Ejemplos con labor

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Lucía, que caída la labor en el regazo escuchaba con vida y alma, púsola toda en sus ojos para preguntar, mudamente, algo a Sardiola.
A veces turbaba su soledad en él, no viajero ni viajera alguna, que los que vienen a París no suelen pasarse la tarde haciendo labor bajo un plátano, sino el mismísimo Sardiola en persona, que so pretexto de acudir con una regadera de agua a las plantas, de arrancar alguna mala hierba, o de igualar un poco la arena con el rodezno, echaba párrafos largos con su meditabunda compatriota.
Su labor y dechado consistía en camisitas microscópicas, baberos no mayores, pañales festoneados pulcramente.
Después de aplicar a Pilar los medicamentos que el doctor dispuso, arregló el cuarto andando en la punta de los pies, puso cada cosa en su sitio, entornó las celosías y se instaló al lado de la cama, en una silleta baja de hacer labor.
No se veían sino dijes y prendas graciosas abandonadas sobre sillas y mesas, sombrillas largas, de seda, muy recamadas de cordoncillo de oro, cabás y estuches de labor, ya de cuero de Rusia, ya de paja con moños y borlas de estambre, aquí un chal de encaje, allí un pañuelo de batista, acá un ramo de flores que agoniza exhalando su esencia más deliciosa, acullá un velito de moteado tul, y encima las horquillas que sirven para prenderle.
El balcón, sobre todo, les parecía delicioso para hacer labor y para leer.
Gané más de lo necesario, me seguía, como rendida amante, la suerte, pero aquella especulación sin tregua ni entrañas me provocaba náuseas, y quise probar alguna labor en que entendimiento y cuerpo fuesen unidos, y en que la ganancia no alcanzase más que a no dejarme morir de hambre.
De ordinario sucede así, que no sean las palabras importantes en sí mismas, sino por el tono con que se pronuncian y el lugar en que se colocan, a la manera de menudas piedrecillas que incrustadas convenientemente en la labor de mosaico, ya dibujan un árbol, ya una casa, ya un rostro.
Los más rudos y guerreadores, el armazón, la montaña de piedra y el bosque de madera que formaban su osamenta, los más cultos, elevados a la sede en época de refinamiento, las verjas de menuda labor, las portadas de pétreo encaje, los cuadros, las joyas que convertían en tesoro su sacristía.
Había que trabajar como los primeros apóstoles del cristianismo, seguros del porvenir, pero sin prisa por ver realizadas sus ideas, puestos los ojos, en la labor del día, sin pensar en los años y los siglos que tardaría en dar su fruto.
Cuando Gabriel abandonaba el lecho al salir el sol, después de una noche de penosa tos, encontraba ya en la salita de entrada a Sagrario preparando la máquina para la diaria labor.
En el altar mayor, sobre su cuadrada carroza, estaba la famosa custodia ejecutada por el maestro Villalpando: un templete gótico, primorosamente calado, que brillaba con el temblor del oro a la luz de los cirios, y de labor tan sutil y aérea, que al menor movimiento estremecíase, meciendo sus remates como manojos de espigas.
En enormes vitrinas, como en un museo, se exhibía la vieja opulencia de la catedral: imágenes de plata maciza, globos enormes coronados por graciosas figurillas, todo de precioso metal, arquillas de marfil de complicada labor, custodias y viriles de oro, enormes platos dorados y repujados, con escenas mitológicas que resucitaban la alegría del paganismo en aquel rincón sórdido y polvoriento del templo cristiano.
La labor diaria la hace perder su frescura y su fuerza.
Siempre en ellas, la cabeza metida entre los hombros y el espinazo doblegado, embriagándose en su labor, y la barraca de presentaba un aspecto coquetón y risueño, como jamás lo había tenido en poder de su antiguo ocupante.
Los carros de los labriegos, con sus toldos claros, formaban un campamento en el centro del cauce, y a lo largo de la ribera de piedra, puestas en fila, estaban las bestias a la venta: mulas negras y coceadoras, con rojos caparazones y ancas brillantes agitadas por nerviosa inquietud, caballos de labor, fuertes pero tristes, cual siervos condenados a eterna fatiga, mirando con sus ojos vidriosos a todos los que pasaban, como si adivinasen al nuevo tirano, y pequeñas y vivarachas jacas, hiriendo el polvo con sus cascos, tirando del ronzal que las mantenía atadas al muro.
Batistet, cuando no había labor en el campo, buscaba ocupación yendo a la ciudad a recoger estiércol.
Sólo entonces, fatigado de toda una noche de monótono trabajo periodístico, me era posible dedicarme a la labor creadora del novelista.
Traje, el de siempre, pero su chaleco escotado dejaba al descubierto una botonadura maciza, enorme, con diamantes antiguos de gran valía, y en los dedos sortijas pesadas, de complicada labor, que evocaban el recuerdo de los suntuosos marqueses del pasado siglo.
Sólo dejaba su labor para atender a los niños y tomarles la lección.
Pero en medio de esta rara inmovilidad, secreta y silenciosa como la sorda y lenta labor de la polilla, una guerra sin treguas ni victorias, una guerra de pasiones bajas, rastreras y mezquinas, ruines y dolosas, en que todo bicho viviente toma participación, los unos capitaneados por la envidia, los otros acaudillados por la codicia, todos azuzados por la murmuración y aguijoneados por la maledicencia de los que se dicen ajenos a toda rencilla y enemigos de chismes y rencores.
—Á este fín, nuestros padres nos comprarían los necesarios instrumentos de labor y permitirían a los hortelanos y hortelanas mayores de ocho años sacar agua de los pozos con acetres de poco peso y con las debidas precauciones, dando además a un criado orden de regar la tierra de los minúsculos, quienes también podrían arrendarlas a sus hermanos más crecidos.
Llegó un día dijo Guillermina, suspendiendo su labor, para contar el caso a varios amigos de Barbarita, en que las cosas se pusieron muy feas.
Trae tu labor y siéntate aquí.
Pero se fueron acostumbrando, y por fin lo mismo oían el rumor del Tío Vivo los domingos, que el de los picapedreros los días de labor.
Quería instruirse a todo trance, labor inmensa y difícil por carecer de base, pues su padre, con la idea de que al comerciante le estorba el latín, no le permitió aprender más que las cuatro reglas y un poco de francés.
Y no sé ninguna labor delicada, no sé coser en fino, no bordo ni toco el piano.
Como que por cumplir y hacer las entregas a tiempo se había traído alguna labor para trabajar en su casa.
Llevaba siempre consigo un gran lío o cesto de labor, calábase los anteojos, cogía las herramientas, y ya no paraba en toda la noche.
Los variados verdes, más parece que los ha hecho el arte con una brocha, que no la Naturaleza con su labor invisible.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba