Ejemplos con sucesos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pero más que los mismos sucesos le admiraba el poco rastro que dejaban en aquella casa.
Pero ¿ha de impedirme esta razón, que en mí pesa mucho, seguir narrando los sucesos hasta el fin de la comenzada historia? No a fe, que, después de todo, no está mandado por ninguna ley que siempre que se cuente algo hayan de ser maravillas.
El maestro de capilla, siempre insensible a los sucesos de la catedral, salía, sin embargo, a tomar noticias del estado de Su Eminencia.
En la catedral hablaban de la de aquel año con misterio unos y zozobra otros, como si aguardasen sucesos extraordinarios.
Pero lo cierto fuecontinuó al poco ratoque caíste en la redada que dio el gobierno al ocurrir aquellos sucesos.
En la vida de su hermano había ocurrido algo grave durante su ausencia: uno de estos sucesos que disuelven las familias y separan para siempre a los que sobreviven.
Doña Luz no era una soñadora mística, distaba infinito de vivir en continuo arrobo, veía, comprendía y apreciaba cuanto ocurría en torno de ella en el mundo real, pero los lances y sucesos de Villafría la interesaban menos, aunque los veía de cerca, que los lances y sucesos que las historias y novelas relataban, que la poesía acertaba a presentarle o que ella misma fantaseaba en ocasiones.
Recordé cosas y sucesos pasados, evoqué memorias dolorosas de la niñez, pesares y amarguras infantiles, los tristes días de colegio, las melancolías del primer amor.
Pero entonces, cuando acaecieron los sucesos que voy a referir, era otra cosa.
Ahora, es decir, en los tiempos en que acaecieron los sucesos que voy narrando, contaba Birján pocos oratorios, pero aun tenía culto en muchos sitios.
Charlaba alegremente, con ingenuidad de chiquilla, hacía reir al sacerdote, y no cesaba de recordarle cosas y sucesos de otro tiempo.
Basilio descendía siempre a menudencias de personal, Relimpio era procaz y malicioso en sus juicios, Rubín descollaba por suponerse que todo lo sabía y que se anticipaba a los sucesos , y por último, Feijoo era profundamente escéptico, y tomaba a broma todas las cosas de la política.
Poco a poco iban llegando los amigos, aquellos hermanos de su alma, que en la soledad en que Plácido estaba le parecían algo como la paloma del arca, pues le traían en el pico algo más que un ramo de oliva, le traían la palabra, el sabrosísimo fruto y la flor de la vida, el alcohol del alma, con que apacentaba su vicio Pasábanse el día entero contando anécdotas, comentando sucesos políticos, tratando de tú a Mendizábal, a Calatrava, a María Cristina y al mismo Dios, trazando con el dedo planes de campaña sobre el mostrador en extravagantes líneas tácticas, demostrando que Espartero debía ir necesariamente por aquí y Villarreal por allá, refiriendo también sucedidos del comercio, llegadas de tal o cual género, lances de Iglesia y de milicia y de mujeres y de la corte, con todo lo demás que cae bajo el dominio de la bachillería humana.
Dios es el único que castiga, ¿verdad, señora? ¡Y qué bien que lo sabe hacer! ¿A qué usurparle sus funciones? Dios, realizando la justicia por medio de los sucesos, lógicamente, es el espectáculo más admirable que pueden ofrecer el mundo y la historia.
Pero no fue posible, porque hasta el término de la comida no se habló más que de Mauricia, de los protestantes y del insano vicio de la embriaguez, y por fin, Nicolás sacó a relucir sucesos ocurridos en las Micaelas, evocando el testimonio de Fortunata.
Ni la más ligera alusión a los sucesos del año pasado.
Al levantarse, por la mañana temprano, preveía todos los sucesos y acciones del día que empezaba, y se preparaba para ellos con una evocación mental de su energía, y con la distribución metódica de las horas para todo lo previsto y probable.
Hablaron de la boda de Maximiliano y de los increíbles sucesos que después vinieron, diciendo Juan Pablo que su cuñadita era una buena pieza.
Entrole entonces cierto afán por las lecturas, porque reconocía su ignorancia y la necesidad de entender las ideas de los grandes hombres y los sucesos notables que habían pasado en el mundo.
En aquel año ocurrieron sucesos y lances muy notables, como el sitio de Bilbao, la muerte de Concha, y por fin, el pronunciamiento de Sagunto.
Pero aunque no sepa apreciar bien la sucesión de los días, el amor aspira a dominar en el tiempo como en todo, y cuando se siente victorioso en lo presente, anhela hacerse dueño de lo pasado, indagando los sucesos para ver si le son favorables, ya que no puede destruirlos y hacerlos mentira.
Lo primero que hizo, conforme a su gran carácter, fue sobreponerse a los sucesos, no amilanarse por la vista de la sangre y dictar atinadas órdenes preliminares, como acostar a Maximiliano, traer provisión de árnica, reconocerle bien las contusiones que tenía y llamar un médico.
Veía, pues, a Maximiliano con gusto, y aun se le hacían cortas las horas que en su compañía pasaba hablando de doña Lupe y de Papitos, o haciendo cálculos honestos sobre sucesos que habían de venir.
¿En qué creeréis que se fundó para volver a tomar aquellos aires de persona superior a todos los sucesos? Pues en la hermosura de Fortunata.
Las relaciones entre Nicolás y la viuda, que habían sido frías hasta un par de meses antes de los sucesos referidos, eran en la fecha de estos muy cordiales, y no porque tía y sobrino tuviesen conformidad de genio, sino por cierta coincidencia en procederes económicos que atenuaba la gran disparidad entre sus caracteres.
El velo tenía que ser muy denso porque la franqueza de Fortunata arrojaba luz vivísima sobre los sucesos referidos, y su pintoresco lenguaje los hacía reverberar Dio ella entonces algunos cortes a su relación, comiéndose no ya las letras sino párrafos y capítulos enteros, y he aquí en sustancia lo que dijo: Torrellas, el célebre paisajista catalán, era tan celoso que no la dejaba vivir.
Vinieron días marcados en la historia patria por sucesos resonantes, y aquella familia feliz discutía estos sucesos como los discutíamos todos.
Y acentuando de una manera notabilísima aquella expresión de oler una cosa muy mala, añadió que todo lo que estaba pasando lo había previsto él, y que los sucesos no discrepaban ni tanto así de lo que había venido él profetizando.

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