Ejemplos con mareado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

despues de despertar de la anestecia se da cuenta que algo salio terriblemete mal, aturdido y mareado se da cuenta que.
¿Cómo describiría el vértigo que sintió antes de desmayarse? ¿Se sintió mareado, sin equilibrio o como si el salón estuviera dando vueltas? ,.
Una vez más el alguacil le conminó a hacerlo, y Hanks se negó nuevamente, entonces, Bear Smith le asestó un sorpresivo puñetazo que dejó mareado al presumido, y al instante le quitó el arma.
Recuperándose Hiram se levantó y corrió a la entrada oeste del templo donde le esperaba el segundo rufián, le dijo lo mismo, Hiram se negó y violentamente le dio en la sien izquierda con el nivel que tenía en mano, cayendo Hiram en su rodilla derecha, ya mareado y sangrante Hiram se levantó de nuevo y corrió a la entrada este del templo ahí le esperaba el otro y nunca reveló el secreto, éste le asestó otro golpe en medio de la frente con un mazo de piedra e Hiram cayó sin vida.
Se puede tomar como preventivo o después de sentir mareado.
Ambos salieron huyendo del lugar tan rápido como pudieron, pero era tarde ya que el volcán ya estaba activo y empezó a soltar una gran y masiva cantidad de lava, antes de llegar a los botes y salir de la isla, Roku quiso evitar la terrible destrucción del volcán y se devolvió para intentar controlarlo, usó todo lo que tenía a disposición e hizo lo que pudo, pero en ese instante el volcán desató aún más su furia dejando en problemas a Roku ya que era demasiado para poder controlarlo, en eso entro en estado avatar he hizo una salida por la parte de atrás del volcán, logrando que toda la lava se fuera en una dirección opuesta, en eso, otro volcán que estaba casi a la par del otro, igualmente hizo erupción, al verlo Roku perdió la esperanza, en eso aparece Sozin montado sobre un dragón y vino con intenciones de ayudarlo y juntos calmaron la furia del segundo volcán, pero no fue suficiente, al no tener opción ambos huyeron del volcán, en eso grietas salían de la tierra a presión, ambos intentaron esquivarlas, pero Roku no pudo en una y al recibir el impacto, lo dejó mareado y sin fuerzas, perdió el equilibrio y le pidió ayuda a Sozin, pero Sozin simplemente lo abandonó, en esto venía descendiendo del volcán un flujo piroclástico, el dragón de Roku se colocó frente a él para intentar protegerlo, aunque fue en vano.
Alrededor, cuanto abarcaba los ojos del fox-terrier, los bloques de hierro, el pedregullo volcánico, el monte mismo, danzaba, mareado de calor.
Entretanto, la sostenida posición de la cabeza en alto lo había mareado un poco.
Cuando estuvo un poco mareado sacó la carta del cajón, lanzóse a la calle con brío, y en el primer buzón con que tropezaron sus ojos, ¡zas! la encajó.
Sagastinos y zorrillistas le traen mareado con sus necias enemistades por un quítame esas pajas.
Me parece -dijo Iglesias, medio ronco ya de tanto vociferar-, que esa buena señora tendrá que volverse pronto a su pueblo, a esa Parténope con que nos han mareado los poetas.
Sí Me has mareado tanto que al fin Pues nada la he visto y no me ha comido.
Ahíto y mareado, Julián no tenía fuerzas sino para rechazar con la mano las fuentes que no cesaban de circular pasándoselas los convidados unos a otros: a bien que ya le observaban menos, pues la conversación se calentaba.
Trajano Mirabel le habia dado aquella tarde por hablar de política, y traia mareado a otro señor de su edad, tambien moderado acérrimo, que solia formar parte de su tertulia, pero ni éste ni nadie tenian ya atencion para otra cosa que para mirar a una hechicera mujer, tambien con mantilla blanca, que acababa de presentarse y tomar asiento en un balconcillo del entresuelo de la casa de enfrente.
¡Cuánto has mareado a la pobre Rosarito! ¿Verdad, niña? Anda, buena pieza, a casa pronto.
¡Cuánto has mareado a la pobre Rosarito!.
Pero ya me ha mareado usted bastante.
Como hay oleaje, me he mareado un poco.
–¡Oh!, dejadme respirar, por Dios, estoy cuasi mareado.
Media hora después navegaba yo en el coche, y por cierto que al entrar en él iba ya un poquito mareado.
Si en la quincena que siguió a la visita de Cigüela, el adusto clérigo le había mareado y aburrido con largas y promesas, que hoy, que mañana, ya parecía que iban las cosas por mejor camino.
-Cuando le digo a usted que le han mareado esas dos criaturas.
Y al verle solo, el capitán le preguntó: ¿Dónde está tu compañero? El barbero contestó: ¡Oh mi amo, se ha mareado y está aturdido! El capitán dijo: Esto no tiene la menor importancia.
Pero AbuKir contestó: ¡Me tienen sin cuidado todos los capitanes! ¡Estoy mareado y no puedo abandonar mi sitio! ¡Déjame aplacar el hambre con estas provisiones y vé a cenar con el capitán tú solo! Y dijo el barbero: ¡No hay inconveniente en hacerlo! Y en espera de la hora de cenar, se quedó mirando comer a su compañero.
Llegó a la playa en un estado análogo al de un pollo mareado, con hambre y sed, pero no tardó en encontrar cerca de allí arroyos de agua corriente, aves canoras y árboles cargados de racimos de fruta, y así pudo satisfacer su hambre comiendo de aquellas frutas y aplacar su sed bebiendo de aquella agua pura.
Pero salgámonos muy aprisa de aquí, que con tener estómago de demonio y no haberme mareado las maretas del infierno, me le han revuelto estas sabandijas, que nacieron para desacreditar la naturaleza y el rentoy.
El capellán estaba mareado.
Pero él exclamó: ¿Qué esposa es esa? ¡Yo soy soltero! ¿Te habrá mareado el haschisch para disparatar de ese modo? Pero el amasador dijo: ¡Basta de bromas! ¡Vamos a ver a tu esposa, que está impaciente! Y le echó por los hombros un gran velo de seda blanca, y abrió la marcha, mientras los dos negros le sostenían por los hombros, haciéndole de cuando en cuando cosquillas en el trasero, sólo por broma.
Estaba un poco mareado, le dolía la cabeza y sentía en las fauces ardor y una sequedad pegajosa, se ahogaba en aquel recinto cerrado y estrecho, el alcohol le había perturbado.
Y me anunciaron, y, efectivamente, pasé al tocador, deslumbrado ya, mareado, febril.

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