Ejemplos con veremos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Luego veremos si en algún caso puede, aun dentro de la ortodoxia de la escuela, detenerse en los hechos el arte.
Más adelante, ya veremos lo que se hace.
¡Pues no hicimos poca deriva! Hasta que amanezca no podemos navegar, y aun así veremos Habrá que ir achicando agua toda la travesía.
Ahora veremos qué cuenta das de las joyas de la Virgen ¡ladrón!.
Eso ya lo veremos: ya lo verás tú.
Veremos, Gabriel pensaremos en ello.
¡Quién sabe si le veremos obispo! Monaguillos he conocido yo, cuando mi padre estaba encargado de la sacristía, que ya usan mitra, y puede que algún día los tengamos en Toledo.
Veremos, veremos si me sirve usted.
Cuando éste salga de aquí, no nos veremos más.
En la Plaza es la fiesta, y sin salir a la calle lo veremos todo: el paseo cívico, y los fuegos que será cuanto habrá que ver.
Amiguito: ¡ya veremos! Cabalgando se aprende.
¡Ya veremos! Ya veremos si encuentro en mi nuevo amanuense lo que deseo y he buscado siempre: un joven inteligente, activo y útil.
Poco vas a ganar, muchacho, pero, ¡algo es algo! Ya veremos si después encontramos cosa mejor.
¡Bien! ¡Bien! Veremos si obtiene usted lo que desea.
Veremos, veremos si es usted útil.
Vendrás, y veremos si puedes traducir una cosita que tengo guardada por ahí: una oda sálica al Pedregoso, nuestro rojo Tíber.
Todavía te acordarás del latín, ¿verdad? Ya lo veremos.
Pablo Ortiz y Santa Cruz, ¡Obispo in pártibus de Malvaria! El mejor día, luego que me deje el reuma, le largo un artículo morrocotudo, en latín, en latín crespo y ciceroniano, y entonces ya veremos, ya veremos si es capaz de entender una palabra ¡una sola! ¡Y el otro! ¡otro que bien baila! ¿Ocaña, Jacinto Ocaña, el que vino de Pluviosilla tan sabio como un guardacantón, y que ahora regenta la Escuela del Cura? Este no habla mal de mí en los mentideros, ni me insulta en los periódicas, ni se burla de mis canas en la botica de Meconio, no, pero un día, en El Puerto de Vigo , en la tienda de mi compadre don Venancio, cuando ya se acercaban los exámenes, dijo que no quería que yo fuese de sinodal a su escuela porque mi método es anacrónico.
El mejor día volverá este joven, y os examinará, y ya veremos, ya veremos cuáles son vuestros adelantos en la hermosa lengua latina.
Veremos si al fin me salgo con la mía, que es un grano de anís, nada menos que levantarles un edificio de nueva planta, un verdadero palacio con la holgura y la distribución convenientes, todo muy propio, con departamento de esto, departamento de lo otro, de modo que me quepan allí doscientos o trescientos huérfanos, y puedan vivir bien y educarse y ser buenos cristianos.
Allá lo veremos Ya sabes, hija, el trato es trato.
Veremos cómo lo toman añadió dando un gran suspiro.
Dice que es necesario probarlo ya ves tú, probarlo, y que eso del parecido será ilusión nuestra Veremos lo que dice Juan.
Veremos si esta noche le quitamos de la cabeza sus ideas melancólicas.
Veremos si hay abogados y jueces que apadrinen los torpes manejos de esos aldeanos legistas, que viven pleiteando y son la polilla de la propiedad ajena.

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