Ejemplos con harpía

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Asimismo se sabe que sus principales depredadores son el águila harpía, el águila crestada, el jaguar, el puma y reptiles como la boa constrictor.
Destacan el trepatroncos alicastaño, el colibrí gorgiblanco, el quetzal, la pava negra, el pavón, el águila harpía, las guacamayas y otras especies.
Hala, Vicente, a la calle, para que mi harpía me limpie el chiquero.
La comida es por mi cuenta, y de servírmela en el pesebre se encarga una feroz harpía a quien tengo por aborto del Infierno, de la Fábrica de Tabacos.
-¡Cachiporros! -exclamó la harpía alzando los brazos, cerrando los puños, y dirigiéndose a algunos hombres que la rodeaban-.
A mitad de la escalera se volvió la harpía, y mirando con inflamados ojos a las monjas que en el corredor quedaban, les decía en un grito estridente: ¡Ladronas, más que ladronas! ¡Grandísimas púas!.
¿Con que yo soy una intrigante, una comedianta, una harpía hipócrita, una diplomática de enredos caseros?.
-Eso quisieras tú, Euménide, harpía de seis colas, marimacho de mil demonios -dijo el de Alcalá poniendo el dedo sobre las distintas heridas de su cuerpo para tantear la gravedad de ellas.
Una harpía que grita en medio de la calle del Peñón o de otra cualquiera de aquellos barrios, tiene la seguridad de llevar el convencimiento más profundo al ánimo de su auditorio, sobre todo si lo que dice es un disparate de esos que no entran jamás en cabeza discreta.
Bien pronto la harpía individual fue una harpía colectiva, un monstruo horripilante que ocupaba media calle y tenía cuatrocientas manos para amenazar y doscientas bocas para decir:.
-Vale cinco duros -gritó con chillido de harpía una de las mujeres.
Subieron al cuarto, que era segundo con entresuelo, por la mal pintada, peor barrida y mucho peor alumbrada escalera, y antes de que llamaran abrió con estruendo la puerta una hermosa harpía, que en tono iracundo les increpó de esta manera:.
-¡Ay, si lo supieras todo! continuó la terrible harpía con un tono confidencial y solemne, colocando su huesosa mano en el hombre del joven, ¡cómo beberías los vientos, surcarías los mares, raudo como el vuelo de la alondra, y sondearías los más profundos abismos por beber la sangre del tirano y despedazar sus miembros, quebrantarlos, mutilarlos y reducirlos a polvo, para arrojarlos luego al viento!.
Uno se siente tentado a pensar que un encuentro con tal personaje, en un lugar tan desolado y lejos de toda habitación humana, era para hacer saltar los nervios de cualquier hombre, pero Tomás era de temple férreo, no se asustaba fácilmente, y había vivido tanto tiempo con una harpía, que ya no temía ni al mismo diablo.
Probablemente intentó proceder con el diablo como estaba acostumbrada a hacerlo con su marido, pero, aunque una harpía se considera generalmente como un buen enemigo del diablo, en este caso parece que la mujer de Tomás llevó la peor parte.
-Tú eres un idiota -dijo Gloria con enfado-, ¿por qué te dejas dominar por esa harpía?.
-¿Este joven ha perdido acaso el juicio para casarse con semejante harpía? -preguntó Teresa, riéndose de sí misma al ver cómo habían caído sus poéticos castillos hechos en el aire.
Obedecí a la harpía, y comprendiendo que me envenenaba, comí de aquellas porquerías grasientas.

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