Ejemplos con junturas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En la actualidad, las junturas suelen ser soldadas, tanto por soldadura eléctrica por resistencia como por soldadura aluminotérmica por fusión.
Las Junturas es una localidad cordobesa situada en la Pedanía Impira del departamento Río Segundo, Córdoba, Argentina.
La zona rural de la localidad es atravesada por el arroyo Las Junturas, que vuelca sus aguas en el Río Xanaes.
La población armenia y georgiana cree que el Khash posee propiedades preventivas o de detención de la artritis, es una creencia popular no corroborada por la ciencia, ellos razonan que la abundancia en sus ingredientes de elementos tales como las junturas de las articulaciones, los cartílagos, las pezuñas, los tejidos conjuntivos.
Noble no intentó apretar las junturas, sino que añadió parches de hierro entre ellas para intentar que dejaran de vibrar.
Las gritas y junturas de la roca se agrandan hasta que toda el agua fluye hacia el subsuelo, creando desde pequeñas grietas hasta grandes cuevas, dando origen al paisaje kárstico.
Estos cruzamientos son unidos a los rieles mediante eclisas y pernos, o mediante junturas soldadas, con claras ventajas de continuidad física y eléctrica de estas últimas.
Las junturas eclisadas tienen como función básica el permitir la dilatación térmica de los railes ante los cambios de temperatura.
Dichas circunstancias pueden ocasionar fuertes daños en las superficies, como rayaduras profundas, huecos, surcos en las junturas, manchado, podrido, humedecido, levantado, cuchareado, despegado, etc.
Los segmentos abdominales tienen constricciones en las junturas que dan al abdomen un aspecto de acordeón.
La espina y el módulo del reactor son sostenidos en su lugar por seis cierres que atracan en la placa de empalme de junturas.
El Padre Cardiel a pocos dias padeció muchos dolores en las junturas de las piernas, de manera que al quinto no podia caminar sin muletas, y no hallando otro remedio, que ponerse en ellas paños empapados en orina: con esto solo y la providencia paternal de Dios pudo proseguir.
El tío Ventolera reparaba con estopa y alquitrán las junturas de su barca, puesta en seco.
Del germen caído al acaso, brotaban y florecían, en las junturas de los pavimentos y los muros, los alhelíes de las ruinas, sin que una mano cruel los arrancase ni los hollara un pie maligno.
Pasada esta parte, el Izarra se cortaba en un acantilado liso, pared negra y pizarrosa, veteada de blanco y de rojo, en cuyas junturas y rellanos nacían ramas y hierbas salvajes.
El millonario Desnoyers se acordaba siempre de su viaje a América: cuarenta y tres días de navegación en un vapor pequeño y desvencijado, que sonaba a hierro viejo, gemía por todas sus junturas al menor golpe de mar, y se detuvo cuatro veces por fatiga de la máquina, quedando a merced de olas y corrientes.
Los parásitos anidados en los pliegues del camastro, en las junturas de la madera, en los agujeros del techo, salían de caza con la excitación del calor, ensañándose al amparo de la obscuridad en los cuerpos inánimes que duermen con el sueño embrutecedor de la fatiga.
Entre el retablo y la verja, el oro parecía chorrear, resbalando por las blancas paredes, marcando con líneas deslumbrantes las junturas de los sillares.
Sus pies se enredaban en las plantas silvestres que la fecunda Naturaleza hacía crecer en las junturas de los sillares.
Severiana casi no les oía, porque la cocina estaba lejos, pero la pequeñuela, a quien despertaron los gritos y la novedad del no acostumbrado lecho, se tiró de la cama, atravesó a gatas un pasillo, entró en el gabinete donde estaba el Niño Jesús, débilmente alumbrado por la lamparilla, contemplole un instante como si fuese un muñeco, y luego, atraída por la claridad a que dejaban paso las rendijas y junturas, empujó suavemente la puerta del comedor, y destacando sobre el fondo oscuro del gabinete, apareció iluminada por el intenso resplandor de las luces que alumbraban la cena.
La luz que se filtraba por las junturas del techo y por las hendiduras de la ventana, alegre y regocijada me hizo dejar el lecho.
Cada piso y cada puerta dejaba escapar por sus junturas y resquicios el rumor bullicioso que acusa la alegría, sólo en el cuarto segundo había silencio.
Hasta las rejas de la planta baja, devoradas de orín, subían las plantas parásitas, y festones de yedra seca y raquítica corrían por entre las junturas desquiciadas de las piedras.
Los rayos de sol penetraban por entre las junturas de los cortinajes, liquidando en resbaladizas gotas el vaho que empañaba los vidrios, y posándose luego en rasgos o girones de luz sobre los rasos de colores.
Las junturas del piso están tomadas con cera.
¡Corcho, eso sí que sería bonito! ¡Y no tener una perra gorda para darse el gusto! Muchas veces miraba a las junturas del empedrado, registraba con los ojos basuras y detritus, por si alguien hubiese dejado caer la consabida perra.
Sobre la piel, dulcemente bombeada por gentiles redondeces, jugaban hoyos menudos, traviesos, marcándose como improntas del dedo de Venus en las dos grandes hojas de rosa del nalgatorio y en las junturas de brazos y piernas.
Hablando de estas cosas, me faltó tiempo para pedir a Neluco algunas noticias sobre el octogenario Marmitón, antes de llegar a su portalada, cuyas dovelas, removidas y desportilladas ya por la acción de las intemperies y de las yedras y jaramagos que las invadían por todas sus junturas, me recordaban un poco la mandíbula superior de su dueño cuando yo soñé que le había visto devorar troncos y peñascales.
El sol llega trabajosamente al fondo de estas calles, cuyas casas parecen castillos, ni un mal jaramago crece entre las descarnadas junturas de los adoquines: aún no ha acabado de caer al suelo la cáscara de una naranja, el troncho de una col, el hueso de un albaricoque, cualquier cosa, en fin, que pueda utilizarse como alimento digerible, cuando ya ha desaparecido sin saber por dónde.
Me hizo el efecto de un hombre que dijera: Sócrates hace por la inteligencia todo lo que hace, y que queriendo en seguida dar razón de cada cosa que hago, dijera que hoy, por ejemplo, estoy aquí sentado en el borde de mi lecho porque mi cuerpo está compuesto de huesos y nervios, que los huesos, por ser duros y sólidos, están separados por junturas, y que los nervios, que pueden encogerse y alargarse, unen los huesos a la carne y la piel, que los envuelve y se ciñe a unos y otros, que los huesos están libres en su encierro, y que los nervios, que pueden estirarse y encogerse, hacen que pueda plegar las piernas como veis, y que ésta es la causa por la que estoy aquí sentado de esta manera.

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