Ejemplos con ranciedad

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Un tonel de sardinas doradas por la ranciedad, esparcía acre hedor.
Feliciano y su esposa sí frecuentan la sociedad jardinesca, arrimándose a la gente de sangre azul, entre la cual tienen no poca simpatía por la noble ranciedad de sus caracteres.
Creerás que es una señora de pueblo, de esas que a la ranciedad de la nobleza y de las costumbres unen la tosquedad que da el vivir constante en villas de corto vecindario.
Realmente, semejante ranciedad era un resabio de la Edad Media.
El rico archivo eclesiástico, cuyos legajos asomaban por las rejillas de los estantes excitando la veneración del espectador, estaba tan comido de la polilla, que al desplomarse la casa se desmoronó como seco amasijo de polvo, y parecía que todo entraba en el caos tras la dispersión de tanta materia inútil, de tanta borrosa letra y de tanta ranciedad como se acumulaba en los podridos escritos.
Era, por tanto, indispensable que la vanidosa familia le viera codiciado de mujer que valiera tanto como Magdalena en ranciedad de estirpe.
Feliciano y su esposa sí frecuentan la sociedad jardinesca, arrimándose a la gente de sangre azul, entre la cual tienen no poca simpatía por la noble ranciedad de sus caracteres.
-Creo haberle oído a usted manifestar cierta ranciedad de ideas en política.

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