Ejemplos con humanísimo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Llamado por ciertos negocios a este barrio, muy rara vez visitado por mí, me apresuraba una tristísima mañana a fines de noviembre para volver cuanto antes al término occidental, donde mi buena fortuna me ha permitido habitar siempre que mi residencia ha sido en Londres. Siendo muy poco el tráfico de este arrabal y siendo el tiempo menos propicio del año para salir al raso, muy pocas personas cruzaban por el lodo para pasar de una parte a la otra de la plazuela. Pero, a pesar de la niebla lloviznosa que casi ocultaba los objetos, a no larga distancia descubrí una señora conocida mía por muchos años, una de las personas más amables y virtuosas que he visto en el mundo. Viuda con varios hijos y sin más que muy moderados medios de subsistencia, Mitris Christian es un modelo de elegancia sin afectación y de economía con decencia. Pero ¿quién podrá describir justamente su bondad, su beneficencia? No teniendo abundancia de medios pecuniarios con que asistir a los infelices, Miss Christian consagra el tiempo que los cuidados de su familia le dejan a visitar una clase de pobres que abundan especialmente en Londres y sus arrabales, y que por sus circunstancias merecen el nombre de «pobres vergonzantes». Con este humanísimo objeto, varias señoras de la clase mediana, clase que comprende muchas de las familias más instruidas y amables de Inglaterra, se reúnen en varias partes de la capital y sus contornos para visitar por turno a los necesitados de ciertos distritos, sin distinguir católicos de protestantes, procurándoles cuantos alivios están al alcance de las asociadas y, cuando falta el dinero, asistiéndoles por lo menos con su presencia y el consuelo que la simpatía verdadera sabe comunicar al corazón afligido.
Había una asociación de padres de familia como las de Madrid, un Jockey-Club como el de Londres, un Bazar de Caridad como el de París, una Noche de moda como en la Habana y un teatro curiosísimo que no tenía rival ni precedente, al cual teatro llamaban Coliseo y no tenía más que una fila de palcos, un piso de butacas y una cosa que sabe Dios por qué apellidaban paraíso, donde el humanísimo rebaño villabravense, en lo mejor y más serio de una representación, dejando paso franco a sus instintos, chillaba, silbaba, relinchaba y coceaba indistintamente, para aplaudir o protestar según su leal saber y entender.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba