Ejemplos con imperioso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pero sí, con lo que sí sabemos, pudiéramos remontar el curso de estas décadas para asistir al encuentro de Manolo Arce con Cossío y le viéramos flaquear en la vocación de futuro galerista, seguro que al punto atajaríamos sus titubeos con un imperioso ¡zapatero, a tus zapatos!.
Imperioso, colérico, irascible, extremo en todo, con una imaginación disoluta como nunca se ha visto, ateo al punto del fanatismo, ahí me tenéis en una cáscara de nuez.
Se abstendrá de demostrar sus sentimientos, especialmente adversos, le resulta imperioso dominar el dolor y la desgracia.
La fuerza romana estaba comandada por Manlio Imperioso, que obtuvo la victoria.
Pero aquí, en plena soledad, con el más imperioso de los instintos irritado por la privación, viendo a Margalida entre la morena y ruda hermosura de sus compañeras, bella como una diosa blanca de las que inspiran veneración religiosa a los pueblos cobrizos, sentía la demencia del deseo, y todos sus actos eran absurdos, cual si hubiera perdido para siempre la razón.
Pero tal persuasión, que debe defenderos de un desaliento cuya única utilidad consistiría en eliminar a los mediocres y los pequeños de la lucha, debe preservaros también de las impaciencias que exigen vanamente del tiempo la alteración de su ritmo imperioso.
El tono de la orden fué cortante, imperioso, y ella obedeció sin protesta, como si estuviese habituada a tal superioridad.
Con la violencia de su carácter imperioso, el viejo efectuaba una reversión absoluta de valores.
El tono imperioso no admitía réplica, pero don Marcelo intentó resistirse.
Su boca pálida acabó por pegarse a la del náufrago con un beso imperioso.
Freya, tambaleándose bajo el rudo empujón, intentó aproximarse otra vez a él, enlazarse de nuevo en sus brazos, repetir su beso imperioso.
Lo reconocí la mañana en que tuve el deseo imperioso de ir al Acuario.
La joven hablaba en falsete con tono imperioso, la mirada fulgurante.
Luego, ante un gesto imperioso de Ventura, la dejó sobre el sofá y huyó.
Sólo el deber imperioso de aparecer como cronistas fieles e imparciales, nos obliga a dar cuenta de tales habladurías.
En ciertos momentos se dejaba arrastrar por su carácter imperioso, como si llevase en el cuerpo algo que exacerbaba sus nervios con oculta molestia, pero al momento replegábase dentro del caparazón de su bondad y con los ojos pedía perdón por su arrebato.
Volvió a sonar el Ña ña ña más imperioso, como si diese una orden, y doña Cristina achicábase ante la reja, obediente a su director, pero anonadada por el sacrificio que la imponía.
Extendió su mano enguantada de púrpura, sobre la que lucía la esmeralda episcopal, y con un gesto imperioso hizo que uno tras otro fueran besándola todos los canónigos.
Su carácter imperioso y la alegría del triunfo hacían centellear su mirada.
Pero bien adivinaba el significado de aquel imperioso ¡Vete! del valentón, apoyado por las muestras de asentimiento de todos.
Mas Diógenes, fijando en él sus ojos abotagados por el ron y la ginebra, con el maléfico influjo de la serpiente que magnetiza al incauto pajarillo, le preguntó con muy malos modos después de un imperioso ¡oye, Frasquita! , si era cierto que andaba en compadrazgo con Jacobito.
Y el matón, que aquel día se mostraba pensativo, oyó a su mujer sin réplica alguna y sufrió el tono imperioso con que le hablaba, mirando al mismo tiempo el suelo, como avergonzado.
Currita disertó un momento sobre el amor de la familia y el imperioso deber que tiene todo ciudadano de estrechar estos lazos venerandos, y dejando ya convencido a Fernandito, marchó a reunirse con la duquesa.
Algo le decía ahora con acento imperioso.
Allí estaba la Valencia, enorme ascua de oro, brillante y luminosa desde la plataforma hasta el casco de la austera matrona que simboliza la gloria de la ciudad, y después, erguidos sobre los pedestales los santos patronos de las otras : San Vicente, con el índice imperioso, afirmando la unidad de Dios, San Miguel, con la espada en alto, enfurecido, amenazando al diablo sin decidirse a pegarle, la Fe, pobre ciega, ofreciendo el cáliz donde se bebe la calma del anulamiento, el Padre Eterno, con sus barbas de lino, mirando con torvo ceño a Adán y Eva, ligeritos de ropa como si presintiesen el verano, sin otra salvaguardia del pudor que el faldellín de hojas, la Virgen, con la vestidura azul y blanca, el pelo suelto, la mirada en el cielo y las manos sobre el pecho, y al final, lo grotesco, lo estrambótico, la bufonada, fiel remedo de la simpatía con que en pasadas épocas se trataban las cosas del infierno, la , Pintón coronado de verdes culebrones, con la roja horquilla en la diestra, y a sus pies, asomando entre guirnaldas de llamas y serpientes, los Pecados capitales, horribles carátulas con lacias y apolilladas greñas, que asustaban a los chicuelos y hacían reír a los grandes.
Sí, allí unas tonalidades de color enérgicas y rabiosas sofocaban a otras apagadas y tristes, como el canto de las sirenas, imperioso, enervante, desordenado, intenta sofocar el himno místico de los peregrinos.
¡Que toquen la !gritó un vozarrón anónimo con acento imperioso.
Nunca se había mostrado en su alma de un modo tan imperioso el deseo de tener hijos.
Ya se sabe que la Delfina, no pudiendo adoptar al y tomarlo por hijo, y sintiendo más fuerte e imperioso en su alma el anhelo de la maternidad, dio en proteger a la preciosísima y cariñosa hija de Mauricia la Dura.
¿Julián?preguntó con imperioso acento, extraño en ella.

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