Ejemplos con rabicortona

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

-Pos na, que, según acaba de dicírme Mariquilla -la Rabicortona, el mu charrán que, según parece, Jace tiempo venía cimbeleando a la Lola, la sobrina del Marimoña, ha tirao el ancla en aquella badía.
Y pensando en la cosa estupenda que podía ocurrir algún día en el portal, sentía el viejo hervirle la sangre, y tal vez hubiérase ido del seguro, a no penetrar en aquel momento en su establecimiento con un quitasol convertido en paraguas por la necesidad, Dolores la Rabicortona, una hembra alta, gallarda, redondeada por la plenitud de la vida, ondulando al andar la cintura, esbelta sir presión de artificio alguno, vibrándole al andar el seno redondo, y con el pelo rubio cayéndole sobre la frente y la nuca en artística rebeldía, una mano recogiéndose la falda de coco, poniendo al descubierto al andar un pie y el principio de una pantorrilla, capaces ambos de hacer estallar al de menos pólvora en la Santa Bárbara, y luciendo su cara de tez nítida, de facciones correctas, de dientes tentadores entre labios de desesperante frescura, de ojos azules adormecidos y de expresión acharranada.
La entrada de la Rabicortona hizo levantarse al Pímporrío, e, cual, recordando las actitudes en que solía subyugar las hembras más indóciles y descontentadizas en sus ya remotas mocedades, plantóse la mano derecha en la cintura, echóse con la zurda el blanco pero sobre la sien y sin arquear el busto, por tenerlo ya más quearqueado por la edad, exclamó comiéndose a aquélla con los ojos:.
Y al decir esto, la Rabicortona descubría el pie, y además del pie algo también de la tentadora pantorrilla.
-Pos bien -exclamó la Rabicortona continuando el relato que comenzara el Cerote- , el Greñitas y el Azúcar estaban dambos a la vez más locos que cencerros por la Tururú, la que, dicho sea con perdón de ustedes, pa mí no es una mujer, sino un catite.
Y momentos después alejábase del establecimiento del Cerote Dolores la Rabicortona, mientras el Pimporrio mirábala alejarse desde la puerta de la zapatería y los escasos transeúntes hacían resonar al paso, en sus oídos, los más elocuentes requiebros de su vastísimo repertorio.
-¡Por la cruz de mis calzones, que guapo mozo se pierde -decía un mozalbete andaluz bien encarado- por culpa de una mala pécora, casquivana y rabicortona.

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