Ejemplos con vendieron

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Mir y sus socios vendieron las acciones al Grupo Editorial Norma.
Todas las generaciones del Camry salvo la primera se vendieron como Lexus ES, la segunda y la tercera como Holden Apollo, y las tres últimas como Daihatsu Altis.
Germaine Bouchez, Marquesa de Narros, únicos propietarios de la localidad, vendieron a los arrendatarios las tierras que cada uno trabajaba y regalaron las casas y edificios a los colonos.
Italia: En la región del sur una gran lista de títulos registrados en el libro de Oro de la Nobleza Italiana: condes, marqueses, y por un corto período como duques de la isla de Creta la cual vendieron a la Casa de Venecia por no poder afrontar los ataques Otomanos a la isla, esta línea de los de Candia-Aragona se extingue en línea masculina y el título pasa posteriormente a la Casa Borgia-Aragona y se radica en el Reino de Aragón bajo la lengua catalana como Duque de Gandía.
Se vendieron todas las localidades.
El libro How the War Came to America fue traducido a muchos idiomas, y se vendieron unos siete millones de ejemplares e incluía el discurso sobre la guerra de Wilson.
Al poco tiempo de salir se vendieron cuatro millones de ejemplares de la obra.
El único juego que difiere de los demás es el de Nintendo DS, éste lo vendieron en dos partes, ya que uno se centra en los Decepticons y otro en los Autobots.
El sultán permitió un rescate de veinte besantes para los hombres, diez para las mujeres, y cinco para los niños, pero los que no podían pagar se vendieron como esclavos.
Para ayudar a financiar los gastos de construcción, se vendieron los derechos del nombre del pabellón antes de iniciar los trabajos de construcción.
El éxito del proyecto fue tal que en junio del mismo año se vendieron las primeras acciones por especialidades y algunos consultorios en la Fase I.
Después había llegado vagamente hasta él la noticia de que la cadena la vendieron en París por cien mil francos.
Y, además, ¿para qué seguir ocultándolo? ¿para qué mentir o callar, cuando mis ojos me han vendido siempre, como mis lágrimas me vendieron esta tarde?—¡Mi corazon es tuyo, Manuel! Mi corazon es tuyo desde que, a la edad de ocho años, me acostaron en el lujoso catre en que tú habias dormido tanto tiempo y de que acababas de ser despojado.
—Soy, dijo Mahamut, natural de Palermo, que por varios accidentes estoy en este traje y vestido diferente del que yo solia traer, y conózcolos porque no ha muchos dias que entrambos estuvieron en mi poder, que a Cornelio le cautivaron unos moros de Tripol de Berbería, y le vendieron a un turco que le trujo a esta isla, donde vino con mercancías, porque es mercader de Ródas, el cual fiaba de Cornelio toda su hacienda.
Obedeció el criado, tomó la carta, volvió a la ciudad, y ellos volvieron las riendas, y aquella noche durmieron en Mojados, y de allí a dos dias en Madrid, y en otros cuatro se vendieron las mulas en pública plaza, y hubo quien les fiase por seis escudos de prometido, y aun quien les diese el dinero en oro por sus cabales.
Ocho dias estuvimos en la isla, guardándome los turcos el mismo respeto que si fuera su hermana, y aun mas: estábamos escondidos en una cueva, temerosos ellos que no bajasen de una fuerza de cristianos que está en la isla, y los cautivasen: sustentáronse con el bizcocho mojado que la mar echó a la orilla, de lo que llevaban en la galeota, lo cual salian a coger de noche: ordenó la suerte para mayor mal mio, que la fuerza estuviese sin capitan, que pocos dias habia que era muerto, y en la fuerza no habia sino veinte soldados: esto se supo de un muchacho que los turcos cautivaron, que bajó de la fuerza a coger conchas a la marina: a los ocho dias llegó a aquella costa un bajel de moros que ellos llaman caramuzales, viéronle los turcos, y salieron de donde estaban, haciendo señas al bajel que estaba cerca de tierra, tanto que conoció ser turcos los que los llamaban: ellos contaron sus desgracias, y los moros los recibieron en su bajel, en el cual venia un judío, riquísimo mercader, que toda la mercancía del bajel o la mas era suya, era de barraganes y alquiceles, y de otras cosas que de Berbería se llevan a Levante, en que ordinariamente tratan los judíos: en el mismo bajel los turcos se fueron a Tripol, y en el camino me vendieron al judío que dió por mí dos mil doblas, precio escesivo, si no le hiciera liberal el amor que el judío me descubrió.

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