Ejemplos con hato

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Un año más tarde, nacía en el hato de Tabe, según la tradición, el futuro mariscal y presidente de la República Juan Crisóstomo Falcón, líder del federalismo venezolano.
No se tiene ubicado el sitio exacto donde existió este hato.
Se cree que esta señora fundó un hato que llevaba por nombre Adaure y de allí la denominación para todo el caserio.
La Cabrera: Por allí existió un hato que tenia abundancia en cabezas de ganado caprino y ovino, era uno de los corrales más grandes de Adaure.
Adaure es una comunidad bastante grande sus fundadores fueron la señora juana de campos y el señor Gaspar revilla y su nombre viene de un hato que fundaron.
Esto desamortizó en algo la tierra del Hato, permitiendo la compraventa y el poblamiento durante el siglo XVIII, y que la iglesia conservara poder sobre la plaza y sus derredores.
Limita al norte con la Bahía de Samaná, al sur con los municipios de El Valle y Hato Mayor del Rey, al este con el municipio de Miches, El Seybo, y al oeste con las provincias Monte Plata y Samaná.
La ciudad de Sabana de la Mar es un municipio de la provincia Hato Mayor.
De interés para aquellos amantes de la historia y de la fotografía nostálgica, a pocos metros del afloramiento se presentan las ruinas de la capilla y la antigua casa del Hato San Francisco, la cual perteneció inicialmente a la familia Garcés de la Colina y con posterioridad fue adquirida por el mariscal Juan Crisóstomo Falcón personaje relevante de la Guerra Federal, mientras era Presidente de la República.
Hato Corozal es un municipio próspero, rico en ganadería, agricultura y diversas especies de fauna y flora que conviven en un extraordinario hábitat sobre la vega de los ríos Chire, Aricaporo y Casanare.
Encina de las mil ovejas en el Valle de Alcudia, finca Hato Blanco - Elegida como símbolo de una conocida aseguradora.
Limita con el distrito municipal de Hato del Yaque, al norte de San Jose de las Matas, al sur de los municipios Villa Bisono y Villa González y al este con la provincia Valverde.
En el area rural encontramos las siguientes cienagas, Biojo, Bohorquez hato, Mandinga, Quilembe, Salado, Juan Gomez y cuenta con algunos arroyos importantes como Caimital, Quilenbe, Pita, Jinete, Matapuerco.
Quedó integrado por las secciones Angostura, Hato Viejo, Potroso y Potro Blanco.
Al final no le faltaría a su hijo un pedazo de tierra y un buen hato de ovejas.
Y los llevó por delante como un hato de pavos.
De sol a sol vivía entre oleadas de batista con espuma de encajes riquísimos, cortando y probando, puntada aquí, tijeretazo allá, gobernando su hato de cosedoras con tanta inteligencia como autoridad.
Llevaba siempre tras sí, en las horas de recreo, un hato de niñas precozmente místicas, preguntonas, rezonas y cuya conducta, palabras y entusiasmos pertenecían a lo que podría llamarse de la santidad.
Aquel hato de bribones se contentaría con explotar al señorito y a la casa, con hacer rancho de ella, con mandar anulando en su dignidad y poderío doméstico a la señorita.
Digo pues, que yo me hallaba bien con el oficio de guardar ganado, por parecerme que comia el pan de mi sudor y trabajo, y que la ociosidad, raíz y madre de todos los vicios, no tenia que ver conmigo, a causa que si los dias holgaba, las noches no dormia, dándonos asaltos a menudo, y tocándonos al arma los lobos, y apénas me habian dicho los pastores, al lobo, Barcino, cuando acudia primero que los otros perros a la parte que me señalaban que estaba el lobo: corria los valles, escudriñaba los montes, desentrañaba las selvas, saltaba barrancos, cruzaba caminos, y a la mañana volvia al hato, sin haber hallado lobo ni rastro dél, anhelando, cansado, hecho pedazos y los piés abiertos de los garranchos, y hallaba en el hato, o ya una oveja muerta, o un carnero degollado y medio comido del lobo: desesperábame de ver de cuán poco servia mi mucho cuidado y diligencia, venia el señor del ganado, salian los pastores a recebirle con las pieles de la res muerta: culpaba a los pastores por negligentes, y mandaba castigar a los perros por perezosos: llovian sobre nosotros palos, y sobre ellos reprensiones, y así viéndome un dia castigado sin culpa, y que mi cuidado, lijereza y braveza no eran de provecho para coger el lobo, determiné de mudar estilo, no desviándome a buscarle, como tenia de costumbre, léjos del rebaño, sino estarme junto a él, que pues el lobo allí venia, allí seria mas cierta la presa: cada semana nos tocaban a rebato, y en una escurísima noche tuve yo vista para ver los lobos, de quien era imposible que el ganado se guardase: agachéme detras de una mata, pasaron los perros mis compañeros adelante, y desde allí oteé y vi que dos pastores asieron de un carnero de los mejores del aprisco, y le mataron de manera que verdaderamente pareció a la mañana que habia sido su verdugo el lobo: pasméme, quedé suspenso cuando vi que los pastores eran los lobos, y que despedazaban el ganado los mismos que le habian de guardar.
Pues así es, respondió el señor, ponle luego el collar de Leoncillo, el perro que se murió, y denle la racion que a los demas, y acaríciale todo cuanto pudieres, porque tome cariño al hato, y se quede de hoy adelante en él.
Aquella noche dormí al cielo abierto, y otro dia me deparó la suerte un hato o rebaño de ovejas y carneros: así como le vi, creí que habia hallado en él el centro del reposo, pareciéndome ser propio y natural oficio de los perros guardar ganado, que es obra donde se encierra una virtud grande, como es amparar y defender de los poderosos y soberbios los humildes y los que poco pueden.
¡Oh, qué polidas cuchares tengo de hacer cuando pastor me vea! ¡Qué de migas, qué de natas, qué de guirnaldas y qué de zarandajas pastoriles, que, puesto que no me granjeen fama de discreto, no dejarán de granjearme la de ingenioso! Sanchica mi hija nos llevará la comida al hato.
He ganado respondió Sancho el haber conocido que no soy bueno para gobernar, si no es un hato de ganado, y que las riquezas que se ganan en los tales gobiernos son a costa de perder el descanso y el sueño, y aun el sustento, porque en las ínsulas deben de comer poco los gobernadores, especialmente si tienen médicos que miren por su salud.
De que vuestra señoría haya hecho gobernador a Sancho, mi consorte, ha recebido mucho gusto todo este lugar, puesto que no hay quien lo crea, principalmente el cura, y mase Nicolás el barbero, y Sansón Carrasco el bachiller, pero a mí no se me da nada, que, como ello sea así, como lo es, diga cada uno lo que quisiere, aunque, si va a decir verdad, a no venir los corales y el vestido, tampoco yo lo creyera, porque en este pueblo todos tienen a mi marido por un porro, y que, sacado de gobernar un hato de cabras, no pueden imaginar para qué gobierno pueda ser bueno.
Señor replicó Sancho, yo imagino que es bueno mandar, aunque sea a un hato de ganado.
Digo, pues, que, en oyendo nuestra respuesta el mancebo, volvió las riendas y encaminó hacia el lugar donde le señalamos, dejándonos a todos contentos de su buen talle, y admirados de su demanda y de la priesa con que le víamos caminar y volverse hacia la sierra, y desde entonces nunca más le vimos, hasta que desde allí a algunos días salió al camino a uno de nuestros pastores, y, sin decille nada, se llegó a él y le dio muchas puñadas y coces, y luego se fue a la borrica del hato y le quitó cuanto pan y queso en ella traía, y, con estraña ligereza, hecho esto, se volvió a emboscar en la sierra.
Ahora bien, sea así como vuestra merced dice respondió Sancho, vamos ahora de aquí, y procuremos donde alojar esta noche, y quiera Dios que sea en parte donde no haya mantas, ni manteadores, ni fantasmas, ni moros encantados, que si los hay, daré al diablo el hato y el garabato.
No lo haré otra vez, señor mío, por la pasión de Dios, que no lo haré otra vez, y yo prometo de tener de aquí adelante más cuidado con el hato.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba