Ejemplos con parada

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cada vez que un vehículo haga entrada en el parking, éste recibirá un número de plaza al que se le habrá asignado transporte automatizado que esperará a los ocupantes en la parada más cercana a la plaza donde el vehículo haya sido estacionado.
BALDUQUE ÁLVAREZ, Antonio, Una Parada en Valdepiélagos: Reducto de serenidad.
Varios de los servicios también tienen una parada intermedia en la Estación Matsuyama de la Japan Railways.
Cenaremos, cenaremos: al menos para cenar espero que nos alcanzará el rato que dure la parada.
Acusados por unos voluntarios, Eusebio Valdés Domínguez, hermano de Fermín, Manuel Sellén y Atanasio Fortier, del de haberse burlado de ellos al pasar de regreso de una gran parada, por la casa de la familia de Valdés Domínguez, vinieron, ya entrada la noche, a prenderlos.
Los padres los querían ingenieros, como los ingleses que venían a explotar las minas: las madres los soñaban elegantes, y de cuerpo delicado, como los señoritos que hacían la parada en la acera del del Arenal.
Y cogiéndola del brazo dobló con ella de nuevo la esquina de la calle de Serrano, entonces, ciega de ira la dama, parada en la acera, cual si la rabia la hubiese allí enclavado, comenzó a arrojar por la boca todos los sentimientos de su corazón mezclados y confundidos, pero bajo la forma siempre del insulto, a la manera que lanza un volcán todas las materias contenidas en su seno, formando un solo cuerpo, un solo torrente de lava que tala y destruye por dondequiera que pasa Esforzábase en vano Jacobo por probarle su inocencia, ella no le dejaba hablar, y con sus flacas manecitas habíale deshecho el embozo, levantando hasta el rostro de él las uñas, como si quisiera arrancarle los ojos.
Mamá dice que hay que hacer algo, para no estar en sociedad parada como una tonta.
No han hecho caso de la tarjeta que llevé, y tengo que volver esta tarde, y los sillares allí muertos de risa y la obra parada Pero en fin, vamos a nuestro asunto.
¿Por ventura son mis carnes de bronce, o vame a mí algo en que se desencante o no? ¿Qué canasta de ropa blanca, de camisas, de tocadores y de escarpines, anque no los gasto, trae delante de sí para ablandarme, sino un vituperio y otro, sabiendo aquel refrán que dicen por ahí, que un asno cargado de oro sube ligero por una montaña, y que dádivas quebrantan peñas, y a Dios rogando y con el mazo dando, y que más vale un toma que dos te daré? Pues el señor mi amo, que había de traerme la mano por el cerro y halagarme para que yo me hiciese de lana y de algodón cardado, dice que si me coge me amarrará desnudo a un árbol y me doblará la parada de los azotes, y habían de considerar estos lastimados señores que no solamente piden que se azote un escudero, sino un gobernador, como quien dice: bebe con guindas.
Prosigue, Sancho amigo, y no desmayes le dijo don Quijote, que yo doblo la parada del precio.

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