Ejemplos con helénica

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sin embargo, un punto de referencia importante para el desarrollo de la fisioterapia fue el florecimiento de la cultura helénica.
En este clima de debilidad y desunión surge la oportunidad para un reino del norte de la península que ha recibido por siglos la influencia Helénica.
Se cree que estos narradores orales son los primeros dramaturgos de la tradición helénica.
En el Imperio Romano ello es visible en la adopción del cristianismo de inspiración no helénica, sino siríaca, primero por el bajo pueblo romano, y después por las élites dirigentes, en desprecio de la religión tradicional de los dioses olímpicos.
La civilización occidental nació del interregno a la caída del Imperio Romano, el estado universal de la civilización helénica.
El caso más prolongado conocido de este tipo es el asalto que la civilización helénica emprendió contra la siríaca con Alejandro Magno, que sumergió mil años al mundo siríaco, hasta la instauración del Califato Omeya.
La mayoría de las monedas de Kujula Kadphises son de inspiración helénica, con el retrato, nombre y título del rey indogriego Hermaeus en el anverso.
En la Armenia menor, la cultura armenia estaba en íntimo contacto con la cultura europea de los cruzados y con la cultura helénica de Cilicia.
Este último, que había fundado pocos años antes el convento de Clairvaux, de extremo rigor y severidad, lideraba una corriente de fuerte crítica a la influencia helénica y arábiga sobre la teología cristiana.
Antígono aprovechó la oportunidad para revivir la Liga Helénica de Filipo II de Macedonia bajo el nombre de Liga de Ligas , en la cual participaron la mayoría de las poleis de las regiones griegas.
La población helénica no lo adoró y se limitó a adoptarlo sin reconocer su talento depredador.
La cultura del Reino del Ponto fue una síntesis entre la civilización irania y la helénica, conservando elementos de la época persa e introduciendo otros nuevos procedentes del helenismo.
Sin lugar a dudas, el Ponto es un ejemplo más de la propagación de la cultura helénica después de las conquista de Alejandro en otras regiones bárbaras.
Trajano fue el último emperador romano que le otorgó cierta importancia a esta región helénica.
, pero perdieron esa posición helénica debido a su conducta fluctuante en la batalla de Termópilas.
Destacó por acercar Epiro hacia la civilización helénica.
Es probable que las tendencias filohelenistas de Tiberio le beneficiaran a la hora de recibir el nombramiento de mano de Nerón, gran admirador de la cultura helénica, aunque también es posible que el nombramiento se debiera a la necesidad de tener en la provincia a un hombre con suficiente experiencia militar como para controlar los disturbios tan frecuentes en esa zona.
Helenocentrismo es la tendencia emocional que hace de la cultura helénica el criterio exclusivo para estudiar filosofía e interpretar los comportamientos de otros grupos, razas o sociedades.
Está hecha de oro y esmaltes, y pertenece a la corriente helénica al igual que la mayoría de las esculturas y objetos iberos encontrados en la península.
, por los aventureros mercantiles de la Mileto, Tanais se desarrolló rápidamente en la extensión del noreste más lejana de la esfera cultural helénica, un poste natural primero para el comercio de las estepas el alcanzar lejos hacia el este en un mar intacto de la hierba a Altai de las montañas de Altai, Escitia , en segundo lugar para el comercio del el Mar Negro, anillado con los puertos y los depósitos griegos, y tercero para el comercio del norte, de las pieles y de los esclavos.
Según Isócrates, orador ateniense, Evagoras era un rey modelo, teniendo por objetivo favorecer la felicidad de sus súbditos y el poder de su Estado y ello mediante la cultura y la mejora de la civilización helénica.
Mas ya que el individuo se aplica a realizar el concepto de ciudad, es decir, de un esquema, una estructura, con propósitos ideales, de la cual él no es sino subordinada partícula, surge la ciudad helénica, arquetipo de urbes, surgen la norma, el canon, la simetría, las calles soleadas, regulares y homogéneas, las viviendas civiles de hospitalario pórtico e inviolable hogar, los jardines, el mercado, el ágora, el templo armonioso, que no esa catedral bárbara y campanuda.
Cuando la palabra del cristianismo naciente llegaba con San Pablo al seno de las colonias griegas de Macedonia, a Tesalónica y Filipos, y el Evangelio, aún puro, se difundía en el alma de aquellas sociedades finas y espirituales, en las que el sello de la cultura helénica mantenía una encantadora espontaneidad de distinción, pudo creerse que los dos ideales más altos de la historia iban a enlazarse para siempre.
La ciencia helénica había adivinado a través de las poéticas ficciones la verdadera forma del planeta.
¡Pero, hijo del alma -exclamó la celeste Musa, soltando una deliciosa risa que también me pareció helénica-, si el recado para que vinieras aquí te lo mandé con la criada de la fonda!.
Respondile que la noche anterior me había sobrecogido el verme de improviso y sin preparación alguna frente a tan excelsa divinidad, y que asimismo me turbé horriblemente aquella mañana cuando recibí sus órdenes por la mensajera más clásica y más helénica que vi en mi vida: una estatua de mármol.
Negros ojos, boca ideal, cabello abundante, recogido con helénica gracia, melancolía, desconsuelo, añoranzas, ambición de amor.
El jardín, que se extiende entre los cuatro pórticos del claustro, mostraba en pleno invierno su vegetación helénica de altos laureles y cipreses, pasando sus ramas por entre las verjas que cierran los cinco arcos de cada lado hasta la altura de los capiteles.
La vela triangular de las embarcaciones, las casitas bajas y blancas, la ausencia de tejados puntiagudos y el predominio de la línea horizontal en las construcciones, traían al pensamiento de Santa Cruz ideas de arte y naturaleza helénica.
La pequeña cabeza, de un mode­lado delicioso, inclinábase ligeramente a un lado, como si el cuello, delgado y frágil al modo de una caña, no pudiese apenas soportar el peso de tanta belleza, los labios esta­ban un poco entreabiertos y parecían conformados para una suave música, y en sus ojos soñadores se leían las sor­presas de la más tierna pureza virginal, ceñida en su vesti­do de blanco crespón de China, con un gran abanico de plumas en la mano, parecía una de esas delicadas estatuillas descubiertas en los bosques de olivos próximas a Ta­nagra, y había en su postura y en su actitud rasgos de gracia helénica.

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