Ejemplos con precedían

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Mantuvo todas las líneas de las empresas que la precedían salvo tres en la provincia de Ávila.
Aquí lo adornará también de colosos alternando con las columnas mientras que otros dos colosos sentados, con su imagen, precedían la entrada de la columnata procesional de Amenhotep III.
A menudo se precedían de la tortura pública del condenado por el mismo elefante que al terminar lo ejecutaría.
De regreso a sus hogares, la noticia de sus atrocidades los precedían y, en el delta del Volga, los rus fueron atacados por musulmanes jázaros y algunos cristianos, al parecer con el consentimiento del rey de los jázaros.
Oía los mugidos del río que pasaba a su izquierda, tocaba los jaramagos que brotaban entre las rendijas a su derecha, y sentía en el rostro el fango con que le salpicaban los caballos que le precedían, y el aire sutil y nauseabundo, como el de una caverna, que silbaba al pasar por aquel tubo retorcido y caprichoso.
A corta distancia les seguía un carruaje y a pocos pasos les precedían un niño y un lacayo: el primero lujosamente vestido, y el segundo ocupado en ir cortando los tallos y la hojarasca de una vara para que el chiquitín jugase.
Al entrar, pues, en Éfeso, las mujeres le precedían disfrazadas de Bacantes, y los hombres de Sátiros y Panes, y estando la ciudad sembrada de hiedra, de tirsos, de salterios, de oboes y de flautas, le saludaban y apellidaban Baco el benéfico y melifluo, y ciertamente para algunos lo era, siendo para los más cruel y desabrido: porque despojaba a los honestos habitantes de sus haciendas para darlas a aduladores y bribones, y pidiéndole algunos las haciendas de hombres que vivían, como si hubiesen muerto, las alcanzaban.
Se creía muy en su puesto estando donde estaba, y por eso jamás tuvo celos de los que le precedían, ni miró con desdén a los que iban detrás.
Éstos, pues, en número de sesenta mil hombres, cargaron repentinamente a César al tiempo de estar poniendo su campo, lejos de esperar tan imprevista batalla, y a la caballería lograron ponerla en fuga, y envolviendo las legiones duodécima y séptima dieron muerte a todos los jefes de cohortes, y si César, tomando el escudo y penetrando por entre los que le precedían, no hubiera acometido a los enemigos, y la legión décima, viendo su peligro, no hubiera acu- dido prontamente desde las alturas y hubiera desordenado la formación de los enemigos, es probable que ninguno se habría salvado, aun así, con haber sostenido por el arrojo de César un combate muy superior a sus fuerzas, no pudieron rechazar a los Nervios, sino que allí los acabaron defendiéndose, pues se dice que de sesenta mil sólo se salvaron quinientos, y de cuatrocientos senadores, tres.
Su triunfo fue ostentoso, por la riqueza y novedad de los regios despojos, pero lo que dio más magnificencia y realce a aquel espectáculo fueron los desterrados, porque los más ilustres y autorizados de los ciudadanos precedían con coronas, apellidando a Sila salvador y padre, pues por él habían vuelto a la patria y habían recobrado sus hijos y sus mujeres.
Los inteligentes de la Etruria dieron la explicación de que aquel prodigio anunciaba la mudanza y venida de una nueva generación, porque las generaciones habían de ser ocho, diferentes todas entre sí en el método de vida y en las costumbres, teniendo cada una prefinido por Dios el término de su duración dentro del período del año grande, y cuando una concluye y ha de entrar otra, se manifiestan señales extraordinarias en la tierra o en el cielo, en términos que los que se han dado a examinar estas cosas y las conocen, al punto advierten que vienen otros hombres, diferentes en sus usos y en su tenor de vida, de quienes los Dioses tienen mayor o menor cuidado que de los que les precedían.
Asistíanle de continuo ciertos jóvenes llamados céleres por su prontitud en servir, y le precedían otros que con varas apartaban a la muchedumbre, e iban ceñidos de correas para atar a los que les mandase, y al atar los Latinos antiguamente le decían ligare, y ahora alligare, y por esta causa los que iban con las varas se dijeron lictores, y aquellas báculos, porque usaban entonces de las varas.
Santiago, con el corazón cada vez más ensanchado y la respiración más fácil, continuó su paseo en dirección a la casería que se descubría desde el torco, y saltando con trabajo un seto, se metió por las llosas que la precedían.
Pausanias que les vio moverse y levantar el campo dio orden a sus lacedemonios de tomar las armas e ir en seguimiento de las tropas quo les precedían, persuadidos de que sin falta se encaminaban al lugar antes concertado.
Oía los mugidos del río que pasaba a su izquierda, tocaba los jaramagos que brotaban entre las rendijas a su derecha, y sentía en el rostro el fango con que le salpicaban los caballos que le precedían, y el aire sutil y nauseabundo, como el de una caverna, que silbaba al pasar por aquel tubo retorcido y caprichoso.
-¿Qué es lo que pasa? -preguntó Cayetano, avanzando rápido, seguido del Zorzales, hacia los que precedían a la cuadrilla.
Sordos mugidos le precedían, y, a su paso, humillaban los árboles las erguidas copas, alzábase el polvo en remolinos, las puertas se estremecían en sus quiciales, y el día se quedó a media luz parda y traidora.
Sujeté, hice alto, puse atento el oído en dirección al rumbo que me pareció traerían los que me precedían, nada oí.
Caniupán sujetó de golpe su caballo, yo el mío, los que nos seguían unos después de otros, lo mismo hicieron los indios que nos precedían, cuando se apercibieron de que estábamos parados, y poco después formábamos dos grupos, envueltos en una nube de arena.

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