Ejemplos con matachín

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Corominas en su diccionario etimológico dice que la palabra Matachín se transformo en Europa del Italiano como Mattaccino, Matachino o Mattasin una especie de bufón del siglo XV.
En el segundo disco reflejaron la lengua murciana en dos cortes, Giné er matachín y La gentualla.
El matachín le daba gratis un camaranchón, con un camastro, en donde cobijarse, y unas caídas, desechos o piltrafas de carne, especie de cordilla, para que comiese.
Pensé en ser ladrón, pues contaba con buenas relaciones para emprender la carrera, pero soy cobarde, tampoco podía alquilar mis brazos como matachín, porque son débiles.
Así se hizo, no sin que Paúl, escamón, pusiera el ceño de matachín perdonavidas.
Lopito era un chicuelo de esos que prematuramente se quieren hacer pasar por hombres, pues también entonces existía esta casta, no conociendo para tal objeto otros medios que beber a porrillo y dar de puñetazos en las mesas, desvergonzarse con todo el mundo, mirar con aire matachín, y contar de sí propios inverosímiles aventuras.
o tudesco, de finísima felpa, dije al susodicho mi criado: «Que pase esa persona», es decir, esa dama incógnita, ese vizconde elegante, ese matachín de moda, ese bandido generoso o ese marido agraviado.
Nunca quise pasar por la puerta de San Martín, sólo porque allí vivía el verdugo, nunca quise acercarme al matadero, por no oír el doloroso bramido que lanzan las reses al hundir su cráneo el martillo del matachín, nunca quise ir a los toros, por no presenciar tan bárbaro y sangriento espectáculo, y siempre me indigné al ver y pensar que el pueblo español no sospeche siquiera que sean dignos de compasión los animales, como lo prueba la saña con que los maltrata y la diferencia con que ve sus tormentos y su muerte.
Pero Lorenzo Pizí no tuvo tiempo para atender observaciones y cambiar de sitio, porque el gateado, que era pegajoso y ligero de pies, se le vino al bulto, y después del primer pase de muleta, sin dar espacio al matador para franquear el pilancón y ponerse del lado del cuerno tuerto, revolvió con la rapidez de su nombre y en los pitones levantó ensartado el matachín.
¿Has olvidado, niña, tu matrimonio, y el amante con quien estas comprometida? ¿Así, pues, prefieres un matachín, empapado en sangre, un aventurero, al digno esposo que tus padres te reservaban? ¿Y no te atormentan los remordimientos? ¿Y puedes, hollando tus afectos, prostituirle con el corazón tranquilo, entre estas lanzas y espadas? ¿Y que ocurrirá si el resto de la cuadrilla se entera del lío? Entonces vendrás nuevamente en busca del asno y prepararás por segunda vez mi suplicio.

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