Ejemplos con limeños

Los limeños, dentro de su catolicismo, interpretaron que la madre de Cristo volteó para ver al santísimo y aplacar la furia de su hijo que causaba el sismo.

Era nieta de uno de los ilustres patricios limeños que firmaron el Acta de la Independencia del Perú en Lima.

La Kanga es un juego de los barrios limeños que surgió en base a la creatividad de las calles pero sobretodo porque tan solo se necesita una escoba para jugar y mínimo dos jugadores.

Algunas de las futuras tiendas de Oechsle estarán ubicadas en los distritos limeños de Surco e Independencia, así como en la ciudad de Huancayo y en el norte del Perú.

Este Mall tiene la particularidad de no poseer ninguna tienda Ancla a diferencia de otros centros limeños como Plaza San Miguel o Jockey Plaza Shopping Center, su diseño es más parecido al del Centro Comercial Camino Real, ya que fue construido por la misma empresa.

Entre los vicios limeños propios habría que destacar, algunas formas leves de los llamados dequeísmo y queísmo.

Así la banda comienza a tocar en el circuito de pubs limeños.

Este dulce hace poco tiempo estaba casi extinto, menos mal se hicieron muchas presentaciones sobre dulces limeños de antaño, en donde a parte de figurar este dulce, figuraron muchos demás ya casi desconocidos por la gran mayoría de peruanos.

Novedoso para los limeños pero que difícilmente competían con los espectáculos nocturnos habituales.

Dulce típico del Perú, originario del extremo sur del departamento de Lima, aparentemente creado por manos morenas al igual que muchos dulces limeños.

Se inició jugando por el Alfonso Ugarte de Chiclín, equipo de la Ciudad de Trujillo apodado Los Diablos Rojos, sus buenas actuaciones ante los mejores equipos limeños como Alianza Lima y Universitario de Deportes, lo llevaron a jugar por la Selección de fútbol del Perú sin haber debutado en Primera División.

Como empresaria incursiona en el negocio de la belleza e imagen femenina, actualmente es propietaria y dirige los reconocidos Salones de Belleza y Spa limeños Amarige.

Esta portada tan fina artísticamente tallada en tres cuerpos, se construyó utilizando piedras de color gris y rosadas, formando una combinación que no se encuentra en otros templos limeños.

Su primer escrito notable fue una Sátira que ridiculizaba a los poetas limeños, en respuesta a uno de ellos, que había atacado a Buenos Aires.

Su corta pero rígida estructura puede compararse en la actualidad con la musica rap, de gran arraigo en los suburbios limeños.

Parte de este capital provenía de los propios mineros que habían alcanzado éxito y el resto se reunió entre los hacendados y los comerciantes limeños.

Tierra de buenas uvas y de eximias, brujas llamaban los antiguos limeños a la que, en este siglo, fue teatro de los milagros del venerable fray Ramón Rojas, generalmente conocido por el padre Guatemala, y sobre cuya canonización por Roma se trata con empeño.

Consistía ella en ese agradable revoltijo de frutas que los limeños llamamos ante, en tres o cuatro conservas preparadas por las monjas y en el clásico pan de dulce.

Melchor de Navarra y Rocafull, duque de la Palata, príncipe de Masa y marqués de Tola, a quien los limeños llamaban el virrey de los pepinos, aludiendo a un bando en que prohibió comer en la costa tan poco saludable fruta.

¡Cortar el revesino! He aquí una frase que generalmente usamos los limeños, y de cuyo alcance no me habría dado jamás completa cuenta sin la auténtica tradición que voy a referir.

«Oía a todos en audiencias públicas y secretas, sin tener horas reservadas ni porteros que impidieran hablarle, y daba por sí mismo decretos y órdenes, con admiración de los limeños, que ponderaban no haber observado actividad igual en el trabajo ni forma semejante de administración en ninguno de los virreyes anteriores».

Por esta solicitud llamáronlo los limeños despensero del rey, apodo del que se enorgullecía el buen marqués.

-¡Patrón! Este número me queda -lo dijo el suertero, que para servir a usarcedes era el honrado Chombo, el decano de este gremio de vendedores de billetes de lotería, a quien todos los limeños conocemos.

Al judío Manuel Bautista Pérez le pusieron los católicos limeños el apodo de Pilatos, y la casa quedó bautizada con el nombre de casa de Pilatos.

Y lo particular es que a los limeños nos sucede lo mismo.

Con los dimes y diretes de una y otra parte, la cuestión fue tomando mal cariz, y en esto acertó a presentarse en escena, saliendo de una calle lateral, el maquinista Fenelón, vestido de paisano, con dos amigos suyos limeños de la mejor apariencia social.

Naturalmente estos alimentos repugnan al extranjero, pero parece que para los paladares limeños son deliciosos.

El señor Santa Rosa fue uno de los primeros que edificaron casa cómoda en aquella villa, antes de él los limeños que querían recuperar con baños de mar la salud perdida, sólo tenían allí ranchos en donde pasaban incómodamente algunos días.

Antojósele no ha mucho a un chusco, en la víspera de un día de rebujiña, pintar con almagre crucecitas en las paredes, y los limeños pasamos durante veinticuatro horas la pena negra, dando y cavando en que aquel cementerio de cruces no podía significar sino el comienzo de una Saint-Barthelemy.

Esa propensión a ensuciar paredes la hemos adquirido los limeños con la primera leche, y ya se sabe que lo que entra con el capillo, sólo se va con el cerquillo.