Ejemplos con laocoonte
Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.
El conjunto escultórico Laocoonte pertenece a la escuela de Rodas o a la de Pérgamo.
A la Pinacoteca se le unió una academia de pintura y escultura, con copias en yeso del Laocoonte y de la Piedad de Miguel Ángel provenientes de la colección de Leone Leoni.
Un espía griego, Sinón, convenció a los troyanos de que el caballo era una ofrenda a Atenea a pesar de las advertencias de Laocoonte y Casandra.
Parece que se propuso emular la del Laocoonte.
Toda la escultura presenta una torsión extremada con un recuerdo del Laocoonte.
Remite sin duda al grupo del Laocoonte.
Laocoonte y sus hijos, copia romana en mármol del siglo I realizada por Agesandro, Polidoro y Atenodoro de Rodas, de un original griego del siglo II a.
Teorizadores sobre el arte como Lessing han propuesto a partir del estudio del grito de Laocoonte una poética sobre el arte.
La escultura representa el instante en que el sacerdote Laocoonte es enroscado por dos serpientes junto a sus dos hijos.
De haberle creído a Laocoonte, la treta de Odiseo hubiese sido un rotundo fracaso, cambiando el curso de la guerra de Troya.
Otra fuente señala que Laocoonte había profanado la imagen de Febo, cuando se unieron en himeneo delante de la imagen.
Otra tradición nos dice que Laocoonte había roto la prohibición de Apolo al casarse y tener hijos.
De la tradición de Virgilio se desprende, que el castigo de Laocoonte se debe a la profanación de haber tratado de destruir el regalo a su deidad, razón por la cual nadie le creyó.
Laocoonte alertó de que dentro del caballo podía haber tropas aqueas y sugirió quemarlo.
Acetes era el padre de Laocoonte, el sacerdote de Troya que advirtió a sus conciudadanos que no introdujeran el caballo de los aqueos dentro de las murallas de la ciudad.
Amargaba, además, la vida del general el horrible secreto que le ahogaba, y envolvía con él a todos sus hijos, así como el soberbio grupo del Laocoonte la fiera sierpe hace su presa del padre y de sus hijos.
Allo y yo convinimos en que aquel viejo tenía trazas de haber sido tallado sobre el modelo del Laocoonte, y de ser un hombre tan formal como poco hecho a sufrir cosquillas.
Como las serpientes que estrangulan a Laocoonte en la obra maestra del Beldever, mil tentáculos subalternos y anónimos acosaron su titánica personalidad, robustecida por la brega.
