Ejemplos con magnesios

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los pueblos situados al sur, los tesalios y magnesios, los tracios paneos, los odomantos los droos y los derseos, y otros pueblos griegos, temiendo una invasión, se aprestaron a su defensa.
Durante la época romana perdió importancia, pero fue la capital de la Liga de los magnesios.
Envió el Senado con esta ocasión a Tito diez legados, y éstos eran de sentir que se diera libertad a los demás Griegos, pero quedando con guarniciones Corinto, la Cálcide y la Demetríade para mayor seguridad en la guerra con Antíoco, entonces los Etolos, hábiles en la calumnia, sublevaban con mayor calor las ciudades, requiriendo por una parte a Tito para que le quitara a la Grecia los grillos- porque éste era el nombre que solía dar Filipo a estas ciudades-, y preguntando por otra a los Griegos si, llevando ahora una cadena más pesada, aunque más bellamente forjada que la de antes, se hallaban contentos y celebraban a Tito como a su bienhechor porque habiendo desatado a la Grecia por los pies la había ligado por el cuello. Desazonábase Tito con estos manejos, sintiéndolos vivamente, y por fin, a fuerza de ruegos, en la junta consiguió de ésta que también se quitaran las guarniciones de las mencionadas ciudades, para que así el reconocimiento de los Griegos hacia él fuese completo. Celebrábanse los Juegos Ístmicos, y había gran concurso en el estadio para ver los combates, como era natural, cuando la Grecia reposaba de una guerra hecha por largo tiempo, con la esperanza de la libertad, y se reunía en medio de una paz segura. Hízose con la trompeta la señal de silencio, y presentándose en medio el pregonero, anunció que el Senado de los Romanos y el cónsul Tito Quincio, su general, después de haber vencido al rey Filipo y a los Macedonios, declaraban libres de tener guarniciones, exentos de todo tributo, y no sujetos a otras leyes que las propias de cada pueblo, a los Corintios, Locros, Focenses, Eubeos, Aqueos, Ftiotas, Magnesios, Tésalos y Perrebos. Al principio no lo entendieron todos ni lo oyeron bien, por lo que se excitó en el estadio un movimiento extraño y una grande inquietud, admirándose unos, preguntando otros, y pidiendo que se repitiese. Hízose, pues, silencio de nuevo, y después que, habiendo esforzado el pregonero la voz, todos oyeron y comprendieron el pregón, fue grande la gritería que con el gozo se movió, difundiéndose hasta el mar, pusiéronse en pie todos los del teatro, y ya nadie dio la menor atención a los combatientes, sino que todos corrieron a arrojarse a los pies y tomar la diestra del que saludaban como salvador y libertador de la Grecia. Vióse entonces lo que muchas veces se ha dicho por hipérbole acerca de la gran fuerza de la voz humana: porque unos cuervos que por casualidad volaban por allí cayeron al estadio. La causa fue, sin duda, haberse cortado el aire, porque cuando suben muchos gritos altos y reunidos, dividido el aire por ellos, no sostiene a las aves que vuelan, sino que hay cierto hueco, como sucede a los que dan un paso en vago: a no ser que sea que reciban golpe como si les alcanzara un tiro, y con él caigan y mueran. También puede acontecer que se formen torbellinos en el aire, a manera de los remolinos del mar, que toman ímpetu vertiginoso de la magnitud del mismo piélago.

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