Ejemplos con sentina

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los marineros que los vigilaban, cada cierto tiempo les arrojaban un balde de agua para que las inmundicias corrieran hasta la sentina.
Sentina: zona más baja de la bodega donde llegan las aguas que puedan haber penetrado en ella.
La mayor navegabilidad y desarrollo de las instalaciones portuarias aumentará el tránsito marítimo y a la vez el riego de derrames y descargas de sentina aceitosa, lastre, materiales contra el atascamiento y aguas servidas.
¿Y cómo compaginamos amor de hombre y devoción del Santísimo Sacramento? ¡Oh corrompida sociedad, oh fruto venenoso de las doctrinas de la maldita Enciclopedia, oh burla de Dios y risotadas del diablo! ¡A lo que ha llegado esta pobre España, el país de las damas honestas, de los caballeros sin mancilla y de la exaltada fe religiosa! Aquí tenéis vuestra obra, revolucionarios, ved la sentina de vuestra.
y yo iba a la sentina y me acercaba, y tenía miedo.
Dios me decía: ve por él y sácale de la sentina.
El golpe fue cruel, porque al oírle, Diógenes sintió que le arrancaban de allá, muy hondo, algo que era la esperanza de la vida, la más arraigada de todas las esperanzas, por ser la última, que no se arranca nunca sin llevarse detrás lágrimas de los ojos y sangre del corazón Cególe un movimiento feroz de ira, porque nada hay más ilógico que el terror, y pareciéndole aquello un robo descarado que venía a hacerle, revolvióse furioso contra el médico como si fuera él quien pretendiera hacerle el hurto, y arrojóle a la cara cuantas injurias y obscenidades encontraron en la sentina de su alma la cólera y el horror Asustados y sorprendidos el médico y el fondista, retiráronse al punto, dejando a Diógenes solo, revolcándose furioso, comprendiendo por la postración y la angustia que le embargaron al punto tras su arrebato, que el médico no exageraba ni mentía, que la muerte se aproximaba, en efecto, y que era forzoso condenarse o capitular.
La calle o callejón de la Forsa, que conduce desde la Zapatería Vieja a la catedral, era una horrible sentina, una acequia angosta y lóbrega, donde algunos seres humanos yacían como en sepultura esperando quien los socorriese o quien los matase.
Salvo el debido respeto, se había llevado la trampa el matrimonio cristiano, en cierto modo obra suya, y ya no quedaba rastro de hogar, sino una sentina de corrupción y pecado.
¡Todo el mundo detesta y condena al infame que sedujo a una joven en estado de merecer, perdió a la mujer del prójimo o dejó abandonada a la suya!¡Dure mucho en mi amada tierra este sentido moral! Cuando él falta, los pueblos más prósperos son una repugnante sentina.
Una revolución grande y atrevida, una de esas revoluciones descaradas que atacan lo más firme en nombre de cualquier idea fija y van derechas a su objeto hasta que vencen o se estrellan, hubiérale sobrepuesto a la multitud, personificando en su ruda figura todas las violencias disfrazadas de justicia, la firmeza heroica y quizás todas las maldades y excesos de la pasión humana, pero en aquella sentina de intrigas frailescas tenía que hundirse necesaria y fatalmente.
-Hermana, no digas que se puede vivir en una sentina de envidias y miseria.
,Hamlet:¡Y permanecer así entre el pestilente sudor de un lecho incestuoso, envilecida en corrupción prodigando caricias de amor en aquella sentina impura!.
Dame el timón, y baja a la sentina.
¡Alto: huigamos de tan insufrible confusión, sentina, que no mundo!.
aquella sentina vulgar, algunos hombres lucidos y que se decía eran grandes personajes.
¡Qué asco! No sé cómo respiráis en esta sentina.
¡Qué pequeño el vapor! ¡y qué cargado! La cubierta toda rebosaba de instalaciones improvisadas, para caballos y mulas, de carros y rodados de todas clases, de cajones, de barricas, de baúles y de catres, muchos pasajeros apiñados en la proa: soldados que acompañaban hasta la isla de los Estados, a los presidiarios, encerrados ya en la sentina, peones de un agrimensor que iba a descifrar, por primera vez, los misterios de algún retazo del desierto, y, mezclados con hombres rubios y fornidos del Norte de Europa y con criollos puros, unos pocos inmigrantes napolitanos, en busca quizás de clima clemente, y que se habían conchabado para ir a la Tierra del Fuego, inducidos en error, sin duda, por la denominación engañosa, con ellos, iban algunas mujeres, esposas y parientas, torpes y atascadas, en sus vestidos domingueros, desorientadas, azoradas por tantas cosas nuevas vistas desde su salida de Italia, llamadas, así mismo, por su escasez, más que por sus lastimosas prendas naturales, a ser, allá, codiciadas y disputadas, como objeto, a la vez, de altísimo lujo y de primera necesidad, por los varones atrevidos que van a esas soledades, para poblar.
Bajaron unas escalerillas, se deslizaron a lo largo de recalentados corredores de chapas de hierro y después de atravesar una galería de la sentina llegaron al tubo de la cadena del ancla.
Diría que era la voz de un coro de emigrantes pobres en la sentina de una trasatlántico mientras el sol se hundía en las pesadas aguas verdes.
-El hombre -opinó el profesor de Higiene- es una cloaca y una sentina.
Empieza asimismo a fumar, es más cigarro que hombre, jura y perjura y habla detestablemente, su boca es una sentina, si bien tal vez con chiste.
El jefe de la nave preso, puesto en la sentina,.

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