Ejemplos con abanicaba

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Lucía se abanicaba con un periódico dispuesto por Artegui en forma de concha, y leves gotitas transparentes de sudor salpicaban su rosada nuca, sus sienes y su barbilla: de cuando en cuando las embebía con el pañuelo: los mechones del cabello, lacios, se pegaban a su frente.
Flores le había cogido el abanico, y la abanicaba respetuosamente.
Hubo momentos en que su imaginación, lanzada en el camino de la insensatez, hízole pensar que, como en los cuentos fantásticos, un colosal murciélago le abanicaba con sus alas, para chuparle la sangre después de dormido.
Como si el aire fuera el de un horno caldeado, cuanto más se abanicaba, más le ardía la cabeza.
En primer término, María Montaraz, vistiendo roja falda, blusa blanca con almidonado cuello y sangriento corbatín torero, coronados los rizos, negros como el azabache, por ladeado sombrerillo del mismo color que la corbata, adornado con enorme pluma, se abanicaba escandalosamente con el «perico» de taurómaco país, y flechaba con sus ojos de sacerdotisa de Osiris al Niño de las Verónicas, que tres filas más atrás lucía su empaque torero.
La interesada, mientras, había abierto su pelliza de renard argentée y se abanicaba, disimulando mal su despecho.
El caballero permanecía en pie y hablando apasionadamente, la dama -muy en Lyda Borelly en la escena pasional de alta comedia-, de espaldas casi, volvía la cabeza hacia él, ofreciéndole la nuca alabastrina y el torneado cuello, mientras se abanicaba con el gran abanico de plumas negras.
-¿Y tan conformes los dos? -dijo la otra, mirando a Sagrario con los ojos un poco fruncidos, mientras se abanicaba lentamente y se recostaba contra el respaldo del sillón.
Se abanicaba sin punto de reposo y tapaba la boca con el abanico cuando en medio de una situación culminante del drama se le antojaba a ella reírse a carcajadas con las ocurrencias del Marquesito, que tenía unas cosas.
Su respiración parecía algo fatigosa, y se abanicaba precipitadamente.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba