Ejemplos con muriendo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pongo el Arte sobre la Naturaleza, porque la Naturaleza, no sabiendo que de continuo se está muriendo, es una realidad inexpresiva y muerta.
Los rostros tenían una expresión feroz, con regueros de polvo y sudor en todas sus grietas y oquedades, con barbas recién crecidas, agudas como púas, con un gesto de cansancio que revelaba el deseo de hacer alto, de quedarse allí mismo para siempre, matando o muriendo, pero sin dar un paso más.
Y al lado de tanta laboriosidad paciente y digna de respeto, ¡qué de charlatanismo! ¡qué de grandes nombres explotados como una muestra de tienda! ¡cuántos sabios metidos a hoteleros de sanatorio! Un descubría la curación de la tisis, y los tísicos continuaban muriendo como antes.
Ulises y su segundo pensaron en las grandes catástrofes ignoradas por la Historia: la tempestad sorprendiendo al éxodo navegante, las flotas enteras de rudas balsas sorbidas por el abismo en unos minutos, las familias muriendo abrazadas a sus animales domésticos cuando iban a intentar un nuevo avance de su embrionaria civilización.
El había sido propiedad de un capitán escocés, que, a pesar de sus largas dolencias, no quiso abandonar nunca el mando, muriendo a bordo de su buque.
Tú estás muriendo por decir que sí.
En findijo Lucía alzando el semblante donde las líneas redondeadas y fugaces de la adolescencia comenzaban a trocarse en trazos más firmes, yo marcharé si tú me lo ordenas, pero convencida de que es una mala acción abandonar así a una amiga, cuando se está muriendo.
felices ¡qué diantre!ya era tiempo, porque los dos se estaban muriendo por no querer confesarlo.
Cosas muy lindas debía ver, conforme se iba muriendo, sin saber que las veía, porque se le reflejaban en el rostro.
Es la vida, con sus asombrosas transformaciones, siempre muriendo en apariencia y renovándose hasta lo infinito.
Las hijas, una tras otra, fueron abandonando las familias que las habían recogido, trasladándose a Valencia para ganarse el pan como criadas, y la pobre vieja, cansada de molestar con sus enfermedades, marchó al Hospital, muriendo al poco tiempo.
Acabaría matando tontamente como el pobre , y muriendo como él, en perpetuo encierro.
¿Será que me estoy muriendo? pensó la joven, echando miradas a su interior.
¿Qué era? Que se estaba muriendo.
He sabido esta tarde que Mauricia se está muriendo.
Y si una no volviera, ¿para qué es vivir? Vivir para que llegue un día así, lo demás es estarse muriendo siempre.
¿No ves que esa familia no tiene un nene que la alegre? ¡si se están todos muriendo de ganas de chiquillo! Tú, trabájalo bien, que nos ha venido Dios a ver con este hijo de nuestras entrañas Yo estoy muy orgullosa, porque él Santa Cruz es como hay Dios, pero su poco de Izquierdo no se lo quita nadie: las dos familias están de enhorabuena Ya he empezado yo a sacudirme las pulgas, y esta tarde le eché su puntadita a Plácido para que nos diera la casa gratis ¿Qué te crees? Si están los Santa Cruz con tu hijo como chiquillos con zapatos nuevos Te diré una cosa que no sabes.
No te querrán tanto como yo, pero sí un poquito menos Me estoy muriendo qué sé yo qué tengo La medicina esa yo la tomaría ¿dónde está? ¡Encarnación! Pero si ha ido abajo Parece que me voy en sangre Hijo mío, Dios me quiere separar de ti, y ello será por tu bien Me muero, la vida se me corre fuera, como el río que va a la mar.
Vive aún mi padre, muriendo con el deseo de saber de su hijo mayor, y pide a Dios con continuas oraciones no cierre la muerte sus ojos hasta que él vea con vida a los de su hijo, del cual me maravillo, siendo tan discreto, cómo en tantos trabajos y afliciones, o prósperos sucesos, se haya descuidado de dar noticia de sí a su padre, que si él lo supiera, o alguno de nosotros, no tuviera necesidad de aguardar al milagro de la caña para alcanzar su rescate.
Culpa de Rocinante, ¡oh dura estrella!, que esta manchega dama, y este invito andante caballero, en tiernos años, ella dejó, muriendo, de ser bella, y él, aunque queda en mármores escrito, no pudo huir de amor, iras y engaños.
Vivo en perpleja vida, ya esperando, ya temiendo: es muerte muy conocida, y es mucho mejor muriendo buscar al dolor salida.
Pero no tienen ellos la culpa, sino los simples que los alaban y las bobas que los creen, y si yo fuera la buena dueña que debía, no me habían de mover sus trasnochados conceptos, ni había de creer ser verdad aquel decir: Vivo muriendo, ardo en el yelo, tiemblo en el fuego, espero sin esperanza, pártome y quédome, con otros imposibles desta ralea, de que están sus escritos llenos.
Finalmente, él me va matando de hambre, y yo me voy muriendo de despecho, pues cuando pensé venir a este gobierno a comer caliente y a beber frío, y a recrear el cuerpo entre sábanas de holanda, sobre colchones de pluma, he venido a hacer penitencia, como si fuera ermitaño, y, como no la hago de mi voluntad, pienso que, al cabo al cabo, me ha de llevar el diablo.
Vaya vuesa merced dijo Sancho, y vuelva presto, por un solo Dios, que ya no lo puedo llevar el estar aquí sepultado en vida, y me estoy muriendo de miedo.
Yo, Sancho, nací para vivir muriendo, y tú para morir comiendo, y, porque veas que te digo verdad en esto, considérame impreso en historias, famoso en las armas, comedido en mis acciones, respetado de príncipes, solicitado de doncellas, al cabo al cabo, cuando esperaba palmas, triunfos y coronas, granjeadas y merecidas por mis valerosas hazañas, me he visto esta mañana pisado y acoceado y molido de los pies de animales inmundos y soeces.
Yo, señores, siento que me voy muriendo a toda priesa, déjense burlas aparte, y traíganme un confesor que me confiese y un escribano que haga mi testamento, que en tales trances como éste no se ha de burlar el hombre con el alma, y así, suplico que, en tanto que el señor cura me confiesa, vayan por el escribano.
Almas dichosas que del mortal velo libres y esentas, por el bien que obrastes, desde la baja tierra os levantastes a lo más alto y lo mejor del cielo, y, ardiendo en ira y en honroso celo, de los cuerpos la fuerza ejercitastes, que en propia y sangre ajena colorastes el mar vecino y arenoso suelo, primero que el valor faltó la vida en los cansados brazos, que, muriendo, con ser vencidos, llevan la vitoria.
Torno a decir que la sospecha que tengo que algún descuido mío engendró en ti tan desvariados pensamientos es la que más me fatiga, y la que yo más deseo castigar con mis propias manos, porque, castigándome otro verdugo, quizá sería más pública mi culpa, pero, antes que esto haga, quiero matar muriendo, y llevar conmigo quien me acabe de satisfacer el deseo de la venganza que espero y tengo, viendo allá, dondequiera que fuere, la pena que da la justicia desinteresada y que no se dobla al que en términos tan desesperados me ha puesto.
Y no parece sino que le faltó a Lotario en este punto todo su buen entendimiento, y se le fueron de la memoria todos sus advertidos discursos, pues, sin hacer alguno que bueno fuese, ni aun razonable, sin más ni más, antes que Anselmo se levantase, impaciente y ciego de la celosa rabia que las entrañas le roía, muriendo por vengarse de Camila, que en ninguna cosa le había ofendido, se fue a Anselmo y le dijo:.
Eso me parece respondió el galeote como quien tiene dineros en mitad del golfo y se está muriendo de hambre, sin tener adonde comprar lo que ha menester.

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