Ejemplos con involuntarias

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Según algunos, el gobierno mostró una indiferencia criminal por las vidas de los secuestrados, oficialmente, el gobierno afirmó que las muertes de civiles fueron accidentales e involuntarias.
No es relajante muscular, y a veces dan lugar a contracciones involuntarias de los músculos esqueléticos.
La respiración, los latidos del corazón, y otras funciones involuntarias pueden ralentizarse, pero este proceso sólo puede ser detectado por medios artificiales.
Existen eventos similares durante un orgasmo y el dar a luz, ambos implican contracciones involuntarias de muchos músculos comunes.
Es el paso del recién nacido a través del canal del parto, desde el útero hasta el exterior, gracias a las contracciones involuntarias uterinas y a poderosas contracciones abdominales o pujos maternos.
Se caracteriza por un deterioro progresivo del sistema nervioso que controla funciones involuntarias como el mantenimiento de la presión arterial o el patrón respiratorio.
Otros elementos forman parte de este método junto a la reseña de faltas gramaticales y demostraciones involuntarias de inmadurez de pensamiento, como son:.
A menudo hay consecuencias imprevistas e involuntarias del uso de químicos sobre los organismos del suelo.
Ambos prólogos están acompañados por tres cartas dos de Baltasar de Castiglione y otra del propio Marineo Siculo y, por último, de varias advertencias al lector sobre los posibles errores y omisiones involuntarias que se pueden encontrar en el texto.
Esta es la sección más popular del citado programa, en el que se combinan los comentarios del presentador, algunos cortes radiofónicos con equivocaciones voluntarias e involuntarias de otros programas de radio con contenido político.
Y, por último tenemos la mente subconsciente que rige las funciones y reparaciones involuntarias y su campo de actuación es el cuerpo físico.
Las sesiones nocturnas en el fumadero, amoríos, golpes, el desafío de Río Janeiro, que por poco me cuesta un pie, millones en oro acuñado debajo de nuestras plantas, un cadáver de iluso echado al mar, quince noches pasadas junto a otro cadáver que también representa millones ¡qué novela! ¡Y yo que he pasado en Madrid meses y meses de casa al café, del café a la redacción y de la redacción a otros sitios sin que me ocurriese nada extraordinario! El único remordimiento que siento después de tantos sucesos es el de mis insolencias involuntarias con la pobre doña Matutina y los sustos que he dado a su guardián.
Los trabajadores que tenían más confianza con él, sonreían al sorprender las miradas involuntarias con que acariciaba este adorno de la solapa, mientras pasaba revista a los talleres.
No la echó de menos ni se arrepintió de haberla huido, pero la recordaba porque las otras mujeres se la traían a la memoria sugiriéndole involuntarias comparaciones de que siempre salía victoriosa.
Lo del y lo de la fueron exclamaciones involuntarias.
Y más aún, si cabe, le atormentó y afligió el ver a Clara esquiva, tímida como nunca, apartándose de él y no queriendo apenas hablarle, aunque mirándole a veces con involuntarias amorosas miradas, que se conocía que ella dejaba escapar a su despecho, y con las cuales, más que amor, reclamaba piedad, conmiseración y hasta perdón por su inconsecuencia de dejarle, de haber alentado sus esperanzas, y de matarlas ahora entrando en el claustro.
Ha sido enorme perversidad en mí dar alas a ese galán con miradas dulces y profanas sonrisas casi involuntarias te lo juro.
Aquella lo debía casi todo a la naturaleza, esta debía mucho a la educación: si la una lloraba era porque en aquel momento se creía desdichada, pero vertía la otra lágrimas involuntarias de ternura sólo para dar pábulo a su tristeza habitual.
-Yo no digo, respondió Matilde, que no brille en esos barones y guerreros algo del entusiasmo que vigoriza los héroes, pero hay ciertas acciones rápidas e involuntarias, que más que de las cualidades del cuerpo nos dan idea de las prendas del ánimo.
José Andrés lo extrajo íntegro, y el sombrío rencor de José Andrés peregrinó por la ciudad conquistada hasta hacer nido caliente en el seno harto joven de Susana Pinto, criolla de pasiones prematuras, imprevistas, involuntarias, volcánicas todas.
Aquel hombre impúdico, codicioso, sensual, turbado por las involuntarias voluptuosidades de la viuda, en plena sazón de belleza, aguijoneado, en fin, por un repentino deseo que se le agarró a la sangre, quiso violar el respeto que debía al cercano parentesco, y Susana, temerosa del disgusto que tal relato pudiese ocasionar a su hijo, no se atrevía a decírselo.
saltan como sortijas gracias involuntarias,.
Y habiéndola ya explorado un poco, impensadamente cometía con ella una de esas torpezas involuntarias, propias de hombre: un pisotón en el traje, un tropezón con la garzota del peinado, que lo desbarataba por completo: algo, en fin, que pudiese provocar un arrebato instantáneo de enojo, en el cual se trasluciese la natural índole de la niña.
A vosotros, oh Romanos, os ha dejado Rómulo muchas guerras, quizá involuntarias, para cuyo buen éxito se necesita de un rey fogoso y de florida edad, y en el pueblo, por la buena suerte que le ha seguido, se ha engendrado hábito y deseo de la guerra, sin que a nadie se le oculte su tendencia a dominar a los demás: reiríase, por tanto, del que sólo reverenciase a los Dioses, y enseñase a honrar la justicia, y detestar la guerra en una ciudad que más que rey ha menester un general experto.
Son las pomadas, los bálsamos y los ungüentos, el kohl para los ojos y los colirios, el polvo del camino, la acción de tragar saliva, las eyaculaciones nocturnas o diurnas de licor viril cuando son involuntarias, las miradas dirigidas a una extranjera que no sea musulmana, la sangre o las ventosas simples o escarificadas.
¡Mujeres que sufrís el triste y peligroso trabajo del amor forzado, sin voluntad, mujeres creadoras involuntarias de innumerables miserias, destinadas a sufrir y morir, atormentadas por el temor de aumentar el número de las víctimas y la intensidad de los sufrimientos, y vosotras, desgraciadísimas, que envejecéis desamparadas, ansiando en vano un poco de esas voluptuosidades cuyo exceso nos abruma, y cuya regular distribución causaría, vuestra felicidad y la nuestra! ¡Unámonos para el buen combate! ¡Conquistemos para todas juntas alegría, seguridad, maternidad dulce y libremente consentida en los límites que indican la procedencia y la ciencia tutelares! ¡Que nuestros sucesores vean en medio de la abundancia maternal del afecto de todos para todos, del culto de todo lo que es verdadero y bello, el principio tan deseado de la era de felicidad universal!.
En el deleitoso retiro pasaba las tardes y las noches, revistando a sus hermosas, presenciando sus danzas y juegos, oyendo sus cánticos, preguntándoles por sus patrias lejanas y sintiendo un dolor recóndito cuando, al recuerdo, lágrimas involuntarias asomaban a los magníficos ojos de las concubinas.
Hubo noches de insomnio y días de desgano, hubo lágrimas involuntarias y hasta crisis nerviosas, la defensa del ideal, que no quiere morir.
Aquí, no osbtante, hallamos más que involuntarias reminiscencias, dígalo en primer lugar la maravillosa Giralda, mucho más antigua que la catedral, cuya solemne sonora voz esparce por los aires y a la cual no tiene el Oriente más recóndito nada que se le pueda preferir.

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