Ejemplos con presidiéndolas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

»¿Pero cuál es en realidad mi pensamiento en religión? ¿Qué pienso, qué creo yo? Conciencia, muéstrame lo que tiene más oculto, tu voz más recóndita, lo que es aún menos que voz, un susurro que apenas oigo yo mismo... ¿Qué creo yo? ¿Creo acaso que mi religión es la única en que los hombres pueden salvarse, la única que contiene las verdades eternas? No, felizmente sé remontar mi espíritu por encima de todos los cultos, y puedo ver a mi Dios, el Dios único, el grande, el terrible, el amoroso, el legislador extendiéndose sobre todas las almas y presidiéndolas con la sonrisa de su bondad infinita desde el centro de toda sustancia. Entonces, miserable, ¿qué te detiene? ¿No hallas en el cristianismo las verdades eternas? Existen, sí, pero desfiguradas y adulteradas... No, no puedo inclinarme a contemporizar con una yuxta-posición inútil, con la destrucción de la sencillez, con una fe que nada nuevo ha enseñado al mundo y que, por tanto, es falsa. Aborrezco esa idea con todas las fuerzas de mi alma, y todo el odio venenoso que esa secta alienta contra mí, se lo devuelvo centuplicado. No lo puedo remediar, lo he mamado con la leche, lo traigo encendido en mis entrañas desde el vientre de mi madre, y mi espíritu lo trajo también desde la nada. Si cuando mi espíritu se eleva a la contemplación de la esencia primera soy tolerante, expansivo, amplio y generoso, al considerar la idea cristiana, nuestro verdugo y nuestro cadalso, soy fanático, sí, no lo puedo remediar, me siento fanático y brutal como los inquisidores católicos... y para mi tormento, el ser que idolatro sale del tumulto aborrecido de esa secta y se me presenta lleno de gracia y luz, único ser a quien puedo absolver de la responsabilidad cristiana, único ser a quien perdono los agravios hechos a mi raza... ¡Oh! Dios, Dios... ¿qué misterio es este, qué enigma terrible y espantoso es este? Mi cabeza estalla como un volcán... no sé qué pensar. Aquí hay algo, algo que mi limitada razón no comprende. Dios mío, Dios de las inteligencias, ¿por qué has hecho estas contradicciones horrorosas y estos absurdos que hacen dudar de la bondad de la creación y de la lógica del mundo?

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