Ejemplos con tributa

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En el Corregimiento de Pance, nace el rio homónimo el cual tributa sus aguas en el río Jamundí, este a su vez termina en el río Cauca al sur del municipio.
En Aranjuez también le tributa el río Algodor, que llega por su izquierda, desde los Montes de Toledo.
en el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales Onerosas el arrendatario de una vivienda tributa conforme a la escala que haya aprobado la Comunidad Autónoma correspondiente al lugar en que esté situada la vivienda o si la Comunidad Autónoma no la hubiera aprobado.
Al final de cada actuación el público tributa una ovación a la nueva Banda y a su joven y competetente director.
En verdad, no he visto mulitas más discretas en el paso que las de esta tierra, su mansedumbre y la suavidad de sus movimientos superan a los encomios que todo europeo les tributa.
Los respetos y afectuosos homenajes que usted, en su amable carta, a mi esposa tributa, guárdense para cuando sea efectivo lo que aún no lo es más que en nuestra decidida voluntad.
¡Cosa singular! Los que con más ahínco clavaban el diente y más satisfechos corrían de un lado a otro comentando la noticia, eran los ellos y las ellas que la tarde antes honraban a Currita en la Castellana como a una reina y se aprestaban a honrarla del mismo modo aquella noche en el baile del marqués de Butrón, que no parece sino que en ciertas sociedades quita la envidia con una mano lo que la adulación da con la otra, sin comprender que mientras más al desnudo deja la deformidad del ídolo que adora, más indecoroso y repugnante aparece el culto que le tributa.
Al hacer cocos a una doncella o mujer casada, parece como que se tributa cierto holocausto al Señor por las maravillas que puso en el alma y en el cuerpo.
El ídolo está cubierto con tupido velo o se presenta a los adoradores con faz atractiva y risueña, mas por esto no varía, es el hombre que se ha levantado a sí propio un altar en su corazón y se tributa incienso y desea que se lo tributen los demás.
Así es que su fama va cundiendo y acrecentándose por autoridad, disputada y contradicha á menudo, y tan lenta y pausadamente, que el sabio y el poeta suelen morirse sin gozar de aquel respeto y aun adoración que más tarde se tributa á su memoria.
En una primera consideración de las cosas, ello se resolvería de acuerdo con la propiedad que el amor tiene de asemejar a quien lo tributa y a quien lo inspira, siendo éste el original y aquél el traslado: de suerte que la virtud del amor no sería en sí mala ni buena, sino relativa a la calidad del objeto en que él pone la mira, y según fuese el objeto, la virtud del amor variaría entre lo sumo de las influencias nobles y lo ínfimo de las causas de abatimiento y abyección: entre lo más alto y lo más bajo, porque tal como el amado es y tal como necesita, para su complemento, a quien le ama, así lo rehace y educa con la más sutil y poderosa de las fuerzas.
En Parténope aún se le tributa adoración y culto a la diosa de la.
»Luego aquel escuadrón de espíritus siniestros solía dispersarse, replegábase, aglomerándose a veces, agitábase en evoluciones extrañas, alejándose siempre de las iglesia, de las mezquitas, y hasta de las sinagogas mismas, de todos los santuarios, en fin, donde bajo cualquiera nombre y forma y denominación se tributa a Dios culto.
Anualmente había por aquellos tiempos una concurrida romería religiosa al pueblecito de Guamantanga, distante quince leguas de Lima, donde se tributa culto a una efigie del Señor, tenida, en concepto del devoto pueblo, por muy milagrosa.
En verdad, no he visto mulitas más discretas en el paso que las de esta tierra, su mansedumbre y la suavidad de sus movimientos superan a los encomios que todo europeo les tributa.
Los respetos y afectuosos homenajes que usted, en su amable carta, a mi esposa tributa, guárdense para cuando sea efectivo lo que aún no lo es más que en nuestra decidida voluntad.
Reconocemos en todo el discurso una mano maestra, y de buena gana recomendamos su lectura a los aficionados a estas cuestiones literarias, bien seguros de que habrán de sacar del discurso más luz que de todas las discusiones vocingleras de café, y deseosos de que su lectura haga renacer la amortiguada afición a desentrañar y estudiar las muchas y extraordinarias bellezas de nuestro teatro antiguo, que nosotros, dueños de ellas, tenemos olvidadas, al paso que la Europa entera les tributa el justo homenaje de imitación a que son tan eminentemente acreedoras.

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