Ejemplos con mortificaron

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pero como los mortales, además de virtudes, también tenemos ocultos defectos, Sarmiento no carecía de ellos, porque le persiguieron y le mortificaron durante toda su vida y le produjeron más contrariedades que satisfacciones.
Tales censuras que llegaron pronto a sus oídos y que no tardó tampoco en ver estampadas en la prensa le mortificaron enormemente, le pusieron de un humor endiablado.
Pero ni por esas: en vez de hacerle caso, le mortificaron más.
Ejecutadas estas cosas por Tiberio a todo su placer, sin que nadie se le opusiera, nombró además tribuno, no a una persona conocida, sino a un tal Mucio, que era su cliente, de lo que ofendidos los poderosos, y temiendo el poder que aquel iba adquiriendo, en el Senado le mortificaron y humillaron cuanto pudieron: pues que pidiendo, como era de costumbre, una tienda donde pudiera hacer el repartimiento de las tierras, no se la dieron, siendo así que se concedían a otros para objetos de menor entidad, y para expensas le señalaron por día nueve óbolos, siendo Publio Nasica quien promovía estas cosas, exponiéndose sin reserva a su enemistad, porque era el que más tierras poseía de las del público, y llevaba muy a mal que se le precisara a dejarlas.
Ella dijo: Pero dime, ¿es que no ha podido el príncipe encontrar otro mensajero un poco menos repulsivo que tú para enviármele? Al oír estas palabras, aunque le mortificaron mucho, el mago se echó a reír con el mandil arrugado de su cara amarilla, y contestó: ¡Ciertamente, ¡por Alah, oh mi dueña! que no hay en el palacio otro mameluco tan repulsivo como yo! ¡Pero acaso la mala apariencia de mi fisonomía y la abominable fealdad de mi cara te induzcan a error con respecto a mi valer! ¡Y ojalá puedas un día comprobar mi capacidad y aprovecharte, como el príncipe, del don precioso que poseo! ¡Y al saber entonces cómo soy, me alabarás! ¡En cuanto al príncipe, si me escogió para que viniera a tu lado, lo ha hecho precisamente a causa de mi fealdad y de mi odiosa fisonomía, y con el fin de que sus celos no tengan nada que temer con tus encantos y tu belleza! Y no son mamelucos, ni esclavos jóvenes, ni hermosos negros, ni eunucos, ni servidores, lo que faltan en palacio.

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