Ejemplos con suceden

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El acceso al piso superior se realiza a través de una sola escalera con pretiles góticos a los que se suceden los paramentos almohadillados de su caja decorada también con el timbre heráldico del fundador y con un artesonado mudéjar, en cuyo friso se pueden observar las iniciales de los Reyes Católicos y que cierra todo su ámbito.
, momento a partir del cual se suceden sin discontinuidad los diferentes niveles de construcciones hasta el bajo imperio.
Según la importancia de los parques, las cuatro tipologías cohabitan o se suceden en el desarrollo de un paseo y en el descubrimiento del jardín.
La ventana temporal se agranda y los incisivos se igualan en tamaño y se suceden otra serie de cambios que los van distanciando de sus ancestros y acercando a lo que podrían ser los mamíferos más primitivos:.
A partir de ese momento, el traidor acumulará ambición y poder y el traicionado deseos de venganza, hasta que se suceden los acontecimientos, ocho años después.
La concepción hindú, que integra la idea de la reencarnación como necesidad de que el hombre se ponga a prueba y ejercite, a lo largo de innúmeras vidas y en diversas circunstancias y experiencias aquello que sueña, aquello que desea, hasta forjar en sí mismo una realidad más profunda y evolucionada, pareciera que ve al hombre como quien se desplaza sobre los acontecimientos y civilizaciones, aunque en el fondo concibe al tiempo como algo que corre bajo sus pies, de modo que las experiencias que se suceden en esta vida o en varias sirven a la comprensión profunda de la conciencia imperecedera del hombre interior, aquel que somos más allá de los ropajes que vamos adquiriendo en cada vida particular.
entre la punta del Malpaís y corrió hacia la Hoya de la Perra, derecho a la Montañeta del Medio de Güiguan, lindando con el término de Tajaste, y donde se suceden los acontecimientos relacionados directamente con la Virgen de Los Dolores.
El rey Luis XV es infatigable cerca de las damas que se suceden en su cama.
Los días se suceden con lentitud inexorable.
Son tan raras las cosas que desde anteayer me suceden, está tan fuera de sus naturales caminos mi vivir desde estos días, tan singular e inaudito me parece lo que usted dijo allá junto al pantano, que imagino si me quedaría dormida en Miranda de Ebro, y no habré despertado aún.
La aflicción del niño había desaparecido, con esa dichosa rapidez con que se suceden en la infancia emociones a emociones.
Mire ustedmurmuró con asomos de amarga sonrisaque siempre me suceden a mí desgracias por cosas de que no tengo la culpa.
La que tuve con los jitanos fué considerar en aquel tiempo sus muchas malicias, sus embaimientos y embustes, los hurtos en que se ejercitan así jitanas como jitanos desde el punto casi que salen de las mantillas y saben andar: ¿ves la multitud que hay dellos esparcida por España? pues todos se conocen y tienen noticia los unos de los otros, y trasiegan y trasponen los hurtos destos en aquellos, y los de aquellos en estos: dan la obediencia mejor que a su rey, a uno que llaman conde, el cual y todos los que dél suceden, tienen el sobrenombre de Maldonado, y no porque vengan del apellido deste noble linaje, sino porque un paje de un caballero deste nombre se enamoró de una jitana muy hermosa, la cual no le quiso conceder su amor si no se hacia jitano y la tomaba por mujer: hízolo así el paje, y agradó tanto a los demas jitanos, que le alzaron por señor, y le dieron la obediencia, y como en señal de vasallaje le acuden con parte de los hurtos que hacen, como sean de importancia.
Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas, porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca.
Así que, no debes congojarte por las desgracias que a mí me suceden, pues a ti no te cabe parte dellas.
No lloréis, mis buenas señoras, que todas estas desdichas son anexas a los que profesan lo que yo profeso, y si estas calamidades no me acontecieran, no me tuviera yo por famoso caballero andante, porque a los caballeros de poco nombre y fama nunca les suceden semejantes casos, porque no hay en el mundo quien se acuerde dellos.
Ya no hay ninguno que, saliendo deste bosque, entre en aquella montaña, y de allí pise una estéril y desierta playa del mar, las más veces proceloso y alterado, y, hallando en ella y en su orilla un pequeño batel sin remos, vela, mástil ni jarcia alguna, con intrépido corazón se arroje en él, entregándose a las implacables olas del mar profundo, que ya le suben al cielo y ya le bajan al abismo, y él, puesto el pecho a la incontrastable borrasca, cuando menos se cata, se halla tres mil y más leguas distante del lugar donde se embarcó, y, saltando en tierra remota y no conocida, le suceden cosas dignas de estar escritas, no en pergaminos, sino en bronces.
Señora mía, sabrá la vuestra grandeza que todas o las más cosas que a mí me suceden van fuera de los términos ordinarios de las que a los otros caballeros andantes acontecen, o ya sean encaminadas por el querer inescrutable de los hados, o ya vengan encaminadas por la malicia de algún encantador invidioso, y, como es cosa ya averiguada que todos o los más caballeros andantes y famosos, uno tenga gracia de no poder ser encantado, otro de ser de tan impenetrables carnes que no pueda ser herido, como lo fue el famoso Roldán, uno de los doce Pares de Francia, de quien se cuenta que no podía ser ferido sino por la planta del pie izquierdo, y que esto había de ser con la punta de un alfiler gordo, y no con otra suerte de arma alguna, y así, cuando Bernardo del Carpio le mató en Roncesvalles, viendo que no le podía llagar con fierro, le levantó del suelo entre los brazos y le ahogó, acordándose entonces de la muerte que dio Hércules a Anteón, aquel feroz gigante que decían ser hijo de la Tierra.
Todas estas malandanzas te suceden, empedernido caballero, por el pecado de tu dureza y pertinacia, y plega a Dios que se le olvide a Sancho tu escudero el azotarse, porque nunca salga de su encanto esta tan amada tuya Dulcinea, ni tú lo goces, ni llegues a tálamo con ella, a lo menos viviendo yo, que te adoro.
Lo que te sé decir es que no hay fortuna en el mundo, ni las cosas que en él suceden, buenas o malas que sean, vienen acaso, sino por particular providencia de los cielos, y de aquí viene lo que suele decirse: que cada uno es artífice de su ventura.

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