Ejemplos con platita

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Digo, si usted me trae la platita.
- ¡La platita! ¡La platita!.
y usted me da la platita.
¿Se acuerda de la última platita que me dio?.
Se ríe, solo, y brillan sus ojos al acordarse de un tirador todo lleno de adornos de plata, que justamente Silverio empeñó en la pulpería y dejó fundir, que el pulpero le ofreció, mitad al contado y mitad fiado, y que es muy capaz de comprar con la misma platita que le va a ganar en las carreras.
Y efectivamente, no sabe correr, no juega, no toma, tampoco, es mozo trabajador y ordenado, que emplea en vestirse bien o en comprar algún animal para su tropilla, o alguna pieza para el recado, la platita que gana, fuera de lo que va para ayudar el gasto de la familia: su madre y los hermanitos.
Don Fermín había nacido con la idea, poco común entre los gauchos, de mejorar su suerte por el buen manejo de sus fuerzas y de la platita que podría producir su trabajo.
Tenía la platita del arrendamiento, tendría más tarde disponible un campito que era todo bueno para sembrar, y mientras tanto ayudaría en todos los trabajos y sembraría de maíz las treinta cuadras buenas de la orilla del cañadón.
Guarde la platita y verá después.
Con su buena majada, su rodeíto de vacas, una buena tropilla y la manada de yeguas, nunca faltaban en su casa carne gorda para comer, sebo para hacer velas, un cuero para huascas, ni leña para el fuego, y si no siempre alcanzaba la platita de la lana y de los cueros para saldar del todo la libreta en la pulpería, con vender algunos animales gordos, pronto se completaba el importe, sin contar que con algunos días de trabajo en las hierras o en los arreos, todavía podía la patrona pasarse el capricho de comprar al mercachifle algún trapo o algún cachivache, y el mismo don Sebastián el gusto de arriesgar algunos pesitos al truco, su juego favorito.
Y mansitos, se volvían a acercar al mostrador con la platita en la mano.
Dispués había enterrao al muerto y, peligrando que lo vieran, había gatiao, de noche, hasta las casas de la viuda, donde le dejó un papelito que le debía asigurar la comida y una platita pa poder con el tiempo salir de apuros.
Pero ésa sí era locura, pues con su platita hubiera hecho mucho mejor en comprar una majada.
Yo, por ahora, no necesito esa platita.
Siguiendo mi mal consejo, podés vender dos o tres de las más afuera para hacer veredas y tapias con esa platita.
Podía, ¡lo que Dios no permitiera! llegar a enfermarse su hijo, precisar médico y botica, verse en alguna que otra urgencia, y era bueno siempre que le dejara de reserva esa platita.
no decía que no, lo pensaría y consiguiendo dejar alquilada la casita y arreglando previamente sus cosas, su platita.
La Dolores le había mandado una platita con la peona, diciéndole que ya sabía que andábamos en apuros, que no tuviese vergüenza, que la ocupara si tenía alguna necesidad.

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