Ejemplos con quebrantadas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sus entrañas dolorosamente quebrantadas por la maternidad se habían tranquilizado después de varios emplastos de hierbas de la Cordillera y de la promesa de asistir a la procesión del Cristo de Salta.
Vanidad de vanidades Maltrana se fijó en algunos más anchos y profundos, que parecían tener las entrañas quebrantadas, inseguros sobre sus pies, con cierto aire de despanzurramiento.
Creía que todo el tiempo que tardase en poner en ejecución tan atrevido pensamiento, estarían suspensas o quebrantadas las leyes del universo.
Las trincheras de , donde estaba el príncipe , eran las que más quebrantadas parecían por el cañoneo incesante.
Con el cambio de vida y domicilio, reanudó la señora de Rubín algunas relaciones de familia que estaban absolutamente quebrantadas, siendo de notar entre ellas la de José Izquierdo, que, empezando por ir a cenar con su hermana y sobrina algunas noches, acabó, conforme a su genial parasitario, por estar allí todo el tiempo que tenía libre.
Leonardo por su parte, tan seguro estaba de que no se pondría el sol de aquel día, sin que un nuevo reloj viniese a adornar su traje en el bolsillo de sus pantalones, que habiendo tendido éstos en el sofá, enfrente de su cama, se acostó tranquilo, resuelto a dormir y reparar las fuerzas quebrantadas por la fatiga y la falta de sueño de la noche anterior.
-No me negará usted amiguito, que las prescripciones de la difunta doña Marta, en lo relativo al asunto de que voy hablando, han sido quebrantadas por ''ustedes'' mucho antes de lo que yo esperaba, aun teniendo en cuenta los naturales ímpetus de la juventud, y no extrañará, por consiguiente, que le amoneste y excite, a fin de que retroceda en el camino que parece haberse trazado, ni que le prevenga que estoy resuelto a hacer que prevalezcan vigentes los acuerdos tomados con usted en vida de la susodicha y precitada señora, por todos los medios que estén a mi alcance.
Colocado en este terreno, pronto comprendí que lo que yo necesitaba desde luego y con urgencia para salir airosamente del conflicto, era adquirir otras ligaduras con qué sustituir las quebrantadas por la muerte, otro vínculo nuevo que me uniera a Tablanca, ya que no tan estrechamente como lo estuvo mi tío, hasta el punto, cuando menos, de que dejara la casona de ser cárcel para mí.
Quebrantadas las barreras por la mano de la revolución, debió esperarse que este suelo quedase expedito al libre curso de los pueblos de Europa, pero, bajo los emblemas de la libertad, conservaron nuestros pueblos la complexión repulsiva que España había.
Además de esto, Cimón encontró ya quebrantadas las fuerzas de los Persas y abatido su orgullo con las grandes derrotas que les habían causado y con las incesantes huídas a que los habían obligado Temístocles, Pausanias y Leotíquidas, acometiólos en este estado, y hallándolos ya decaídos y vencidos en los ánimos, le fue muy fácil triunfar de los cuerpos, en cambio, Luculo postró a Tigranes cuando, vencedor en muchos combates, estaba todavía en la plenitud de su poder.
Halló las ciudades muy quebrantadas, y las trató con suma humanidad, a excepción solamente de la de los Mamertinos de la Mesena: pues como recusasen su tribunal y su jurisdicción, inhibidos, decían, por una ley antigua de Roma: “¿No cesaréis- les respondió- de citarnos leyes, viendo que ceñimos espada?” Parece asimismo que insultó con poca humanidad a los infortunios de Carbón, pues si era preciso, como lo era, qui- zá, el quitarle la vida, debió ser luego que se le prendió, y entonces la odiosidad recaería sobre el que lo había mandado, pero él hizo que le presentaran aprisionado a un ciudadano romano que había sido tres veces cónsul, y colocándolo delante del tribunal, sentado en su escaño le condenó, con disgusto e incomodidad de cuantos lo presenciaron.
Camino de una de las principales ciudades del Norte de España, en una noche fría y lluviosa, una mujer, llevando una criatura de pocos años en sus brazos andaba triste y fatigada, sin encontrar una casa que le diera albergue ni alimento que reanimase sus quebrantadas fuerzas.
Creía que todo el tiempo que tardase en poner en ejecución tan atrevido pensamiento, estarían suspensas o quebrantadas las leyes del universo.
Sobre orillas quebrantadas por la acción del mar.
Las trincheras de Casa de Assach, donde estaba el príncipe Ahmet, eran las que más quebrantadas parecían por el cañoneo incesante.
De rocas quebrantadas, de piedras y de tierra.
Los últimos tiros de este empeño resonaron pavorosamente en medio del silencio y la soledad de la noche, y mientras desfilaban las tropas de Gándara hacia la calle de Carretas, después de haber depositado algunos cadáveres de infelices soldados en las bóvedas de San Sebastián, yo, por otras calles, deslizábame en busca de mi casa para reponer un poco las quebrantadas fuerzas y dar a Clara un testimonio de que no había olvidado mi compromiso de velar por ella.
Sus entrañas dolorosamente quebrantadas por la maternidad se habían tranquilizado después de varios emplastos de hierbas de la Cordillera y de la promesa de asistir á la procesión del Cristo de Salta.

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