Ejemplos con horrorosas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Esta nación se parece a la anterior, es decir, a los tiembú, usan estrellitas en las narices, y son bien formados de cuerpo, iten las mujeres son horrorosas, viejas y mozas, con las caras arañadas y siempre ensangrentadas, iten visten, como los tiembú, un corto paño de algodón que las cubre del ombligo a las rodillas, como ya se dijo antes.
Altos y bien formados los hombres, las mujeres empero son horrorosas, como se dijo ya.
Judy ha sido llevada a Gor por los crueles kurii para servir como mensajera en una de sus horrorosas intrigas, pero ésta va más allá, no solo quieren lo de siempre, que sería destruir Gor, sino que también pretenden la destrucción del planeta de Judy la Tierra.
Se vendían en la gran ciudad los venenos consoladores profusamente, y las desesperadas, sin fuerzas para volver y sin esperanza en el porvenir, entregábanse a ellos, contrayendo horrorosas enfermedades.
Algunos mostraban las cicatrices de horrorosas quemaduras.
Lo que puedo asegurar, pues de ello se tiene noticia exacta, es que las bajas de los cristinos han sido horrorosas.
-¡Horrorosas! -repitieron los del corrillo, y la palabra resonó extendiéndose y atenuándose con la distancia, como la onda en la superficie del agua.
¡Qué horrorosas envidias habrán mordido las túnicas de su cerebro!.
Malditos seáis gritó la zancuda, cuando vio aquellas fachas horrorosas.
Su conciencia, envuelta en horrorosas nieblas tocante a lo fiscal, manifestábase pura y luminosa en lo referente a la propiedad privada.
¡Vaya unas cosas que tiene el señor don Máximo! ¿Cómo he de estar de acuerdo con Suñer? ¿No es ése que dijo en el Congreso blasfemias horrorosas? ¡Dios le alumbre!.
Repugnábale en alto grado la idea de presenciar, por segunda vez, las escenas horrorosas del ingenio.
Parecía que se desbarataba en horrorosas convulsiones, y se mordió las manos y se golpeó todo, quedándose maltrecho.
-¡Bárbaro!, le grita corriendo hacia él, no volverás a las horrorosas grutas de tus bosques, ni a vivir con las fieras que te dieron ser.
Tan pronto se queja de ver el cadáver de una persona querida, tan pronto de hallarse luchando en medio de combates sangrientos: aquí es un cadalso el que despierta sus temores, allí el amor ultrajado el que exaspera su imaginación: de esta suerte, divagando entre horrorosas imágenes, recorre la infeliz un vasto círculo de amarguísimos recuerdos.
Hablóse cierta noche en el convento de San Bernardo de las horrorosas escenas que según pública voz tenían lugar en el castillo de Arlanza, y de los rumores últimamente esparcidos por gran parte de las Castillas acerca de que era ya inhabitable el ala que correspondía al norte, a causa del rumor de las cadenas y horrorosos alaridos que se oían en ella.
Ved aquí la razón por qué no había llegado a vuestros oídos la singular historia que acabo de relatar, y ved aquí también por qué me estremezco al aspecto de estas horrorosas soledades.
Nosotros desconocemos a vuestro Dios, sólo hemos visto las horrorosas hogueras en que han expirado los infelices que no han abrazado vuestro culto, hemos visto la sangre inundar nuestras campiñas, hemos visto vuestros perjurios, y los tormentos y las llamas nos son un lecho de flores antes que faltar a nuestras creencias religiosas.
¡Oh!, son enfermos que me dan lástima, porque veo mejor que nadie sus llagas horrorosas.
Dios mío, Dios de las inteligencias, ¿por qué has hecho estas contradicciones horrorosas y estos absurdos que hacen dudar de la bondad de la creación y de la lógica del mundo?.
pero los escrúpulos me volverían a la locura, a las aprensiones horrorosas.
Isidora tenía propósito de deshacerse a la primera oportunidad de aquellas horrorosas sillas de tieso respaldo, con cuyo damasco rameado había lo bastante para media docena de casullas, y aún sobraba algo para vestir un santo y ponerle de tiros largos.
Ignacia me dijo: «Día que empezó tan mal no había de concluir sino con esta sarta de calamidades horrorosas».
empecé yo a sentir en mí el hastío y la repugnancia de la vida monástica, y de tal modo se me iba sentando en el alma el desconsuelo, que no tenía un rato de paz, perdí la salud, y me entraron las murrias más horrorosas que puedes figurarte.
Las rebeldías de ella, sus dudas horrorosas causantes de locura, ya no eran más que el recuerdo de una dolencia curada, sin dejar ningún rastro.
No hay que decir la amargura hondísima que les causó ver en su venerable faz señales de golpes, magulladuras horrorosas en brazos y piernas, y en todo él un triste decaimiento.
Quien escriba sin lisonja la historia, dejará a la posteridad horrorosas relaciones de príncipes dignísimos destronados, quebrantados tratados muy justos, vendidas muchas patrias dignísimas de amor, rotos los vínculos matrimoniales, atropellada la autoridad paterna, profanados juramentos solemnes, violado el derecho de hospitalidad, destruida la amistad y su nombre sagrado, entregados por traición ejércitos valerosos, y sobre las ruinas de tantas maldades levantarse un suntuoso templo al desorden general.
Para el hombre creyente en la divinidad, no cabe duda que los pastores de estas estupendas haciendas y los amos de esas horrorosas fieras eran de esencia divina.
-Así, aquella infeliz vagaba por los campos con aquellas dos horrorosas cargas, su miseria y su hijo, pidiendo trabajo.
Entre aquella cuesta y aquel arroyo aconteció una de las más horrorosas matanzas de la guerra que hemos dejado planteada por el FARAG.

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