Ejemplos con instándole

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cuando Ananda vio que estaba cerca el parinirv a de Buda, expresó su abatimiento por no haber alcanzado aún el estado de Arhat a pesar de haber estado tan cerca de su maestro, ante lo cual recibió las palabras de consuelo de éste, quien le indicó que había ganado mucha sabiduría y mérito en el transcurso de los veinticinco años que había pasado a su servicio, instándole a que se esforzase un poco más pues recibiría su recompensa en poco tiempo.
Este no cumple con la orden y en respuesta es nombrado Gobernador de Chile Pedro Porter Casanate, quien relevó prácticamente a la fuerza al porfiado gobernador saliente Acuña y Cabrera, instándole a cumplir la orden del virrey del Perú.
Inmediatamente envió una embajada a Carlos de Anjou, que se encontraba en Mesina, instándole a reconocerle como rey de Sicilia y a abandonar la isla.
Se conservan varias cartas de Zeballos a otro ilustre rosarino, Gabriel Carrasco, instándole a participar en esta campaña electoral, a favor de la candidatura presidencial de Bernardo de Irigoyen, obteniendo su respaldo.
La Cámara de Representantes estadounidense dirigió un mensaje a Irán instándole a reconsiderar el problema de los rehenes.
Pero después el general García Álvarez recibió una llamada del general Saliquet desde Valladolid instándole a unirse a la sublevación, lo cual hizo el primero sin dudarlo.
El comando de la OTAN envía mensajes al USS Bedford instándole a usar la mesura y el buen criterio en el manejo de la peligrosa situación.
No hay para qué decir que la cena fue abundante y castiza, que a cada plato, de los muchos y substanciosos que desfilaron, doña Lucila sirvió a Santiago raciones de padre y muy señor mío, instándole a no dejar nada, que a todos atendía la señora, y que por sentarse a la mesa la familia menuda, salvo el nene, no cesaba el ir y venir de platos, al compás de la infantil cháchara, dígase también que no había etiquetas, porque los señores no solían gastarlas, ni ellas habrían sido pertinentes con un convidado de tan modesta categoría.
Solté un grito de sorpresa, levanté los brazos para taparme la cara y corrí en busca de mi confidente, el marinero, instándole a que no permitiese a nadie subir a donde yo estaba.
que acudieron allá todas las naciones, instándole hiciese testamento en su favor y les dejase.
Arato estuvo bastante tiempo en silencio, pero instándole Filipo que manifestase lo que observaba: “La Creta ¡oh Filipo! tiene muchos y grandes montes, y son muchas las eminencias que la Naturaleza ha puesto en la tierra de los Beocios y Focenses.
Abrazóle a vista del pueblo e hizo otras demostraciones, instándole y suplicándole que ni a sí mismo se expusiera a aquel sonrojo, ni a él le pusiera en la precisión de haber de ser causa de una providencia tan dura y tan cruel.
Antonio se mostró muy ofendido de esta calumnia, e iba a enviar soldados con orden de que lo trajeran o le quemaran la casa, pero instándole y rogándole muchos, se convino en que sólo se le tomaran prendas.
Cuando se acercaba a Babilonia, Nearco, que había vuelto al Éufrates por el gran mar, dijo que le habían hablado algunos Caldeos instándole para que Alejandro no entrara en Babilonia, pero éste no hizo caso, sino que continuó su marcha, y cuando ya tocaba a las murallas vio muchos cuervos que peleaban y se herían unos a otros, de los cuales algunos cayeron donde estaba.
Advirtió Pompeyo que los cogía prevenidos, y, no decidiéndose a entrar en acción entre tinieblas, le pareció que no debían hacer más que rodearlos, para que no huyesen, y a la mañana, pues que sus tropas eran mejores, vendrían a las manos, pero los más ancianos de los tribunos, rogándole e instándole, le hicieron por fin resolverse.
Procuró Pompeyo al principio sosegarlos y tranquilizarlos, pero cuando vio que no se aquietaban bajó de la tribuna y quiso retirarse a su tienda desconsolado y lloroso, pero ellos, conteniéndole, le volvieron a colocar en la tribuna, y se perdió gran parte del día pi- diéndole los soldados que permaneciera y los mandase, y rogándoles él que obedecieran y no se sublevasen, hasta que, instándole y gritándole todavía, les juró que se daría muerte si continuaban en hacerle violencia, y aun así con dificultad los aquietó.
Quedóse Aufidio suspenso, porque también él entraba en la conjuración contra Sertorio, pero ignoraba que Mallo tuviese en ella parte, turbado después, al ver que aquel mozo le nombraba a Perpena, a Graciano y a otros que él sabía eran de los conjurados, lo primero que hizo fue desvanecerle aquella idea, exhortándole a que despreciara a Mallo, que no tenía más que vanidad y orgullo, y después se fue a Perpena, a quien manifestó el peligro y la necesidad que había de aprovechar cuanto antes la oportunidad, instándole a la ejecución.

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