Ejemplos con reconociendo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Si el soltaba un domingo un interminable relato sobre la falsedad de las mujeres y lo caras que cuestan al hombre por su afición a los trapos, Margalida le respondía al otro domingo con un romance doblemente largo criticando la vanidad y el egoísmo de los hombres, y la turba de coreaba sus versos con cloqueos de entusiasmo, reconociendo la gloria de una vengadora en la muchacha de.
Admiraba a Margalida, reconociendo en ella una autoridad mayor que la del padre, por lo mismo que no estaba basada en el miedo a los golpes.
Reconociendo, de tal manera, en la selección y la predominancia de los mejor dotados una necesidad de todo progreso, excluye de esa ley universal de la vida, al sancionarla en el orden de la sociedad, el efecto de humillación y de dolor que es, en las concurrencias de la Naturaleza y en las de las otras organizaciones sociales, el duro lote del vencido.
Doña Luisa empezó a hablar de un tal Argensola, joven español de gran sabiduría, reconociendo que sus consejos podían ser de mucha utilidad para su hijo.
Y Desnoyers agradecía en silencio esta adhesión, reconociendo que el alemán era un excelente compañero.
Julio la encontraba más hermosa que antes, reconociendo que bien valía su posesión las contrariedades que habían originado su viaje a América.
El , a pesar de sus emociones, fué reconociendo el camino que seguía el automóvil.
La espía agitaba la cabeza al escuchar sus propios actos, apreciando por primera vez toda su enormidad, reconociendo la justicia del tremendo castigo.
Luego fué reconociendo la rada, vasta extensión acuática con un marco de arenales y lagunas que reflejaban la luz indecisa del amanecer.
Remaban los náufragos con nerviosa desesperación, luego yacían inertes, reconociendo la ineficacia de su esfuerzo perdido en la inmensidad.
Al levantarse el tapiz, Sánchez Morueta dió un grito de alegría, reconociendo a su primo.
La joven sentíase anonadada, reconociendo de pronto la inmensidad de su pecado.
Y el viejo Luna, saltando de abuelo en abuelo a través de los siglos, recordaba al archiduque Alberto, que renunció la mitra toledana para ir a gobernar los Países Bajos, y al magnífico cardenal Tavera, protector de las artes, todos príncipes excelentes, que habían tratado con cariño a la familia, reconociendo su secular adhesión a la Santa Iglesia Primada.
En sus preguntas embrollaba dolorosamente la geografía, no reconociendo en ella más que una división: países de herejes y de cristianos.
No reconociendo igualdad más que en Luna, sólo a él dirigía su palabra, como si los demás no tuvieran otro deber que escucharle en silencio.
Cierto, ciertísimo, lector pío y discreto, que peca de inmoral y merece toda censura el autor que encomia a los ladrones y recomienda sus hurtos y los facilita, o el que protestando contra ellos y reconociendo su inmoralidad, traza, sin embargo, con buenas intenciones y poquísima prudencia, cuadros de peligrosa belleza, de tentación seductora, que ejercen sobre el lector incauto, y aun sobre el que por tal no se tiene, la atracción siniestra del abismo.
Currita encontró enfilados a la puerta de su casa tres coches, reconociendo al punto en uno de los cocheros la escarapela encarnada, propia de los ministros.
Contribuye a esto, por un lado, la prudencia que, reconociendo lo grave y trascendental del matrimonio, nos aconseja de continuo:.
Fuí reconociendo las casas y sitios de aquel barrio perdidos en mi memoria.
Ni una palabra más acerca del sargento Clavijo, considerado como profesor de primeras letras, y ¡bien sabe Dios que no ha sido mi ánimo zaherirlo en estos renglones, sino hacer su elogio hasta cierto punto!—¿Tenía él la culpa de no ser un sabio? Y ¿podía enseñarse más y mejor, sabiendo menos? ¿Llegaría nadie a ser maestro de escuela con tan cortas luces y pocas humanidades?—¿Qué digo pocas? ¡Él no tenía más que una, la que manda Cristo, la que también se llama !—Y ¿cabe negar mérito a la hercúlea tarea de meterse a enseñar sin saber nada? ¿No revela esto, cuando menos, grandísima fuerza de voluntad, conocimiento del corazón humano, o profundo y filosófico desdén a la sabiduría? ¿Desconocerá alguien que Sócrates, el ilustre, el insigne, el incomparable maestro de Platón y Antisthenes, por donde el sargento Clavijo, esto es, reconociendo que , ó, por mejor decir, que en el mundo ?.
Fortunata le sintió reconociendo el cerrojo de la puerta, registrando el cuarto en que ella tenía su ropa, y después el comedor y la cocina.
Edificios y carros se van, y en su lugar ve Fortunata algo que conoce muy bien, la ropa de Maxi, colgada de una percha, la ropa suya en otra, con una cortina de percal por encima, luego ve la cama, va reconociendo pedazo a pedazo su alcoba, y la voz de doña Lupe ensordece la casa riñendo a Papitos porque, al aviar las lámparas, ha vertido casi todo el mineral y gracias que es de día, que si es de noche y hay luz, incendio seguro.
Guillermina miró las láminas napoleónicas, y Fortunata también, reconociendo el parecido.
Reconociendo que le eran las tres muy superiores por la crianza y el acertado empleo de palabras finas, a veces quedábase a oscuras de lo que hablaban, y sólo asentía con movimientos de cabeza.
Mirábales como si fueran amigos que habían de darle la razón reconociendo en él a la justicia pateada y a la humanidad escarnecida.
¿Por qué decir otra cosa? Reconociendo el otro con caballeresca lealtad que esta consecuencia era laudable, sentía en su alma punzada de celos, que trastornaba por un instante sus planes de redención.
Segismundo dijo reconociendo al regente de la botica.
Al amanecer me embarquè en la chalupa, y seguí reconociendo el rio aguas arriba, dejando òrden al piloto para que asimismo mudase el bergantin una legua mas arriba, siempre que tuviese viento favorable, por ser este mejor parage, navegué todo el dia, bajando varias veces tierra, por reconocer la calidad de ella.
Esta mañana salí a caballo, costeando el rio agua arriba, y reconociendo el terreno de sus márgenes, y cuanto mas arriba es mejor tierra: caminé como seis leguas, y llegué bordo con una hora de noche.
En efeto, ellos se pusieron en el llano, a la salida de la sierra, y, así como salió della don Quijote y sus camaradas, el cura se le puso a mirar muy de espacio, dando señales de que le iba reconociendo, y, al cabo de haberle una buena pieza estado mirando, se fue a él abiertos los brazos y diciendo a voces: Para bien sea hallado el espejo de la caballería, el mi buen compatriote don Quijote de la Mancha, la flor y la nata de la gentileza, el amparo y remedio de los menesterosos, la quintaesencia de los caballeros andantes.

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