Ejemplos con huid

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Comenzaba con el siguiente texto: Oh, Sión, huid, hijos de Babilonia, y concluía con lo siguiente: Judíos! Israel os llama - salid de Babilonia!.
Huid de ella, que no hay otro remedio,.
Si queréis imitarme, levantad vuestro espíritu y desterrad de él toda intranquilidad, Ascylto os persigue aquí, huid de él, y seguidme en mi peregrinación a regiones extrañas, En el navío en que yo voy a partir esta noche podéis venir.
Huid siempre de tocar en cualquiera extremo, que nunca deja de ser peligroso.
-¡Huid!, no, no huiré, respondió Matilde, o juntos nos salvaremos o pereceremos juntos.
-Huid, Matilde, huid, exclamó el del Cisne, salvad una vida tan inocente y preciosa: en cuanto a mí ya no hay poder humano que me pueda sacar de este peligro.
-¡Huid si aún podéis, reliquias miserables!.
-Salid todos, señor, y salvaos: aquí solo quedamos los huéspedes de la venganza, del exterminio y de la muerte, nuestra obra es inexorable y terrible, huid de ella, porque es bien posible que no respete ni aun a las mismas testas coronadas.
-Volved en vos, pobre mujer, dijo el conde conmovido a su pesar a vista de tanto heroísmo verdadero o falso, y besando aquella frente pálida como la azucena, perdonada estáis por mi parte porque en estos instantes solemnes no puede negarse el perdón a quien como vos, lo invoca con ese mágico interés, que me obliga: pero entretanto, huid de mí, no os contaminéis con mi presencia porque apesta.
y huid, porque pudierais ser también víctima de vuestro alucinamiento, que es infundado y necio hasta la ridiculez:: creedme, debéis retiraros, lo exijo.
::¡Lunas y gacelas vienen a competir con él en encantos y en belleza, pero yo les digo: ¡Oh gacelas! ¡huid pronto y no os comparéis con ese cervatillo! ¡Y vosotras, ¡oh lunas! absteneos! ¡Son inútiles todos vuestros esfuerzos!.
¿Para qué traer su podre al sol? Ya que tanto afán tenéis de frecuentarlos, id vosotros a ellos: huid a la región de eterna sombra.
Huid vosotros, si os sentís cobardes, y dejadme solo».
-¡Oh, Dios mío, Dios mío! veis que las fuerzas me faltan, veis que no puedo caminar: huid sola.
¡Oh honradas casas donde un modesto cocido y un principio final constituyen la felicidad diaria de una familia, huid del tumulto de un convite de día de días! Sólo la costumbre de comer y servirse bien diariamente puede evitar semejantes destrozos.
Guardaros dél, hijos míos, huid cien leguas.
Y en aquel momento vimos aparecer en la proa del navío al capitán, que nos gritaba con una voz terrible y gestos alarmantes: ¡Salvaos pronto!, ¡oh pasajeros! ¡Subid enseguida a bordo! ¡Dejadlo todo! ¡Abandonad en tierra vuestros efectos y salvad vuestras almas! ¡Huid del abismo que os espera! ¡Porque la isla donde os encontráis no es una isla, sino una ballena gigantesca que eligió en medio de este mar su domicilio desde antiguos tiempos, y merced a la arena marina crecieron árboles en su lomo! ¡La despertasteis ahora de su sueño, turbasteis su reposo, excitasteis sus sensaciones encendiendo lumbre sobre su lomo, y hela aquí que se despereza! ¡Salvaos, o si no, nos sumergirá en el mar, que ha de tragaros sin remedio! ¡Salvaos! ¡Dejadlo todo, que he de partir!.
Huid, pues, si podéis.
-Huid -le dijo la señorita de Armilly, en cuyo corazón empezaba a entrar la piedad a medida que se retiraba el miedo-.
? ¡Huid de ellas! ¡Ya veis que mi cabeza ha encanecido! ¡Ya podéis adivinar cuáles fueron los resultados de su amor!.
¡Escondeos, huid, viene gente!.
Vos huid, huid.
son su espada y su adarga: ¡huid tal lloro!.
Entre tanto, ya que no justos con la patria, sedlo cuando menos con la lógica, declarad ''neos'' a Daoíz y Velarde y huid de su sepulcro con la ''sublime'' repugnancia con que, en vuestra alta flamante sabiduría, huís de la vieja religión de vuestros padres y de las rancias preocupaciones tradicionales que sin cesar socavan la piqueta de Romero Ortiz y el azadón de Ruiz Zorrilla, para ofrecer sus escombros en los altares que alzó la revolución de septiembre a las nuevas creencias, cuyos apóstoles más inspirados son Quintero, García Ruiz y Capdevila.
-Y yo tendría que decirles, para que no se fueran contigo: «Vuestro padre es aquí piedra de escándalo: huid de su ejemplo».
¡Huid, temerario, que va a venir el monstruo, y si os ve, pobre de vos!.
-¡Huid! -gritó la Princesa al Caballero del Pez cuando le vio llegar.

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