetezco la soledad, la quietud, la sencillez, vivir con verdad, sintiendo y pensando por cuenta propia.
